Cori Gauff, hacia el destino de las hero¨ªnas

¡°Ojo, porque esta chica juega bien, pero que muy bien, ?eh?¡±.

M¨¢s informaci¨®n

Djokovic desfila por La Catedral

Nadal contra el ¡®establishment¡¯

La descripci¨®n, hecha a primera hora de la ma?ana a la entrada del vestuario por una persona que lleva toda una vida en el circuito y sabe un rato de tenis, coincide con lo visto unas horas despu¨¦s en la Centre 1 de Wimbledon. All¨ª, a ras de hierba, la joven Cori Gauff, una ni?a que ya hizo ruido convirti¨¦ndose en la jugadora m¨¢s joven que lograba el acceso al grande brit¨¢nico con solo 15 a?os y 110 d¨ªas, sigue aportando motivos para hablar y escribir. Vence con un aplomo impropio de su edad a la veterana Venus Williams, 24 a?os mayor, y certifica su pase a la segunda ronda para destaparse definitivamente: de seguir por la misma l¨ªnea, la raqueta habr¨¢ ganado una nueva hero¨ªna.

Cuando todo esto ocurre, la inexperiencia aflora y ella se salta el protocolo. Incr¨¦dula, estrecha en primer lugar la mano al ¨¢rbitro y despu¨¦s hinca la rodilla junto a su banquillo, tratando de digerir lo ocurrido. Acaba de tumbar (doble 6-4) a Venus, una tenista imperial que a sus 39 a?os colecciona siete Grand Slams, cinco de ellos obtenidos sobre la alfombra de La Catedral; cuatro, antes de que Gauff ni siquiera hubiera nacido. Esto sucedi¨® el 13 de marzo de 2004. Por eso, sus padres se abrazan y dan brincos en la grada inglesa, que asiste a la victoria m¨¢s precoz en el torneo desde 1991. Entonces derrib¨® la puerta su compatriota Jennifer Capriati, con 15 a?os y 96 d¨ªas.

¡°Ahora mismo no s¨¦ explicar qu¨¦ siento¡­¡±, dice Gauff nerviosa, con la voz temblorosa. Es decir, nada que ver con lo visto antes en la pista, donde juega como si llevase toda una vida en el circuito. Por momentos, no es f¨¢cil distinguir qui¨¦n es la maestra y quien es la aprendiz, porque mientras ella no pierde en un solo momento el temple, Venus gesticula, vocifera y se lamenta, porque sabe muy bien cu¨¢l va a ser el desenlace, haga lo que haga. Lleva un tiempo de capa ca¨ªda Williams, pero a sus espaldas arrastra una cifra sin igual: con sus 83 majors disputados, presume de ser la tenista, hombre o mujer, que m¨¢s grandes torneos ha jugado hasta estos d¨ªas.

Un h¨ªbrido de las Williams

Pues ni aun as¨ª le tembl¨® el pulso a Gauff, una advenediza a la que ya se rifan las marcas. A los 10 a?os ya hab¨ªa firmado su primer contrato, con la multinacional estadounidense Nike, y hoy d¨ªa acumula un mill¨®n de d¨®lares en ganancias por los patrocinios. Saben muy bien lo que hacen Roger Federer y su equipo, la empresa Team 8, que desde bien temprano olfatearon el talento de Gauff y la reclutaron para su causa. ¡°Es una competidora incre¨ªble¡±, la define Patrick Mouratoglou, el t¨¦cnico de Serena y por cuya academia ha pasado la estadounidense, nacida en Atlanta y testigo en sus primeros a?os de los ¨¦xitos de las hermanas Williams, a las que pretende emular.

Entre bambalinas, las voces son discordantes sobre el estilo. Hay quienes le comparan con Serena por la determinaci¨®n en el juego y el ascenso medi¨¢tico que ha protagonizado desde hace un par de a?os, y los hay quienes la asemejan a la propia Venus por su fisionom¨ªa longil¨ªnea y su estar reposado. En cualquier caso, Gauff parece un h¨ªbrido de las dos. Es hielo y fuego a la vez. Pelotea con cabeza y no se acelera, pero tiene un golpeo duro. ¡°La idea era tener en cuenta que esta pista de tenis mide lo mismo que cualquier otra, aunque lo que me rodeara fuera mucho m¨¢s grande que en otros partidos. Ahora mismo estoy viviendo un sue?o ahora¡±, dec¨ªa.

Mientras tanto, su adversaria, Venus, ofrec¨ªa un margen m¨¢s que generoso a la proyecci¨®n de la joven. ¡°Creo que el l¨ªmite es el cielo¡±, expres¨® Williams, que accedi¨® al circuito profesional 10 a?os antes de que Gauff (1,76 de estatura) naciera. ¡°Me ha dicho que contin¨²e as¨ª. Yo le he dado las gracias por todo lo que hizo. Yo no estar¨ªa aqu¨ª si no fuera por ella. Venus me inspir¨® y siempre quise dec¨ªrselo, pero nunca hab¨ªa podido hacerlo¡±, cerr¨® feliz la debutante, que de repente encontr¨® todos los ojos del planeta tenis sobre ella.