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Bale - James, la tarde de los renacidos
El gal¨¦s, reconciliado con la grada, y el colombiano, con Zidane, concentraron casi todo el peligro del Madrid
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
Para la grada, el curso pasado, como los Tours de Armstrong, nunca sucedi¨®. Es decir, sucedi¨®, pero parece haber volado de los registros. De entonces a ahora, el salto emocional del Bernab¨¦u ha sido casi lis¨¦rgico. En armon¨ªa con el inesperado final de un mercado de fichajes que deposit¨® a James Rodr¨ªguez y Gareth Bale en la primera alineaci¨®n titular del a?o en el Bernab¨¦u.
La extra?eza la complet¨® Keylor Navas, que se hab¨ªa despedido del estadio en mayo y apareci¨® de nuevo en el calentamiento saludando casi uno por uno a los espectadores que empezaban a salpicar las butacas. Keylor, sin irse, siempre parece estar volviendo.
El mundo ha dado la vuelta sobre todo para Bale. Hace cuatro meses sustituy¨® a Isco en el minuto 70 del partido contra el Athletic, y en cuanto pis¨® el campo le silbaron. Tambi¨¦n cada vez que toc¨® el bal¨®n. Incluso hubo quien lo hizo mientras avanzaba con la pelota hacia la puerta contraria: confusi¨®n m¨¢xima, casi un alivio que no marcara. Ayer, contra el Valladolid, la primera carrera que el gal¨¦s se larg¨® por la banda derecha tuvo la compa?¨ªa de un murmullo emocionado. El centro, que termin¨® en nada, recolect¨® una salva de aplausos.
Que el p¨²blico hab¨ªa ido dispuesto a todo se vio ya desde las palmas que se oyeron cuando la megafon¨ªa anunci¨® al gal¨¦s en el once, segunda vez en dos jornadas. Y Bale se hab¨ªa presentado a lo mismo, repentinamente sincronizado con una grada con la que apenas ha encontrado una lengua com¨²n.
En el primer tiempo todo lo del Madrid sucedi¨® por la zona por la que se movieron el gal¨¦s y James, los dos apestados de hace un par de semanas. A veces, lo mejor que puede pasar es que no pase lo que se quer¨ªa que sucediera, en este caso Zidane, convencido de que ambos ser¨ªan para otro. Pero all¨ª estaban percutiendo una y otra vez. Bale fue el que m¨¢s remat¨® del equipo, seis veces, y el colombiano, el tercero, cuatro. Al terminar, Sergio Ramos celebr¨® ¡°recuperar la mejor versi¨®n de jugadores que han sido importantes, como Gareth y James, reactivar jugadores que vuelvan a estar disponibles y ser una soluci¨®n m¨¢s¡±.
El repertorio de Bale, salvo gol, tuvo de todo, y todo le parec¨ªa bien al estadio. Hasta corri¨® hacia atr¨¢s, esa suerte olvidada que le ha alabado tanto Zidane. La contra con la que el Valladolid abri¨® el segundo tiempo se top¨® con el gal¨¦s en el ¨¢rea de Courtois.
A¨²n m¨¢s que Bale rond¨® el gol James, de cabeza y de lejos, muy cerca de los postes. La sociedad de los renacidos comand¨® 45 minutos de un bombardeo formidable, tan tenaz como falto de punter¨ªa. El colombiano, que no hab¨ªa jugado un solo minuto desde la Copa Am¨¦rica con Colombia, aguant¨® hasta el minuto 56. ¡°El partido de James ha sido bueno. Ha salido del campo porque estaba tocado¡±, explic¨® Zidane.
La despedida del campo fue como las dos ¨²ltimas veces. Ovaci¨®n, gente en pie, ¡°James, James¡±, y ¨¦l repartiendo aplausos mientras abandonaba el campo. As¨ª sucedi¨® cuando se iba, en su ¨²ltimo partido liguero de blanco en el Bernab¨¦u, en mayo de 2017. Y as¨ª sucedi¨® cuando estaba de paso, la noche de mayo de 2018 en la que marc¨® con la camiseta del Bayern en la vuelta de las semifinales de la Champions. Aunque ayer hubo algo notablemente distinto. Despu¨¦s de chocar la mano con Zidane, se entretuvo con ¨¦l, se acercaron, intercambiaron unas palabras. Se demoraron como no se demora uno cuando se va o est¨¢ de paso.
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