El Deportivo, a la final por el ascenso

El Deportivo, con mucho oficio y un excelente trabajo defensivo, se clasific¨® para la final por el ascenso a Primera. El cuadro gallego, que ten¨ªan una ventaja de 4-2 de la ida, no necesitaron un brutal despliegue para someter a un M¨¢laga que solo vivi¨® de los escarceos de Ontiveros, que lanz¨® dos balones a los palos. Tras sufrir algo en los albores del partido, el Deportivo se asent¨®, con una impecable labor de sus centrales y sus dos pivotes, Berganti?os y Exp¨®sito. El M¨¢laga lo intent¨®, pero le falt¨® f¨²tbol y se encomend¨® demasiado a Ontiveros. En estas eliminatorias conviene aprovechar los momentos decisivos y el M¨¢laga tuvo sus opciones en la ida, donde se enterr¨® en un segundo tiempo muy flojo. El Deportivo estuvo a un buen nivel en la segunda parte, actuando con aplomo y oficio, hasta acabar marcando un gol de Berganti?os despu¨¦s de una pifia de Munir, quien ya estuvo mal en Riazor.

Al M¨¢laga le queda el triste consuelo de los balones a los palos lanzados por Ontiveros, pero, en el c¨®mputo global, fue inferior al Deportivo, que supo jugar con mucha m¨¢s inteligencia. En La Rosaleda supo sufrir para luego imponerse, muy superior en el centro del campo, la parcela que V¨ªctor sacrific¨® para poder entrar por las bandas y alborotar el choque. El equipo gallego, seguro y fiable, sigue adelante en su pelea por regresar a Primera Divisi¨®n. Al M¨¢laga no le queda otra que esperar al pr¨®ximo curso.

El Deportivo jug¨® mucho mejor en la segunda mitad. Encontr¨® la f¨®rmula para detener a Ontiveros y, sobre todo, para llevar el control del partido de manera m¨¢s eficaz. Los nervios fueron atenazando al M¨¢laga, al que se le escapaba la vida, hasta que Berganti?os rob¨® un bal¨®n y le peg¨® fuera del ¨¢rea. Err¨® Munir y el gol acab¨® con la ilusi¨®n andaluza y su animada grada. El Deportivo, sexto clasificado, pudo con el tercero y llega muy fuerte a la final por el ascenso, que jugar¨¢ con el Albacete o el Mallorca, que hoy juegan la vuelta de la otra eliminatoria (2-0 en la ida para los baleares). La final empieza el jueves en Riazor y se decide el pr¨®ximo domingo en Palma o Albacete.

Obligado por la derrota de la vuelta, el M¨¢laga se tom¨® la vuelta en la abarrotada Rosaleda con las revoluciones a tope. Fue un cuarto de hora de una tremenda agitaci¨®n, con la grada entregada en busca de la remontada y un Deportivo al que no le funcionaba la idea de Mart¨ª de tener y administrar el bal¨®n con Vicente G¨®mez en la mediapunta. En esos momentos de enorme convulsi¨®n, volvi¨® a surgir de nuevo la figura de Ontiveros, el futbolista m¨¢s en forma del M¨¢laga. El asedio inicial de los andaluces se tradujo en un lanzamiento al palo del extremo, imparable, y en otra falta fuera del ¨¢rea que sali¨® fuera por poco.

Pasada la motivaci¨®n inicial, el M¨¢laga fue perdiendo gas. Principalmente porque su centro del campo no ten¨ªa capacidad para generar f¨²tbol en un once muy cambiado por V¨ªctor en busca de las superioridad en las bandas. El Deportivo se fue asentando, gracias a la virtud de saber administrar el bal¨®n, provocando que el M¨¢laga comenzara a desesperarse. Exp¨®sito, incluso, tuvo una buena ocasi¨®n despu¨¦s de un gran pase de Nahuel. El M¨¢laga ya no dominaba, con multitud de centros al ¨¢rea bien resueltos por la defensa gallega. S¨®lo Ontiveros, una vez m¨¢s, dio muestras de peligro. Y de nuevo se top¨® con los palos. A los 44 minutos, se sac¨® una jugada de la nada para disparar al larguero de Dani. El duelo se convert¨ªa cada vez m¨¢s en un Ontiveros contra todos. Sin excesivos contratiempos, el Deportivo manten¨ªa el cero a cero al descanso.

El M¨¢laga solo tuvo algunos minutos de esperanza. Primero hab¨ªa fallado Harper y luego, en tres minutos, Leschuk y Renato se encontraron con un gran Dani Gim¨¦nez. Los nervios fueron atenazando al M¨¢laga, al que se le escapaba la vida, hasta que Berganti?os rob¨® un bal¨®n y le peg¨® fuera del ¨¢rea para marcar. Llor¨® La Rosaleda y lo hizo Munir, el portero que renunci¨® a estar con Marruecos para defender al M¨¢laga. La afici¨®n, a pesar de la derrota, despidi¨® a los suyos con una enorme ovaci¨®n.?