Un Bar?a de ¡®PlayStation¡¯ arrolla al Sevilla

El Bar?a es un equipo de PlayStation. Alguno de sus partidos ha durado cinco u ocho minutos, f¨¢ciles de resumir, dispuestos para ser vistos por el celular, tal y como piden los millennials y advirti¨® Pablito Aimar: ¡°Somos la ¨²ltima generaci¨®n que vemos un partido entero¡±, afirm¨® en La Naci¨®n. El ejemplo del nuevo f¨²tbol es el Barcelona. A partir del v¨¦rtigo, la contundencia y la efectividad, los azulgrana fulminaron al Sevilla.

Acostumbra a pasar cuando en un equipo juega el delantero De Jong y en el bando contrario est¨¢ Luis Su¨¢rez. El holand¨¦s no atin¨® a concretar nunca el buen juego del Sevilla, cuando el bal¨®n no sal¨ªa de la cancha azulgrana, y por contra el uruguayo vole¨® un centro de Semedo en el momento en que el Bar?a pis¨® el ¨¢rea de Vaclik. Ning¨²n hincha hubiera apostado por el protagonismo del portugu¨¦s y el 1-0 salvo que fuera un jugador de PlayStation.

Los azulgrana fueron un equipo de momentos, imposibles de defender cuando se desataron en ataque y tan vulnerables como afortunados en los instantes de dominio del Sevilla, un plantel racional y sin punter¨ªa, el polo opuesto al Bar?a. La pegada y la verticalidad fueron tan asombrosas que hasta Messi fue un espectador de los goles de la formaci¨®n dispuesta por Valverde hasta que ejecut¨® un tiro libre para marcar su primer tanto de la temporada ante su rival favorito: 37 goles en 38 partidos contra el Sevilla.

A excepci¨®n de Lenglet, sancionado y sustituido por Todibo, el Bar?a empez¨® el encuentro con la misma alineaci¨®n que acab¨® la contienda ante el Inter. A pesar de las similitudes de los rivales, no se sabe si es un once m¨¢s en una ¨¦poca de rotaciones o un equipo de entretiempo que forma parte de la transici¨®n del Bar?a.

No son cambios cualquiera sino que inciden en asuntos capitales: el del medio centro y el punta izquierdo en el 4-3-3. El equipo gira sobre De Jong, m¨¢s expansivo que Busquets, y se abre con Demb¨¦l¨¦, mejor como extremo que Griezmann, mientras va y viene Arturo Vidal. El se?alado es hoy el franc¨¦s, antes lo fue Su¨¢rez y desde hace cuenta poco Rakitic.

El t¨¦cnico tiene delanteros y centrocampistas para elegir y por el contrario ante el Sevilla solo dispon¨ªa de cuatro zagueros diestros a la espera del zurdo Alba. La agitaci¨®n, y a menudo confusi¨®n azulgrana, anim¨® al equipo de Lopetegui.

Al igual que el Inter, y a diferencia del Bar?a, el Sevilla tiene una idea de juego definida, es un equipo f¨ªsico y poderoso, dif¨ªcil de combatir cuando el ritmo de partido es alto, como era el del Camp Nou. Hasta cuatro ocasiones contaron los andaluces en 20 minutos, negados en la l¨ªnea de gol y solo reducidos por Ter Stegen.

No sal¨ªan ni llegaban los azulgrana, faltos de l¨ªnea de pase, de pausa y de juego, sin un plan reconocible, a remolque del rival y entregados al desequilibrio de Demb¨¦l¨¦ y Messi. Y, sin embargo, no tuvieron piedad del Sevilla cuando llegaron al ¨¢rea rival porque marcaron tres goles en tres tiros armados de forma sorprendente por dos futbolistas dif¨ªciles de comprender: Semedo y Demb¨¦l¨¦.

Semedo, un lateral derecho ubicado en el carril izquierdo, progres¨® como el mejor de los extremos y centr¨® con la zurda para que Su¨¢rez rematara de chilena: 1-0. El portugu¨¦s se marc¨® cinco minutos despu¨¦s una ruleta que dio paso a un centro de Arthur y al toque de puntera de Vidal: 2-0. Y tres minutos m¨¢s tarde Demb¨¦l¨¦ se arranc¨® como un rayo, quebr¨® por la mitad a Diego Carlos y cruz¨® a la red de Vaclik.

Al Bar?a le alcanzaron unos pocos minutos de un partido gobernado por el Sevilla. Afirmada la victoria, se esmer¨® en dejar pasar el tiempo mientras De Jong segu¨ªa fallando y Mateu Lahoz, a juego con el tono racheado del partido, expulsaba al debutante Araujo y a Demb¨¦l¨¦, y amonestaba a Busquets, 15 segundos amenizados por un ¨¢rbitro mal vistos en el Camp Nou. M¨¢s minutos de munici¨®n para discutir en una contienda fraccionada y del agrado de Vidal, s¨ªmbolo del cambio en un Bar?a indescifrable tambi¨¦n para Lopetegui, goleado con el Madrid y el Sevilla. Los goles, hasta 20 marcados por 12 jugadores distintos, caen en el Camp Nou sin necesidad de jugar al f¨²tbol, de coser muchas jugadas o de tener la pelota, como no se hab¨ªa visto en la vida en el Bar?a.