Boca, Bilbao y Dios
Con un v¨ªdeo muy pintoresco, Boca quiere animar a la afici¨®n ante la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores frente a River
El f¨²tbol naci¨® como juego, no como espect¨¢culo. Unas cuantas personas eleg¨ªan un nombre y unos colores y formaban un equipo para jugar al f¨²tbol contra otros equipos. No hab¨ªa m¨¢s. Las cuestiones identitarias y simb¨®licas surgieron mucho m¨¢s tarde. El Real Madrid, por ejemplo, fue fundado por dos catalanes, los hermanos Juan y Carlos Padr¨®s, comerciantes textiles para m¨¢s se?as. El F¨²tbol Club Barcelona fue idea de un suizo, Hans Gamper. Hablamos de gente que quer¨ªa estar en la cancha, no en la grada o en el palco. Pero cuando se juega, generalmente, se aspira a ganar. Eso gener¨® un mecanismo de delegaci¨®n: los socios (futbolistas) de un club iban cediendo su derecho a disfrutar con el bal¨®n, y a lucir unos colores determinados, a otros deportistas que lo hac¨ªan mejor y contribu¨ªan m¨¢s eficazmente a la victoria.
El origen de los futbolistas no importaba. El auge del f¨²tbol tuvo mucho que ver con las grandes migraciones hacia las zonas urbanas e industriales en el tr¨¢nsito del XIX al XX. ?Qui¨¦n iba a preguntar en Buenos Aires d¨®nde naci¨® tal o cual jugador? Los chicos que fundaron Boca Juniors eran hijos de genoveses y acabaron vistiendo los colores de la bandera sueca. Entre los fundadores de River Plate hab¨ªa tambi¨¦n tanos y algunos hijos de ingleses. Argentinos todos, al fin.
La identificaci¨®n con una zona urbana y una zamarra fue siempre m¨¢s importante que la partida de nacimiento o el pasaporte. Volviendo a los ejemplos espa?oles, el Real Madrid no ser¨ªa lo que es sin un argentino descendiente de napolitanos, Alfredo Di St¨¦fano, que convirti¨® al club en el rey de Europa. El Barcelona, por su parte, no habr¨ªa construido el Camp Nou sin el refugiado h¨²ngaro Laszlo Kubala, ni se habr¨ªa transformado en potencia planetaria sin el holand¨¦s Johan Cruyff.
Hay casos at¨ªpicos. Como el del Athletic de Bilbao, una de cuyas se?as de identidad consiste en alinear solamente futbolistas locales. Aunque la denominaci¨®n de local se aplique de forma bastante el¨¢stica (vale para un franc¨¦s vasco como Lizarazu o un extreme?o vasco como Valverde), cualquier duda queda finalmente resuelta con ese axioma que dice que los de Bilbao van tan sobrados que pueden permitirse nacer donde les da la gana.
Cabe suponer que unos cuantos de Bilbao decidieron nacer futbolistas de Boca Juniors. La entidad xeneize difunde estos d¨ªas un v¨ªdeo promocional muy, muy sobrado. En ¨¦l se hacen afirmaciones no demostrables (¡°Dios es de Boca¡±) y afirmaciones tan doblemente discutibles como la siguiente: ¡°El pueblo argentino es de Boca y el pueblo jam¨¢s se equivoca¡±. Ya puestos en la caricatura bilba¨ªna, se va incluso m¨¢s all¨¢: ¡°El mundo entero es de Boca¡±. Y se realiza una curiosa proclama patri¨®tica: ¡°Nuestros ¨ªdolos no son uruguayos o chilenos, nacieron ac¨¢¡±. No resulta descabellado imaginar que eso apunta al gran rival, River Plate, que cuenta con un chileno (D¨ªaz) y un colombiano (Borr¨¦) y con el recuerdo glorioso de un uruguayo (Francescoli); tampoco es descartable que los extranjeros en la actual plantilla de Boca (dos colombianos, un paraguayo, un venezolano y un italiano) sean en realidad argentinos de Bilbao y decidieran nacer en esos pa¨ªses, es decir, all¨¢ pero ¡°ac¨¢¡±.
Se trata de un v¨ªdeo muy pintoresco. Concluye afirmando que Boca es ¡°el orgullo argentino¡±. Hay que animar a la afici¨®n ante la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores frente a River, que a Boca, tras el 2-0 de la ida, se le presenta cuesta arriba. Con el recuerdo a¨²n tan reciente de la final perdida en Madrid, hace menos de un a?o, frente al mismo archirrival, y con tanto miedo a una nueva derrota, se comprende la invocaci¨®n a un seguidor tan distinguido como Dios.
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