Holanda y el nuevo orden mundial
Koeman ha recuperado las se?as de identidad, un juego alegre que no olvida la presi¨®n arriba y la posesi¨®n del bal¨®n
?A qui¨¦n no le gusta el buen f¨²tbol? Cada vez que veo a la nueva Holanda, siento una conexi¨®n inmediata. Estamos ante un equipo cargado de j¨®venes talentos y consciente de que tener el bal¨®n es el primer paso hacia la victoria. Me gusta su apuesta por el buen f¨²tbol, pero tambi¨¦n el hecho de que vuelvan a levantar la mano, tanto para demandar la pelota en la cancha, como para pedir su espacio dentro del orden mundial. El mismo del que se cay¨® hace tiempo y que le urge recuperar.
Solo el tiempo dir¨¢ si merece o no estar entre los mejores. Deber¨¢ hacer honores para ello. La realidad es que, tras la imponente victoria por 2-4 ante Alemania, la emoci¨®n se ha desbordado. Y hay que dejar llevar la calma, la misma que se ha tenido en estos a?os a pesar de la sequ¨ªa, hasta que ha aparecido esta ¨²ltima esperanza. Cierto es que hablamos de un rival de mucha entidad, dominador del f¨²tbol hasta no hace mucho tiempo. Un equipo que no suele fallar en las grandes citas y que, para los holandeses, son como su n¨¦mesis, trayendo el amargo recuerdo de aquella m¨ªtica final del Mundial del 74 con mi padre abanderando a la Naranja Mec¨¢nica.
Sin embargo, hablar de este actual grupo es una gozada. Y no es nuevo. Me consta que Ronald Koeman ha recuperado las se?as de identidad, las que ¨¦l mostr¨® en sus d¨ªas de profesional. De ah¨ª que apueste por un juego alegre que no olvida la presi¨®n arriba y la posesi¨®n del bal¨®n como herramientas para buscar el triunfo. Al mismo tiempo, acumula a un elevado n¨²mero de jugadores de enorme calidad entre los que destaca un hecho curioso: que dos centrales, Virgil van Dijk y Matthijs de Ligt, sean dos de los principales referentes en una selecci¨®n donde el juego de ataque es un dogma.
Hace casi una d¨¦cada, la fortaleza de la Oranje era puramente ofensiva. Dol¨ªa dejar a gente de ataque fuera de las alineaciones. Arjen Robben, Robin van Persie, Wesley Sneijder o Klaas-Jan Huntelaar dominaban en la parte alta, pero se sufr¨ªa atr¨¢s. Ahora es todo lo contrario. Hay mucho nivel en defensa y en la medular, pero arriba no encontramos el mismo que en el resto de demarcaciones. De ah¨ª que Holanda aguarde la llegada de un goleador nato y puro que reivindique ese puesto. Mientras tanto, Frenkie de Jong conquist¨® hace unos d¨ªas el Premio a Mejor Centrocampista de la pasada edici¨®n de la Champions y el Johan Cruyff al mejor joven talento holand¨¦s de la pasada temporada. Es el ejemplo m¨¢s patente del renacimiento de la selecci¨®n.
Grandes generaciones siempre hay en Holanda. Es el ciclo de la vida en la Eredivisie, cuna de jugadores de talla mundial. De momento, y tras a?os de agon¨ªa en los que la Oranje se qued¨® fuera de dos grandes citas seguidas, la Eurocopa de 2016 y el Mundial de 2018, parece que revive la esperanza. Y es una magn¨ªfica se?al en un panorama internacional donde los roles comienzan a clarificarse a tres a?os de la cita en Qatar.
Desde mi punto de vista, Francia merece el respeto de todos por ser la actual campeona. Ahora bien, Brasil revivi¨® tras la conquista de la ¨²ltima Copa Am¨¦rica, aunque el hecho de que la organizara en su casa y no acabara de enamorar, siendo m¨¢s efectivo que atractivo, llama a la cautela. Adem¨¢s, queda por ver si el tropiezo de este fin de semana de Alemania es pura an¨¦cdota, y si Espa?a consigue recuperar la esencia ganadora.
Imposible olvidarse de B¨¦lgica, entrenada magistralmente por un buen amigo como Roberto Mart¨ªnez hasta conducirla brillantemente al n¨²mero uno del ranking FIFA tras alcanzar el tercer puesto en el pasado Mundial, ni tampoco el trabajo de f¨²tbol base y estructura que ha encumbrado a Inglaterra. ?Qui¨¦n dominar¨¢ el nuevo orden? Una duda que, como siempre, la pelota se encargar¨¢ de responder.
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