Cuando la ciencia mata al deporte y al arte
La final Rady¨¢bov-Ding y el duelo por el bronce Yu-Vachier arrancan con sendos empates sin lucha
La cada vez m¨¢s extendida sensaci¨®n de que el ajedrez necesita un cambio radical y urgente en el formato de competici¨®n ha pasado a primer plano en la Copa del Mundo que se disputa en Janti Mansiisk (Rusia) tras los aburridos empates firmados hoy en dos duelos que deber¨ªan ser apasionantes. El azerbaiyano Teimur Rady¨¢bov, frente al chino Liren Ding en el primer asalto de la final, y el chino Yangyi Yu, contra el franc¨¦s Maxime Vachier Lagrave en la lucha por el tercer puesto, han jugado descaradamente a hacer tablas a pesar de tener la iniciativa de las piezas blancas, y las han firmado en menos de dos horas. Ambos duelos est¨¢n programados al mejor de cuatro partidas.
La enorme influencia de los ajedrecistas de silicio (las computadoras que calculan millones de jugadas por segundo) en el entrenamiento de los jugadores se nota especialmente en dos campos: la exhaustiva preparaci¨®n de las aperturas (primeros movimientos), que son la parte cient¨ªfica del ajedrez, dado que se realiza en casa o en el hotel, y que puede producir que los primeros 25 o m¨¢s se hagan de memoria; y la t¨¦cnica defensiva, mucho mejor que hace 25 a?os. La suma de ambos factores produce que ganar con las piezas negras a un jugador que persiga hacer tablas con blancas sea cada vez m¨¢s dif¨ªcil.
En teor¨ªa, Rady¨¢bov (10? del mundo) y Yu (15?) son algo inferiores a Ding (3?) y Vachier-Lagrave (4?), respectivamente. Adem¨¢s, tanto Ding como Vachier-Lagrave son tambi¨¦n fort¨ªsimos en las modalidades r¨¢pidas, que eventualmente decidir¨¢n estos duelos en los desempates del viernes. Solo un excesivo miedo a perder -y quiz¨¢ el cansancio acumulado durante tres semanas de competici¨®n, pero ayer fue d¨ªa de descanso- puede explicar que Rady¨¢bov y Yu no arriesguen lo m¨¢s m¨ªnimo en el primer asalto con blancas .
Sin embargo, Rady¨¢bov ha aceptado entrar en una variante del archianalizado Gambito Marshall, una de las variantes m¨¢s agudas de la Apertura Espa?ola, que debe ese nombre al cl¨¦rigo Ruy L¨®pez de Segura, campe¨®n del mundo oficioso en el siglo XVI; todas las partidas de ¨¦lite jugadas con esa variante desde 2006 fueron tablas. Pero eso no es lo m¨¢s incomprensible: los primeros 26 movimientos de hoy han sido id¨¦nticos a otra partida entre Rady¨¢bov y Ding, disputada hace unos meses en el Memorial Gash¨ªmov de Shamkir (Azerbaiy¨¢n). Rady¨¢bov ha introducido una novedad en el 27, y el empate se ha firmado en el 33, mientras muchos aficionados expresaban su decepci¨®n en las redes sociales (las partidas se retransmiten en directo por Internet). Rady¨¢bov ha explicado despu¨¦s algo dif¨ªcil de creer: que ten¨ªa preparada otra cosa, pero que ha cambiado de opini¨®n durante la partida.
Lo acontecido en el otro duelo es ligeramente distinto, pero conduce a la misma conclusi¨®n. Yu se ha desviado en la jugada 14 de lo que Vachier-Lagrave ya hab¨ªa jugado en cuatro partidas anteriores, pero lo ha hecho con una idea que pr¨¢cticamente obliga a respuestas ¨²nicas en una larga secuencia. Es decir, con una idea que el franc¨¦s ten¨ªa analizada y calculada forzosamente, ya fuera en una de esas cuatro partidas o en su trabajo casero. O sea, que Yu sab¨ªa que el empate era el ¨²nico resultado posible, salvo que su rival sufriera de pronto un tremendo vac¨ªo mental que le llevase a cometer un error muy grave. Y el empate se ha firmado en la 36.
?C¨®mo se puede terminar con esta lacra, para que la ciencia no mate al arte y el deporte? El octacampe¨®n de Espa?a, Miguel Illescas, uno de los comentaristas oficiales en espa?ol de estos duelos, lleva un par de a?os proponiendo algo, inspirado en el shogi (ajedrez japon¨¦s): cada empate es seguido inmediatamente por otra partida con los colores cambiados y el tiempo restante en ambos relojes cuando se firmaron las tablas; y si persisten los empates, as¨ª sucesivamente, pero con el importante matiz de que quien condujo las blancas en la partida inicial tendr¨ªa las negras en todas las dem¨¢s, de tal modo que ello le incentivar¨ªa a luchar por la victoria en el asalto inaugural.
Es decir, al t¨¦rmino de cada jornada habr¨ªa un vencedor y un derrotado (aunque, a efectos de la lista mundial, el resultado podr¨ªa ser el de tablas), lo que sin duda resultar¨ªa atractivo para patrocinadores, prensa y aficionados. Adem¨¢s, un torneo como este, que dura casi un mes, podr¨ªa resolverse en menos de dos semanas porque cada eliminatoria se liquidar¨ªa en un solo d¨ªa, en lugar de tres como ahora (dos partidas lentas m¨¢s eventuales desempates) o en cinco si hablamos de la final.
Entre los cambios que causar¨ªa esa medida revolucionaria hay dos que merecen especial consideraci¨®n. La resistencia f¨ªsica ser¨ªa m¨¢s importante que ahora, lo que podr¨ªa perjudicar a los jugadores de mayor edad. Y tal vez bajar¨ªa algo la calidad media de las partidas. Pero cabe preguntarse si preservar la calidad debe ser realmente lo m¨¢s prioritario. En caso afirmativo, los torneos podr¨ªan jugarse en monasterios, sin c¨¢maras ni periodistas ni Internet ni patrocinadores¡ Pero sin premios.
La final se retransmitir¨¢ en directo de lunes a jueves (y eventual desempate el viernes) con comentarios de Leontxo Garc¨ªa y el GM Miguel Illescas, a partir de las 15.00 (hora de Janti Mansiisk), 12.00 en Madrid, 07.00 en Buenos Aires, 05.00 en Bogot¨¢ y Ciudad de M¨¦xico.
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