River y Boca vuelven a esgrimir sus espadas en la Copa Libertadores
Las semifinales del m¨¢ximo torneo continental encuentra otra vez a los dos m¨¢s grandes de Argentina, a menos de un a?o de la definici¨®n en Madrid
Como si el supercl¨¢sico s¨®lo tuviese que definir algo muy grande, River Plate y Boca Juniors esgrimir¨¢n sus espadas por la primera semifinal de la Copa Libertadores este martes en el Monumental, cuando todav¨ªa no se cumpli¨® un a?o de las taquic¨¢rdicas y bochornosas finales de 2018, aquellos dos partidos subctu¨¢neos, metidos debajo de la piel de la Argentina futbolera, que terminaron consagrando a River en Madrid.
Aunque esta vez no se trata de una definici¨®n ¨²nica, en la c¨²pula de la rivalidad, la semifinal del torneo m¨¢s importante del continente no deja de ser un episodio extraordinario de un enfrentamiento ancestral. El ganador se quedar¨¢ con algo m¨¢s que el derecho a definir la Copa, el 23 de noviembre en Santiago de Chile, contra el vencedor de la semifinal que Gremio y Flamengo, ambos de Brasil, comenzar¨¢n a jugar este mi¨¦rcoles: un triunfo contra el cl¨¢sico rival siempre vale doble, como si se escribiera sobre papel de calcar.
Las relaciones institucionales entre los dos clubes m¨¢s grandes de Argentina quedaron da?adas por las esquirlas de la final del a?o pasado, que a su vez ya estaban heridas por el cruce anterior entre ambos equipos por la Libertadores: los octavos de final de 2015 terminaron cuando hinchas de Boca agredieron con gas pimienta a jugadores visitantes en la Bombonera y la Conembol ratific¨® a River -que estaba en ventaja- como ganador de la serie.
En cierta forma, la final del Santiago Bernab¨¦u todav¨ªa no finaliz¨®: la dirigencia de Boca le sigue reclamando al TAS para que el m¨¢ximo tribunal de justicia deportiva le d¨¦ por ganado el partido y el torneo a su club. El pedido se basa en que, para los xeneizes, la responsabilidad del ataque con piedras y botellas de hinchas de River al bus que trasladaba a los jugadores de Boca al Monumental para la fallida final de 2018 -y que terminar¨ªa con el partido en Espa?a- fue responsabilidad del equipo local.
Si los m¨®viles de televisi¨®n estar¨¢n atentos antes del supercl¨¢sico a la interna caliente de la barra brava de River y a la triple esquina entre Libertador, Monroe y Quinteros, a 600 metros del estadio, donde el a?o pasado fue atacado Boca -ante una llamativa ausencia policial-, dentro de la cancha habr¨¢ un equipo muy similar al de 2018 y otro muy diferente. Mientras River repite a siete titulares que jugaron en el 2-2 de la Bombonera y el 3-1 de Madrid, m¨¢s la permanencia de su entrenador-t¨®tem, Marcelo Gallardo, Boca presentar¨¢ un equipo con s¨®lo tres titulares ¡°sobrevivientes¡± de aquella derrota. Su necesidad de limpiar las secuelas de Madrid tambi¨¦n incluy¨® el cambio de entrenador: Gustavo Alfaro reemplaz¨® a Guillermo Barros Schelotto.
Boca, puntero en la Superliga
El Boca 2019 tal vez tenga la belleza del cemento pero tambi¨¦n su solidez: de los 39 partidos que jug¨® en el a?o, el equipo de Alfaro gan¨® 23, empat¨® 13 y perdi¨® apenas 3. En la actual Superliga, que lleva ocho fechas, Boca no s¨®lo est¨¢ puntero e invicto sino que reci¨¦n este s¨¢bado, ante Newell¡¯s, su arquero Esteban Andrada recibi¨® el primer gol en el torneo. Su imbatibilidad durante 864 minutos marc¨® un r¨¦cord en la historia del club por ligas locales -y se extendi¨® hasta 1.129 minutos sumadas otras competencias-.
El duelo ser¨¢ apasionante porque, a su vez, River tiene para esgrimir su extraordinaria fortaleza en las competencias a eliminaci¨®n directa de los ¨²ltimos a?os, en las que super¨® consecutivamente cuatro veces a Boca desde 2014: semifinales de Sudamericana 2014, octavos de final de Libertadores 2015, Supercopa Argentina 2018 y final de Libertadores 2018.
Si bien se hizo habitual que River y Boca lleguen a semifinales de la Copa -el equipo de Gallardo lo consigui¨® cuatro veces en los ¨²ltimos cinco a?os, en 2015, 2017, 2018 y 2019, mientras Boca lleg¨® en 2016, 2018 y 2019-, el ¨²nico supercl¨¢sico en esta instancia fue en 2004, cuando Boca festej¨® por penales en el Monumental, aunque luego perder¨ªa la final contra Once Caldas de Colombia.
Entre la indeleble definici¨®n de Madrid y la semifinal de este martes, el ¨²nico antecedente fue un tedioso 0-0 por la Superliga, el domingo 1 de septiembre. En el medio transcurrieron ocho meses y 20 d¨ªas, el mayor lapso sin cl¨¢sicos en Argentina -incluidos amistosos- de los ¨²ltimos 70 a?os, desde que entre noviembre de 1957 y septiembre de 1958 no hubo ning¨²n tipo de Boca-River. Un coctel entre el azar del fixture y una decisi¨®n de no jugar amistosos para no agravar la tensi¨®n desencandenaron en ese par¨¦ntesis. Para la revancha en la Bombonera tambi¨¦n habr¨¢ que esperar m¨¢s de lo nomal, tres semanas, hasta el martes 22.
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