Un ni?o, un viejo y Orlando Ortega
Adri¨¢n Ben, Garc¨ªa Bragado y el vallista, los mejores de una selecci¨®n espa?ola que suma ocho finalistas y un bronce
Esto tambi¨¦n es el atletismo espa?ol: pocos d¨ªas antes de disputar una media marat¨®n decisiva para su preparaci¨®n mundialista, Dani Mateo, de 30 a?os, debi¨® descargar un cami¨®n de cerdos en la granja porcina que gestiona su familia junto a Almaz¨¢n, en la Soria vaciada que se niega a abandonar porque, dice, si solo se quedan los viejos, esto desaparece. No corre por ganar dinero, para eso trabaja, si no porque disfruta corriendo, y sufre m¨¢s entrenando que disputando el marat¨®n de Doha, y lo termina d¨¦cimo, un puesto fabuloso.
En Espa?a, dicen los t¨¦cnicos, los universitarios deben robarle tiempo a los estudios para entrenarse y los trabajadores deben combinar el horario laboral con las series y las tiradas largas.
Espa?a se va de Doha, de ¡°los Mundiales de las marcas m¨¢s fuertes de toda la historia¡±, como los define el presidente de la federaci¨®n, Ra¨²l Chapado, con la medalla de bronce de Orlando Ortega (perdida en el tart¨¢n por la obstrucci¨®n de Omar McLeod, y ganada pol¨ªticamente en los despachos), uno de los tres mejores del mundo siempre, uno de los pocos atletas espa?oles que pueden vivir con dignidad solo del atletismo. Este dato ya mejora la actuaci¨®n de Londres 2017, donde no hubo medallas; y el n¨²mero total de finalistas, ocho, aumenta la diferencia, pues en la capital brit¨¢nica fueron solo cinco.
Junto al medallista Ortega, tienen condici¨®n de aspirantes Adri¨¢n Ben (sexto en 800m), Ana Peleteiro (sexta en triple), Javier Cienfuegos (sexto en martillo), los marchadores Julia Takacs y Chuso Garc¨ªa Bragado (octavos en 50 kil¨®metros) y Mar¨ªa P¨¦rez (octava en 20) y Eusebio C¨¢ceres (octavo en longitud).
Los ocho suponen casi la cuarta parte de los 34 atletas, uno de los equipos m¨¢s peque?os de la historia, que compon¨ªan la selecci¨®n. ¡°Marcas que antes daban para podio, en Doha no han valido ni para entrar en la final¡±, dice Chapado. ¡°Estamos progresando, estamos mejor que en Londres y Pek¨ªn, pero no estamos donde queremos, entre los cinco o seis mejores pa¨ªses europeos en puntos y medalleros. Nos falta subir el pelda?o de la visibilidad, las medallas, pero la realidad de un pa¨ªs no se transforma de un d¨ªa para otro. No vamos a tener ma?ana cinco medallas¡±.
El atletismo espa?ol es ¨²nico creando personajes. En Doha se emocionan pensando que han nacido dos estrellas: una es el gallego Adri¨¢n Ben, 22 a?os, el m¨¢s joven del equipo, que lleg¨® a la final de 800m, lo que no lograba ning¨²n espa?ol desde que lo hizo Tom¨¢s de Teresa en 1991; la otra, Chuso Garc¨ªa Bragado, cuya leyenda, siempre en vigor, alcanza otro nivel con su octavo puesto en los terribles 50 kil¨®metros marcha logrado a sus casi 50 a?os.
Entre ambos extremos, el mediofondista que llega y se planta en una final logrando su mejor marca personal, y el marchador que no se va, hay espacio para que muchos celebren otra de las especialidades espa?olas, los genios del deporte, como el t¨¦cnico Antonio Fuentes, que inventa el lanzamiento de martillo en Montijo, Badajoz, y logra que su alumno predilecto dispute la final de un Mundial. Otros lamentan la afici¨®n de los espa?oles a someterse al sentimiento tr¨¢gico de la vida.
Llora desconsolado ?scar Husillos, que al final de un mal verano no pude ayudar al relevo de 4x400, del que fue el coraz¨®n en los ¨¦xitos de los ¨²ltimos tres a?os (Londres 17, Berl¨ªn 18 y Glasgow 19) y que ha viajado a Doha sin dos de los titulares, lesionados, Lucas B¨²a y Bruno Hortelano.
Llora Jos¨¦ Antonio Carrillo, el t¨¦cnico de marcha con m¨¢s victorias, porque los 20 kil¨®metros marcha han sido un desastre a pesar de que se han preparado con m¨¢s dedicaci¨®n que nunca, y planificaci¨®n y ciencia, y sacrificio personal de todos.
Y les consuela Chapado, quien no logra que el atletismo espa?ol coja el vuelo que desea: ¡°Seguiremos con la metodolog¨ªa. Que una vez no salga no quiere decir que no sea el camino. Hay que seguir apoyando ante Tokio¡±.
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