Messi espera otra Argentina

¡°El Kun ni se despert¨®¡±, solt¨®, entre risas, Messi. Argentina viv¨ªa relativamente tranquila en Brasil, en hoteles ca¨®ticos como el de Bah¨ªa (cercaron los pasillos de biombos para que los hu¨¦spedes no pudieran ni oler a los futbolistas) o en la calma plena de Barra de Tijuca en R¨ªo. Pero en el camino de la Albiceleste se cruz¨® la Canarinha, vencedora por 2-0 (goles de Gabriel Jesus y Firmino) en el duelo de semifinales de la Copa Am¨¦rica, verdugo de una Argentina que sigue sin levantar un t¨ªtulo desde 1993. Ni siquiera con Messi, que ha pasado por cuatro Mundiales y cinco ediciones de la Copa Am¨¦rica en blanco.

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El d¨ªa del partido ante Brasil, los despertadores de las habitaciones en las que descansaban los muchachos de Scaloni sonaron a las 6:30 de la ma?ana. Alguien entendi¨® que Argentina ten¨ªa que madrugar, menos el Kun Ag¨¹ero, claro, que ni se enter¨®. Messi se tom¨® con gracia la broma de la torcida. En general, el 10 ha vivido una Copa Am¨¦rica pl¨¢cida con la prensa, compinche con sus compa?eros, definitivamente distinta al v¨ªa crucis que pas¨® en el Mundial de Rusia 2018. La ¨²nica pol¨¦mica fue cuando Scaloni opt¨® por desvelar el equipo titular a la prensa antes de que a los jugadores en la previa del duelo ante Paraguay. El plantel tuvo una charla acalorada con el t¨¦cnico en el entrenamiento del d¨ªa siguiente a la filtraci¨®n. Messi, junto a los hist¨®ricos, lideraron el cotarro. ¡°A veces est¨¢ bueno decirse las cosas a la cara¡±, justificaban desde el cuerpo t¨¦cnico. Funcion¨® la honestidad brutal entre plantilla y cuerpo t¨¦cnico. En cuanto se consum¨® la derrota de Argentina ante Brasil en el Mineirao, Messi sali¨® a defender al entrenador y sus compa?eros.

¡°Empieza algo nuevo, algo lindo. Hay una camada buena, importante. Los chicos aman la selecci¨®n y hay una base muy grande a la que hay que darle tiempo. Hay que dejarlos que crezcan¡±, subray¨® el 10 en la zona mixta del Mineirao. No suele alabar entrenadores Messi. Solo se le recuerdan palabras dulces para Guardiola (cuando el tiempo ya hab¨ªan cicatrizado sus asperezas y el catal¨¢n estaba muy lejos del Camp Nou) y con Valverde. Mientras Pep es un t¨¦cnico intervencionista, Valverde y Scaloni le dan libertad al 10. ¡°No saben lo que aporta Leo m¨¢s all¨¢ del juego¡±, correspondi¨® el actual preparador a Messi. El contrato del t¨¦cnico, interino hasta antes de la Copa Am¨¦rica, acaba en diciembre y ya se habla de incorporar a Mascherano al cuerpo t¨¦cnico, antiguo socio del capit¨¢n a la hora de liderar el grupo.

Si despu¨¦s de cada una de las ¨²ltimas derrotas de Argentina se pon¨ªa en el aire la continuidad de Messi ¡ªrenunci¨® despu¨¦s de Estados Unidos 2016 y se tom¨® un descanso tras la ca¨ªda en Rusia¡ª, el 10 despej¨® dudas en Brasil. ¡°Me encontr¨¦ muy bien con estos jugadores. Si puedo ayudar desde donde me toque y acompa?ar, ah¨ª estar¨¦¡±, subray¨® el delantero del Bar?a, reci¨¦n cumplidos los 32 a?os. La nueva generaci¨®n de Argentina, esa que no consigui¨® ning¨²n ¨¦xito en las categor¨ªas inferiores, se puso en marcha en Brasil 2019. Nombres como los de Lautaro Mart¨ªnez, Foyth, Paredes y Lo Celso comenzaron a asomar, mientras se espera a Dybala, una inc¨®gnita en Rusia y en Brasil.

Messi sab¨ªa que cualquier otra cosa que no fuese una derrota hubiese sido una sorpresa en Brasil. ¡°No somos candidatos¡±, hab¨ªa advertido en la previa de la Copa. Y la recuperaci¨®n del equipo en el torneo fue celebrada por el grupo, quiz¨¢ en exceso, dulcificada por la ¡°derrota injusta ante Brasil¡±, seg¨²n un grupo que se?al¨® al ¨¢rbitro como el culpable de la eliminaci¨®n por no se?alar dos supuestos penaltis. ¡°Brasil manda en la Conmebol¡±, acus¨® Messi. Argentina camin¨® en el torneo con un saldo de dos derrotas (Colombia y Brasil), un empate (Paraguay) y dos victorias (Qatar y Venezuela). El 10 ha marcado un solo gol (de penalti) de los cinco de la Albiceleste, que encaj¨® otros cinco.

El duelo ante Brasil maquilla un torneo camale¨®nico de Argentina, s¨ªmbolo de una AFA sin una hoja de ruta clara. Hace m¨¢s de un cuarto de siglo que la Albiceleste no se sube a lo m¨¢s alto del podio; el ¨²ltimo t¨ªtulo, en Ecuador 1993. Y no fue porque Messi no la haya intentado: ha participado en cuatro Mundiales y en cinco Copas Am¨¦rica. Ha jugado cuatro finales, todas con id¨¦ntico resultado: medalla de plata. Hay un nuevo Messi en una Argentina que sigue buscando su identidad. Han pasado nueve entrenadores en los ¨²ltimos 13 a?os y todav¨ªa no est¨¢ definida la continuidad del novato Scaloni. El t¨¦cnico, eso s¨ª, tiene el visto bueno de Messi.