Djokovic entra en erupci¨®n: ¡°?Callaos la p... boca! ?Te voy a encontrar, cr¨¦eme, te voy a encontrar...¡±

Mientras el periodista construye la pregunta, Novak Djokovic clava la mirada en el interlocutor y su boca va dibujando un ligera sonrisilla. Sabe que le han pillado.

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¨C Solo fue una peque?a charla.

Casi es medianoche en Nueva York y al n¨²mero uno se le transmite que hay un v¨ªdeo circulando en las redes en el que se le ve encar¨¢ndose con un aficionado, situado tras una membrana met¨¢lica mientras el serbio calentaba antes del cruce con el local Denis Kudla. Trasciende que el aficionado le dice a ra¨ªz de la lesi¨®n en el hombro izquierdo que le azot¨® en la primera ronda: ¡°?Pero t¨² no ibas a retirarte?¡±. No el resto, lo previo, todo aquello que conduce a Nole (6-3, 6-4 y 6-2 a su favor) a desentenderse en un instante del peloteo y aproximarse al vallado, que act¨²a de oportuno intermediario.

¨C Te voy a encontrar, cr¨¦eme, te voy a encontrar...

Ah¨ª prende la mecha, que despu¨¦s sigue quem¨¢ndose durante el partido que cierra la jornada en la Arthur Ashe, resuelto por Djokovic sin ning¨²n tipo de contratiempo pese al percance f¨ªsico que padece. ¡°Bien, casi no he tenido dolor. Solo un poco, pero estoy realmente contento de c¨®mo ha ido¡­¡±, explica sin querer entrar en m¨¢s detalles de qu¨¦ tipo de lesi¨®n sufre o c¨®mo est¨¢ trat¨¢ndola. En la pista, durante un intercambio, un par de sujetos entre el p¨²blico vociferan con mala intenci¨®n mientras ¨¦l y Kudla disputan un intenso punto y entonces Nole estalla.

¨C ?Callaos la p... bocaaaaaaaaa! (Shut the fuck up!)

Es el Djokovic de los viejos tiempos, al que le hierve la sangre de vez en cuando. ¡°Sesiones nocturnas, Nueva York, la gente est¨¢ encima¡­ Eran un par de tipos que llevaban un par de copas de m¨¢s, pero todo bien¡±, se?ala antes de volver el primer incidente durante el calentamiento: ¡°Quer¨ªa tomar algo con ¨¦l [el hombre que le provocaba desde el vallado]. Me gusta el tipo. Voy a comprarle una bebida¡­ Lo dejaremos entre nosotros, pero definitivamente me ayud¨®, me hizo un favor; de hecho, ¨¦l no lo sabe, pero me ayud¨®. Aunque no quisiera hacerme el favor, me lo hizo, un gran favor¡±.

Pese a la tensi¨®n del encuentro, Djokovic (32 a?os) responde con amabilidad e incluso insta al moderador a permitir una pregunta m¨¢s. Despu¨¦s atiende a los enviados serbios y una televisi¨®n, y al final se retira acompa?ado de su agente [Elena Cappellaro] al hotel para calmar los ¨¢nimos y la ma?ana siguiente, propone, dar un paseo por Central Park. En los octavos se enfrentar¨¢ a Stan Wawrinka, el suizo que le priv¨® del t¨ªtulo de 2016 en Flushing Meadows.

Ha sido una noche caliente, pero no solo para ¨¦l. En la pista Louis Armstrong, el ruso Daniil Medvedev (23) ha hecho una exhibici¨®n de malos modos al reprender a un recogepelotas de mala manera, lanzar una raqueta contra su banquillo y dedicarle una peineta a la grada durante el duelo contra Feliciano L¨®pez. El tenista que m¨¢s triunfos ha logrado esta temporada (47), cinco del mundo actualmente, es abucheado una y otra vez, pero despacha al espa?ol (7-6, 4-6, 7-6 y 6-4, en 3h 19m) y en el broche ofrece un discurso retador.

¨C Me hab¨¦is hecho ganar. Estaba cansado y me hab¨¦is aportado una energ¨ªa fundamental. Quiero que cuando os vay¨¢is a la cama sep¨¢is que me hab¨¦is hecho ganar. Y cuanto m¨¢s me pit¨¦is, m¨¢s ganar¨¦.