El primer h¨¦roe tr¨¢gico
Ren¨¦ Pottier, primer ganador en el Bal¨®n de Alsacia, se suicid¨® meses despu¨¦s por un desenga?o amoroso
El 15 de julio de 1905 el Tour asciende al Bal¨®n de Alsacia. Henri Desgrange,?uno de los impulsores de la carrera, decide ampliar los horizontes de la carrera. "Ya no iremos directamente de Par¨ªs a Lyon, sino que haremos un gran rodeo por Nancy y Besan?on", afirma. La etapa sale de madrugada, los ciclistas ven amanecer desde la bicicleta. Chocan con el coloso de los Vosgos. "Los pedales ya giran m¨¢s lentamente, casi parecen querer detenerse en punto muerto. Entonces es como un estertor de muerte, el abandono completo de uno mismo, el pecho late a grandes golpes, el cuerpo se endereza, el esfuerzo ha terminado, el hombre se inclina hacia un lado, como una columna que cae, luego se baja de la bicicleta. Se acab¨®, est¨¢ derrotado irreparablemente", cuenta?Victor Breyer en su cr¨®nica de L¡¯Auto.?
"Van seis. Petit Breton pierde cien metros por culpa de un auxiliar ineficaz y no podr¨¢ ya recuperarlos", contin¨²a el periodista. "Comienza una lucha que calificar¨ªa de epopeya". El relato preciso, minuto a minuto. "Los cinco primeros kil¨®metros se pasan sin incidentes. Despu¨¦s es Cornet el que demarra furiosamente, intentando distanciar a sus rivales pero, ante nuestra sorpresa, es Trousselier el que cede primero. ?Solo quedan cuatro! Es demasiado duro para Cornet. Se le curva la espalda con el esfuerzo y los otros responden. Pero a Georget se le acaban las fuerzas. ?Solo quedan tres! Un poco m¨¢s lejos, Cornet ve a su gran rival, Aucouturier, descolgado. No podemos creerlo, pero la gran sorpresa est¨¢ por llegar. Vemos que, de repente, Pottier adelanta a Cornet. Los dos se enzarzan en un duelo feroz, resoplando y con chorros de sudor por el rostro. De su pecho brotan profundos suspiros, como los de los obreros metal¨²rgicos delante de un horno al rojo vivo. Cornet pierde dos largos, los recupera y vuelve a descolgarse, otra vez, y otra. La victoria es para Ren¨¦ Pottier, que no se yergue m¨¢s que en la cima".
Tres a?os m¨¢s tarde, el 15 de julio de 1908. Un ciclista llora all¨ª mismo. Es Andr¨¦ Pottier. Hace tiempo que han pasado los mejores. Se ha parado en el monolito que Desgrange le ha dedicado a su hermano Ren¨¦. En lo m¨¢s alto, junto al monumento de Juana de Arco y la estatua de la Virgen. En enero de 1907, meses despu¨¦s de ganar el Tour, Ren¨¦ se suicid¨®, a los 28 a?os, al parecer por el enga?o de su mujer, colg¨¢ndose en el gancho donde aparcaba su bicicleta Peugeot en un pabell¨®n junto a su domicilio. Hab¨ªa sido el primer rey de la monta?a despu¨¦s de ascender el Bal¨®n de Alsacia, "un animal sobre la bicicleta", seg¨²n Lucien Petit-Breton, su gran rival. Pottier, "delgado como un palillo, negro como el carb¨®n", con un elegante bigote acabado en punta, consigui¨® subir al Bal¨®n sin bajarse de la bicicleta. Tres a?os despu¨¦s ya era historia del Tour. "Tal vez fue la primera vez en toda la vida de este hombre valiente en la que tengamos que apelar a eso que los moralistas llaman falta de coraje", escribe Desgrange.
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