1959, el verano de los brasile?os
La victoria de la Canarinha en el Mundial 58 sacudi¨® el inter¨¦s espa?ol por aquel f¨²tbol
El 21 de junio de 1959, el Bar?a le gan¨® la final de Copa al Granada. El mismo d¨ªa un partido en La Coru?a rivaliz¨® en inter¨¦s con ¨¦l: el Santos y el Botafogo jugaron el Teresa Herrera con siete campeones del mundo. Por el Santos, Gilmar, Zito y Pel¨¦; por el Botafogo, Nilton Santos, Garrincha, Did¨ª y Zagalo.
El de 1959 fue el verano de los brasile?os. Varios equipos de all¨¢ recorrieron Espa?a, acompa?ados, sobre todo el Santos, por una alegre nubecilla de periodistas. La victoria en el Mundial de 1958 sacudi¨® el inter¨¦s espa?ol por aquel f¨²tbol, escaso antes. Aqu¨ª ten¨ªamos a Walter, en el Valencia (de tr¨¢gico final en plena actividad, por accidente de coche), a Evaristo en el Bar?a, y poco m¨¢s. Se prefer¨ªa a los americanos de nuestra lengua, sobre todo paraguayos, argentinos y uruguayos. Y a los h¨²ngaros. Espa?a acog¨ªa de brazos abiertos y nacionalizaba a todos los h¨²ngaros que escapaban del Tel¨®n de Acero (Kubala fue el pionero) y en los cincuenta llegaron much¨ªsimos.
Los ¨²ltimos, Kocsis, Puskas y Czibor, llegaron el verano del 58, una vez cumplida su suspensi¨®n de a?o y medio por fugarse del Honved. Pero ya ese verano, el del Mundial ganado por Brasil, el Atl¨¦tico fich¨® a Vav¨¢ (el 9 titular del equipo), el Valencia a Joel (que empez¨® de titular pero dej¨® el puesto a Garrincha), el Zaragoza a Duca y el Espanyol a Recam¨¢n.
Para el verano siguiente todo el mundo quer¨ªa ver el milagro de Brasil. Bernab¨¦u se adelant¨®, trayendo al Santos al Bernab¨¦u para el homenaje a Miguel Mu?oz. Se present¨® como un duelo Di St¨¦fano-Pel¨¦, a los que separaban 14 a?os. Gan¨® el Madrid 5-3, Di St¨¦fano no marc¨®, pero movi¨® el equipo; Pel¨¦ hizo un gol y dio dos. El comentario fue que ¡°Di St¨¦fano juega para el Madrid, el Santos juega para Pel¨¦¡±.
El partido acrecent¨® el deseo de ver de cerca el espect¨¢culo brasile?o. El summum lleg¨® el mi¨¦rcoles 24. El Valencia hab¨ªa invitado al Santos y al Inter en un triangular. Lo abrieron ese d¨ªa el Santos y el Valencia, con un espectacular 4-4. En Madrid, el Atl¨¦tico despide la temporada jugando contra el Botafogo, el equipo de Garrincha y Did¨ª. El resultado es 4-6, con tres de Did¨ª y uno de Garrincha. El mismo d¨ªa, el Bar?a recibe al Corinthians, ante el que pierde 3-5. Toda una fogata de San Juan: ?26 goles en tres partidos! ?15 de ellos hechos por los brasile?os, a domicilio!
El Santos ganar¨¢ el triangular tras un espectacular 7-1 al Inter, con cuatro de Pel¨¦ en media hora maravillosa. Luego, el 28, ganar¨¢ 1-5 en el Camp Nou, con dos de Pel¨¦, si bien en descargo de las dos derrotas del Bar?a hay que aducir que le faltaron siete titulares, convocados por Helenio Herrera para jugar contra Polonia.
El Santos hab¨ªa tra¨ªdo un buen interior, ?lvaro, el Atl¨¦tico lo fich¨® y acept¨® como acoplado a su medio Ramiro, que ser¨ªa de los dos el que funcionase. Bernab¨¦u fue a ver a Pel¨¦ para tantearle pero le vio tan ni?o, con sus 18 a?os, que no se decidi¨®. Opt¨® por Did¨ª, que ser¨ªa su gran fracaso. Corr¨ªa poco para lo que exig¨ªa Di St¨¦fano a sus compa?eros. Tambi¨¦n fich¨® al extremo Canario, que dar¨ªa mejor juego, e incluso al entrenador Fleitas Solich, paraguayo pero que hab¨ªa hecho su carrera en Brasil, en el multicampe¨®n Flamengo.
Cada club pretendi¨® o consigui¨® en esos a?os traer alg¨²n brasile?o. Hasta el Athletic, de tradici¨®n tan inglesa, y ya que un jugador for¨¢neo no entraba en su filosof¨ªa, contrat¨® al entrenador Martim Francisco, que import¨® a Espa?a el central system.
El pinchazo de Did¨ª en el Madrid enfri¨® un poco la moda. Eso y que en el verano del 60 se repiti¨® la fiebre de contrataciones para amistosos y la mayor¨ªa de los partidos acabaron en bronca, porque los brasile?os, adem¨¢s de jugar, pegaban.
El saldo final fue discreto. Ramiro triunf¨® plenamente en el Atl¨¦tico, Duca funcion¨® en el Zaragoza hasta que lleg¨® Santos, Waldo ser¨ªa estrella duradera en el Valencia, su hermano Wanderley rindi¨® en el Levante y en el M¨¢laga. A Chicao, del Valencia, una fortaleza, le fren¨® una lesi¨®n grave. Otros fueron inconsistentes. Indio, una gran inversi¨®n del Espanyol, result¨® un fiasco. A la postre, aquello no dio tanto de s¨ª. Paraguayos, argentinos y uruguayos segu¨ªan siendo m¨¢s seguros. Y se les pod¨ªa hacer pasar por oriundos.
En 1962 Brasil renovar¨ªa el t¨ªtulo, pero para entonces se cerr¨® la importaci¨®n de extranjeros, No hubo ocasi¨®n para reactivar el inter¨¦s hasta que en 1975 llegaron Pereira y Leivinha al Atl¨¦tico.
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