Nadal no acepta deslices
El mallorqu¨ªn, que este curso ha alzanzado al menos las semifinales en nueve de los 10 torneos que ha disputado, compite con el turbo en Nueva York mientras sus amenazas caen y se le despeja el cuadro
Rafael Nadal sonr¨ªe, departe y pelotea con gusto el d¨ªa despu¨¦s de ofrecer una actuaci¨®n pr¨¢cticamente redonda en su estreno neoyorquino frente a John Millman (6-3, 6-2 y 6-2, en 2h 09m). Nueva York se transforma de repente en una ciudad vasca y el sirimiri obliga al campe¨®n de 18 grandes y su equipo a trasladar el entrenamiento a la zona a cubierto del complejo Billie Jean King. All¨ª pule sus golpes y disfruta, siguiendo los derroteros de los ¨²ltimos d¨ªas. La noche anterior, tras resolver su acceso a la segunda ronda y lanzar la advertencia de que pisa fuerte, le tira una pullita divertida a uno de los presentes antes de poner rumbo a su hotel: ¡°?Peinado arriesgado, eh?¡±.
Est¨¢ relajado Nadal, bromea y, sobre todo, se siente feliz porque su cuerpo responde cuando hace un a?o hab¨ªa aterrizado en Nueva York con el end¨¦mico mal de la rodilla derecha ofreciendo avisos. Esta vez es diferente. El chasis est¨¢ bien, la maquinaria responde y toca la pelota como los ¨¢ngeles. ¡°Al principio es necesario ganar, sea de la manera que sea, y si es con un resultado como el de hoy [por ayer], mucho mejor¡±, dice despu¨¦s de ceder solo siete juegos e igualar as¨ª sus dos despegues m¨¢s contundentes en el major estadounidense, en 2009 (contra Richard Gasquet) y 2016 (Istomin).
Charla pl¨¢cidamente el balear y su discurso adquiere un tono profundo cuando se le recuerda que hace 10 a?os ¨¦l, Roger Federer y Novak Djokovic tambi¨¦n ocupaban la c¨²spide del circuito cuando desembarcaron en Nueva York. ¡°?Y qu¨¦ ser¨¢ de nosotros dentro de una d¨¦cada? No lo s¨¦, pero no estaremos aqu¨ª, eso seguro. Espero que estemos disfrutando de la vida del modo que decidamos, o que la vida decida para nosotros¡±, matiza. ¡°Pero no puedes predecir qu¨¦ va a ocurrir en el futuro. Puedes prepararte, pero en la vida las cosas cambian as¨ª de r¨¢pido¡±, a?ade mientras ilustra con un chasquido de dedos.
Habla el de Manacor despu¨¦s de brindar dos magn¨ªficas horas de tenis frente al rudo Millman, otro de esos integrantes de la clase media del pelot¨®n que no trascienden, pero que suponen una seria resistencia. El curso pasado, el australiano (30 a?os, 60 del mundo) fundi¨® al mism¨ªsimo Federer en este escenario, donde el suizo vuelve ahora a descubrir algunos signos de debilidad y donde un buen pu?ado de cabezas de serie ya han cogido la puerta de salida. En concreto, cinco de ellos ¨CDominic Thiem (4), Stefanos Tsisipas (8), Karen Khachanov (9), Roberto Bautista (10) y Felix Auger-Aliassime (18)¨C compart¨ªan cuadro con Nadal, que relativiza y no bajo en ning¨²n instante la guardia porque no se permite el m¨¢s m¨ªnimo desliz.
¡°Yo intento hacer mi camino¡±
¡°No creo que a m¨ª me abra el camino¡±, observa. ¡°Esto del ranking es la media de lo que has hecho en este ¨²ltimo a?o. No porque yo sea el n¨²mero dos tengo que estar necesariamente jugando al nivel del dos; puedo estar jugando al del uno o al del 20. Los que han perdido ser¨¢ porque no estaban jugando al nivel que su ranking les marca en este momento¡±, precisa a la vez que remarca: ¡°Todos los que han perdido solo pod¨ªan haberme tocado en semifinales [excepto Khachanov, con el que pod¨ªa haber coincidido en cuartos], as¨ª que tengo mucho trabajo por delante. A m¨ª lo ¨²nico que me importa es si yo llego hasta ah¨ª. Si me das un papelito ya firmar¨ªa yo que me tocara el mejor de los que ha perdido en las semifinales. Llegar¨¢ ah¨ª el que llegar¨¢, yo intento hacer mi camino¡±.
De momento, Nadal se enfrentar¨¢ la pr¨®xima madrugada (hacia las 3.00, Eurosport) al joven Thanasi Kokkinakis (23 a?os, 203 de la ATP) y en direcci¨®n a la pen¨²ltima estaci¨®n del torneo figuran como potenciales amenazas Fernando Verdasco (tercera ronda), John Isner o Marin Cilic (octavos) y Alexander Zverev (cuartos), con el inestable Gael Monfils como hipot¨¦tico adversario (ateni¨¦ndose al listado) en las semifinales. Es decir, el paisaje es apetecible. En cualquier caso, el tenis suele reventar todo pron¨®stico, aunque no as¨ª en torno a Nadal. El mallorqu¨ªn rar¨ªsima vez patina, a diferencia de otros pesos pesados que por una u otra raz¨®n caen contra oponentes aparentemente asequibles.
Los despistes de Federer y Djokovic
Esta temporada, sus seis derrotas han llevado el sello de dos pura sangre (Federer en Wimbledon e Indian Wells, y Djokovic en Melbourne), un especialista (Thiem en Barcelona) y dos pu?ales (Tsitsipas en Madrid y Fabio Fognini en Montecarlo) capaces de meter en un l¨ªo a cualquiera. Mientras tanto, Federer ha ca¨ªdo este a?o ante los vol¨¢tiles Andrey Rublev (43 de la ATP) y David Goffin (15), y el curso pasado frente a Borna Coric (entonces el 19) o Millman (55). Djokovic, por su parte, ha tropezado en 2019 contra Bautista (cuando este estaba fuera del top-10, dos veces), Daniil Medvedev (otras dos, una como 14 del mundo) o Philipp Kohlschreiber (39), y en 2018 dej¨® algunos borrones frente a Khachanov (18), Marco Checchinato (72), Edmund (22), Martin Klizan (140), Benoit Paire (47), Taro Daniel (109) o Hyeon Chung (58).
Sabe Nadal salir de los terrenos empantanados y solo de manera muy excepcional protagoniza una ca¨ªda sonora. Mientras el resto resbala en momentos insospechados, ¨¦l avanza como un acorazado y garantiza el el ascenso hasta las ¨²ltimas cotas: este ejercicio ha firmado cuatro finales y cinco semifinales, y solo el irritante Nick Kyrgios logr¨® descentrarle en la segunda ronda de Acapulco.
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