El desempate r¨¢pido resolver¨¢ un torneo de casi un mes con f¨®rmula obsoleta
La cuarta jornada de los duelos Ding-Rady¨¢bov (final) y Vachier-Yu (bronce) termina en tablas aburridas
El formato de la Copa del Mundo (eliminatorias a dos partidas, la final a cuatro y desempates r¨¢pidos) se dise?¨® a finales del siglo XX con la emoci¨®n como norte. Dos decenios despu¨¦s, el ajedrez ha cambiado mucho, y el sistema no ha funcionado en la presente edici¨®n, que terminar¨¢ este viernes en Janti Mansiisk (Rusia). La cuarta jornada de la final y la lucha por el tercer puesto ha sido tan aburrida que los comentaristas en directo han dado prioridad a las preguntas del p¨²blico.
¡°En realidad, no me importa lo que pase ma?ana¡±, fue la respuesta espont¨¢nea del franc¨¦s Maxime Vachier-Lagrave, cuando, tras el insulso empate de hoy, le preguntaron como ve¨ªa el desempate. Quiz¨¢ arrepentido de la contundencia de su frase, la arregl¨® un poco de inmediato: ¡°Bueno, s¨ª me importa. Pero ma?ana es el ¨²ltimo d¨ªa, y eso es lo m¨¢s importante para m¨ª, porque llevo m¨¢s de dos meses fuera de mi casa, y casi uno en la Copa del Mundo¡±. El tercer puesto en este torneo tiene su valor, porque quien lo ocupe tendr¨¢ m¨¢s probabilidades de recibir la invitaci¨®n directa para el Torneo de Candidatos, y porque hay 10.000 d¨®lares de diferencia entre los 60.000 del tercer premio y los 50.000 del cuarto.
Pero cada vez son m¨¢s los expertos -organizadores, periodistas especializados e incluso jugadores de ¨¦lite- que asumen la necesidad de cambiar algo sustancial en los formatos de competici¨®n. Ya no se trata solo del viejo problema de las tablas sin lucha, anterior a la gran influencia de las computadoras en el entrenamiento, sino de que estas han producido dos efectos que obligan a modificar la perspectiva: enorme aumento de los conocimientos sobre aperturas y de la t¨¦cnica defensiva. A su vez, ello produce dos hechos claramente traum¨¢ticos para el futuro pr¨®ximo: los planteamientos muy conservadores y el n¨²mero de empates luchados aumentan; y cada vez es m¨¢s frecuente que casi toda la partida venga preparada de casa, de tal modo que la ciencia pr¨¢cticamente anula al deporte y al arte.
El azerbaiyano Teimur Rady¨¢bov es un buen ejemplo de esto ¨²ltimo. Su preparaci¨®n de las aperturas es impresionante, muy sobresaliente, de m¨¦rito indudable por el gran trabajo casero que implica. Pero, contrariamente a Gari Kasp¨¢rov, cuyas recetas de laboratorio iban dirigidas a la yugular del rival, o de Magnus Carlsen, quien se considera feliz torturando a sus oponentes durante horas a partir de ventajas infinitesimales, o incluso desde posiciones equilibradas, Rady¨¢bov elabora sus armas secretas con el principal¨ªsimo objetivo de no perder, incluso con blancas.
As¨ª lo demostr¨® ayer cuando introdujo una idea que casi le aseguraba el empate, aunque Ding acertase con todas las mejores defensas, y le daba clara ventaja si el chino comet¨ªa imprecisiones, como de hecho ocurri¨®. Tras hacer unos 30 movimientos de memoria, el azerbaiyano gan¨® y adem¨¢s con brillantez (tambi¨¦n preparada en casa). Hoy, Rady¨¢bov ha aportado una idea muy interesante con negras, con un sacrificio de pe¨®n a cambio de la iniciativa, pero era altamente improbable que le pudiera dar ventaja, y adem¨¢s implicaba un inmediato cambio de damas con clara tendencia al empate.
Ahora bien, aunque la idea de que hay que cambiar algo empieza a cuajar, casi nadie tiene claro qu¨¦ se debe cambiar concretamente, a pesar de que las propuestas son muchas y variadas. Y el trasfondo de ello tambi¨¦n dificulta la situaci¨®n: el ajedrez tiene m¨¢s de quince siglos de historia documentada; quiz¨¢ por eso, la tendencia conservadora es mayor que en cualquier otro deporte.
El desempate de este viernes se retransmitir¨¢ en directo con comentarios de Leontxo Garc¨ªa y el GM Miguel Illescas, a partir de las 15.00 (hora de Janti Mansiisk), 12.00 en Madrid, 07.00 en Buenos Aires, 05.00 en Bogot¨¢ y Ciudad de M¨¦xico.
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