Jo?o F¨¦lix enciende la luz

Donde no hab¨ªa nada, en medio de un p¨¢ramo futbol¨ªstico, Jo?o F¨¦lix emergi¨® para ganar un partido enfangado. Ven¨ªa de 80 minutos de f¨²tbol estrecho y pizarrero cuando descubri¨® un agujero para que Vitolo le diera los tres puntos al Atl¨¦tico ante un Legan¨¦s que por tramos lleg¨® a acogotar a los rojiblancos. Los 126 millones de euros de su fichaje salieron a relucir en esa jugada delicada. Si en la primera jornada dej¨® su huella en esa carrera que entusiasm¨® al Metropolitano, esta vez marc¨® las diferencias con ese pase de diez de toda la vida. Muchas piernas, poco espacio y un toque ganador para finiquitar el partido. Definitivamente, el chico est¨¢ por encima del juego de su equipo. De alguna manera rememora a esos mediapuntas del calcio (Del Piero, Baggio, Totti) que sobreviv¨ªan con detalles definitivos en partidos donde el exceso de tacticismo les condenaba a correr mucho y tocar poco la pelota. Jo?o F¨¦lix vive en ese mismo paisaje y sobrevive desde la t¨¦cnica como los citados dieces.

Ante la ausencia de Lodi, no se atrevi¨® Simeone de inicio con Mario Hermoso de lateral izquierdo. Prefiri¨® de arranque disponer una defensa de tres centrales, con Trippier y Sa¨²l como carrileros. Por desconfianza o por tratar de encontrar una f¨®rmula contra el sistema que m¨¢s se le atraganta, decidi¨® poner su pizarra frente al espejo de la de Pellegrino. As¨ª que dos calcos de equipos que parieron un bodrio desde las tres primeras acciones.

Al pelotazo de saque del Legan¨¦s, le sucedi¨® otro del Atl¨¦tico. Lo siguiente fue una falta en el centro del campo de los locales. El gui¨®n del partido pareci¨® escrito en un minuto. Partido de rompe y rasga y f¨²tbol apelotonado. El Legan¨¦s no quer¨ªa la pelota y el Atl¨¦tico no sab¨ªa qu¨¦ hacer con ella. Ni ten¨ªa profundidad, ni encontraba a Lemar ni a Jo?o F¨¦lix, sus dos futbolistas destinados al desequilibrio. Les cuesta ver a sus compa?eros el juego entre l¨ªneas del luso y el franc¨¦s, que se pasaron casi todo el primer acto de un lado a otro intentando que Thomas o Koke les detectaran. En especial Jo?o F¨¦lix, que en los dos primeros partidos de Liga ha asistido a sendas clases de la siderurgia cholista. Si el juego ofensivo consiste en hacerle llegar el bal¨®n en condiciones a tus mejores jugadores, lo del Atl¨¦tico en el primer tiempo fue un fracaso. Ni supo encontrar soluciones por dentro, pese a su empe?o, ni por fuera, aunque el Legan¨¦s invitara a ello.

Una ocasi¨®n de Morata, a los diez minutos, propiciada por un error en la entrega de Omeruo, fue la ¨²nica muesca de los rojiblancos para satisfacci¨®n de Pellegrino. El tost¨®n llev¨® a cambiar el dibujo a Simeone a la media hora de juego. Sa¨²l se fue junto a Thomas, Koke a la derecha y a la izquierda Lemar. Nada cambi¨®. Chato por la izquierda porque Hermoso se qued¨® en una mezcla entre tercer central? y lateral con el candado puesto y con Trippier poco activo para estirar al equipo d¨¢ndole profundidad. No hab¨ªa manera de hilvanar un dos contra uno en banda por ese empe?o de meter a los volantes tan por dentro cuando el espacio estaba en los costados.

Como nada mejor¨® con esa variaci¨®n de piezas, Simeone volvi¨® a su idea original a la vuelta del descanso. Nada, su equipo sigui¨® desnortado y ahora sometido a una salida envalentonada del Legan¨¦s, comandado por Roque Mesa. Debutaba el mediocentro canario en el equipo pepinero, y si en el primer tiempo estuvo m¨¢s pendiente de lo t¨¢ctico, en ese arranque explosivo del Legan¨¦s tuvo m¨¢s peso con la pelota para guiar las contras de su equipo o para templarlo. La ofensiva depar¨® una falta magistral lanzada por Jonathan Silva que se estamp¨® en la escuadra de Oblak. La desorientaci¨®n del Atl¨¦tico la represent¨® Gim¨¦nez en una acci¨®n en la que se enred¨® en su intento por jugar en largo y termin¨® con un barullo en el ¨¢rea que pudo ser peor. Por momentos pareci¨® que solo un error pod¨ªa condenar al Legan¨¦s. Y lo cometi¨®. Koke reba?¨® a la defensa una pelota en la l¨ªnea de fondo y su centro al segundo palo lo caz¨® Jo?o F¨¦lix con una tijera que se le fue alto.

Desesperado, visiblemente irritado, Simeone volvi¨® de nuevo a ordenar una defensa de cuatro condenando a Hermoso al banquillo para que entrara Vitolo. Retras¨® a Sa¨²l de lateral y le puso al canario por delante. M¨¢s punzante y m¨¢s preparado para jugar con la pelota, Vitolo no desperdici¨® el ojo y el buen pie de Jo?o F¨¦lix para ganar el partido. Donde no hab¨ªa nada, el chico puso ese pase filtrado que le consagra como un jugador diferente en un equipo que sigue abonado al 1-0.