River gana a Boca en la primera semifinal de la Copa Libertadores
El equipo de Gallardo vence 2-0 a su eterno rival con goles de Rafael Borr¨¦ (de penal) y Nacho Fern¨¢ndez. El partido de vuelta ser¨¢ el 22 de octubre en la Bombonera
En el f¨²tbol argentino, los partidos comienzan mucho antes de cuando lo dispone el ¨¢rbitro. Este martes, a seis horas de que comience el supercl¨¢sico por las semifinales de la Copa Libertadores, los encargados de abrir el Monumental llegaron a las puertas del estadio y se encontraron con lo que en la jerga del animismo se suele llamar "trabajito": hinchas de Boca hab¨ªan dejado una camiseta de su equipo con velas ardiendo, como si esa invocaci¨®n a los esp¨ªritus pudiera ayudar a su equipo. Fue entonces que empleados de River se asesoraron para contrarrestar ese llamado esoterico.
Sin embargo, concluido el partido ya cerca de la medianoche, quien haya hecho ese intento de magia negra -algo m¨¢s habitual de lo que se cree-, seguramente no se habr¨¢ jactado. River demostr¨® por qu¨¦ desde 2014 gan¨® siete t¨ªtulos internacionales y este martes super¨® 2 a 0 con justicia a su cl¨¢sico rival. Los goles de Rafael Santos Borr¨¦, tras un penal se?alado por el VAR, y de Ignacio Fern¨¢ndez, uno en cada tiempo, parecen darle una interesante ventaja para la revancha al actual campe¨®n de la Libertadores, que en diciembre del a?o pasado se consagr¨® justamente ante Boca en Madrid.
Los jugadores visitantes, con Carlos Tevez a la cabeza, gesticularon y se quejaron contra el ¨¢rbitro brasile?o Raphael Claus, quien en el ¨²ltimo minuto, otra vez a instancias del VAR, expuls¨® al mediocampista visitante Nicol¨¢s Capaldo. El vencedor del supercl¨¢sico argentino -la revancha ser¨¢ el martes 22 en la Bombonera- jugar¨¢ la final de la Copa contra el ganador de los brasile?os Gremio-Flamengo, que este mi¨¦rcoles se enfrentar¨¢n por la primera semifinal en Porto alegre.
Aun con lo relativo que puede ser el primer partido de una serie de 180 minutos, River festej¨® el 2-0 como se festejan los triunfos contra el m¨¢ximo rival: sin pensar en el ma?ana. En el medio qued¨® un partido que paraliz¨® una parte de Buenos Aires: 1.700 polic¨ªas y un incesante sonar de sirenas montaron un simulacro de seguridad para que no se repitiera el esc¨¢ndalo de la final del a?o pasado en el Monumental, cuando un ataque de hinchas de River a jugadores de Boca frustr¨® el partido que terminar¨ªa en Madrid.
Se supon¨ªa que Boca saldr¨ªa a resguardar su arco, acorde a su mayor virtud en los ¨²ltimos partidos, pero el gol de Borr¨¦ a los 7 minutos volvi¨® a confirmar que el f¨²tbol es el deporte de los pron¨®sticos traicionados. La decisi¨®n del ¨¢rbitro brasile?o fue a trav¨¦s de un llamado del VAR, largos segundos despu¨¦s de la -existente- infracci¨®n de Emanuel M¨¢s. Tambi¨¦n el supercl¨¢sico argentino es un tradici¨®n de m¨¢s de 100 a?os que debe adaptarse a los incomprendidos tiempos modernos.
Con la misma intensidad en el campo de juego que en las tribunas, el partido que sigui¨® justific¨® la peque?a fortuna que los hinchas pagaron por una entrada en una Argentina en crisis. Boca, en desventaja, qued¨® a mitad de camino de su plan original e intent¨® adelantarse algunos metros pero sin demasiada convicci¨®n, mientras River pas¨® a jugar con menos desesperaci¨®n para convertir y siempre mantuvo el control.
El cl¨¢sico argentino mostr¨® la vigencia de Enzo P¨¦rez, un cacique ya veterano que podr¨ªa seguir jugando en las ligas de Europa pero elige hacerlo en el club del que es hincha. Al comp¨¢s de su superioridad, River tuvo m¨¢s situaciones de gol, aunque la ocasi¨®n que desperdicio Capaldo, al cierre del primer tiempo, fue una de esas que los televidentes habr¨¢n tenido que ver varias veces para convencerse de que no fue gol.
En ese contexto de piernas afiladas y m¨ªnimos espacios, el segundo gol de River -convertido por Fern¨¢ndez- no solo fue justo: tambi¨¦n tuvo la gracia de quien es capaz de producir belleza en medio de la guerra simb¨®lica de un supercl¨¢sico.
La revancha ser¨¢ el martes 22, con todo un desaf¨ªo: que los 90 minutos se jueguen en paz. Las ¨²ltimas dos revanchas de series supercl¨¢sicas por Libertadores terminaron en esc¨¢ndalo. Al gas pimienta lanzado por hinchas de Boca a los jugadores de River en la Bombonera, por los octavos de final de la Copa 2015, el a?o pasado se le sumaron las piedras que simpatizantes de River arrojaron a los futbolistas de Boca en las inmediaciones del Monumental.
El martes, antes del partido, los m¨®viles de televisi¨®n se concentraron durante horas en el lugar del ataque de 2018, en la esquina entre Libertador, Monroe y Lidoro Quinteros, pero esta vez el ¨®mnibus que trasladaba a los jugadores de Boca pas¨® sin problemas. Si los hinchas de River no pudieron festejar entonces el t¨ªtulo que su equipo terminar¨ªa ganando en Madrid, lo de este martes fue un peque?o desquite. Aunque todav¨ªa falta, justamente, la revancha
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