El Barcelona se parte en dos, Ter Stegen y Messi

Nada m¨¢s concluir el partido, Jindrich Trpisovsky, el entrenador del Slavia, hinc¨® las rodillas y se pleg¨® con la cara entre las manos durante medio minuto. Perdi¨® su equipo, pero gan¨® en orgullo. Justo lo contrario de lo que le pas¨® al Bar?a, que se impuso 1-2 para reafirmarse en el doble liderato (en LaLiga y en la Champions), pero que extravi¨® una vez m¨¢s su identidad, solo sustentada por el poder¨ªo en las ¨¢reas con Messi y Ter Stegen. Ambos fueron la imagen tras el choque. Messi se march¨® al vestuario sin dar la mano a ning¨²n rival ¡ªcosa que no hace nunca¡ª y Ter Stegen fue a saludar a la afici¨®n desplazada para despu¨¦s agarrar el micro: ¡°Me voy cabreado. No hemos jugado al nivel que tocaba. Por suerte hemos conseguido los tres puntos, pero hemos de hablar¡±.

Aunque ambas son indispensables, hay una gran distancia entre una porter¨ªa y la otra, dos maneras de entender el juego, como si el equipo estuviera partido por la mitad y convivieran dos almas opuestas: la solidaria y la que marca las diferencias, la del grupo de Ter Stegen y el poder emergente ¡ªDe Jong y Griezmann¡ª y la que llev¨® al equipo a la c¨²spide y quiere retener el mando, la de Messi, Luis Su¨¢rez, Messi y Alba, la de sociedades limitadas de dos o tres frente a la colectiva, que exige la implicaci¨®n de todos para atacar y para defender.

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El Bar?a ya no gobierna los duelos como anta?o; s¨ª que mantiene la posesi¨®n ¡ª63% en las tres temporadas de Valverde¡ª y el ritmo de pases ¡ª651 de media por duelo en este curso por los 661 del a?o anterior¡ª, pero concede casi tanto como crea. Algo que no incomoda a Ernesto Valverde: ¡°La salsa del f¨²tbol tambi¨¦n es sufrir¡±.

Leo vale por tres. La cacareada delantera del Bar?a no funciona en Europa y menos lejos del Camp Nou. El mejor ejemplo es Luis Su¨¢rez, que en Praga lo err¨® casi todo. Expres¨® su desconcierto tras fallar con un remate demasiado cruzado un pase filtrado del 10, cuando le solt¨® una patada a la valla publicitaria. Un gafe que repiti¨® ¡ªincluso el segundo gol azulgrana pareci¨® suyo pero lo hizo Olayinka¡ª y que prolonga su anonimato lejos del Camp Nou. Ya son 20 encuentros consecutivos en los que no ha visto puerta, desde septiembre de 2015 ante la Roma, y solo suma dos goles en los ¨²ltimos 21 partidos europeos. Algo similar le ocurre a Griezmann, que marc¨® en febrero de 2017 frente al Leverkusen y acumula 11 duelos sin ver puerta lejos de casa. Penalidades que no sufre Messi, que ante el Slavia cort¨® una racha europea de cuatro partidos de sequ¨ªa. ¡°Es el jugador capaz de definir cualquier jugada¡±, le pirope¨® Valverde. Poco m¨¢s pudo destacar.

Prisas en la confecci¨®n. Frente al Getafe, Ter Stegen regal¨® un pase con la zurda y por encima de todos para que Luis Su¨¢rez hiciera su diana. Ante el Eibar, Lenglet puso el esf¨¦rico a la espalda del lateral y Griezmann festej¨® su gol. Dos pases sin manufacturaci¨®n que saltaban l¨ªneas de presi¨®n y que revelan un nuevo recurso para el Bar?a, primitivo y poco fiable como se demostr¨® ante el Praga, donde Piqu¨¦ filtraba con acierto pases a las carreras de Semedo y Lenglet lanzaba para las galopadas de Griezmann. En poco participaron Arthur y De Jong. El equipo se parti¨® en dos. ¡°En los partidos de ida y vuelta, deciden los mejores delanteros¡±, suele apuntar Valverde, que no reh¨²sa al intercambio de golpes, por m¨¢s que siempre exprese que preferir¨ªa ser el ¨²nico capataz del bal¨®n. Significativo fue que ninguno de los delanteros cayera en fuera de juego, pese a que el Slavia puso la l¨ªnea defensiva sobre la l¨ªnea de la medular. Pero en el Bar?a cada uno hizo su guerra. Eso es lo que no tolera parte del vestuario. ¡°Est¨¢n muy calientes¡±, se justific¨® el club ante el desplante de los futbolistas ante los medios a la salida de Praga.

El bien com¨²n. El Bar?a se divide sistem¨¢ticamente en dos cuando se topa con equipos que atacan con m¨¢s de cinco hombres en las contras. Las quejas, entonces, traspasan las paredes del camerino. Una frase de Piqu¨¦, cuando Mourinho dirig¨ªa al Madrid, evidencia esta tesis. ¡°Este Madrid dif¨ªcilmente nos ganar¨¢ porque dejan a Cristiano y Benzema siempre arriba y nosotros atacamos y defendemos con 11¡±, expuso entonces. Una tara en la que persiste este Bar?a, entregado al ataque de Leo. Messi solo corre hacia delante ¡ªpor m¨¢s que seleccione como nadie esas carreras ¨²tiles que de vez en cuando hace hacia atr¨¢s¡ª y Luis Su¨¢rez, lo mismo. No tanto Griezmann, capaz de quitar sobre la bocina un remate a Masopust. Pero el descuajeringue se completa con Busquets y sus compinches en la medular.

Con Rakitic, Busi pod¨ªa salir de sitio porque el croata corr¨ªa por tres, excelente en lo t¨¢ctico. Pero Rakitic ya no juega y Arthur y De Jong no son especialistas en el corte y menos en el ejercicio defensivo. Cada vez que Busquets sale de sitio en la presi¨®n, el equipo se divide y nadie recompone el repliegue, muy lento. ¡°Aparec¨ªan con ocho jugadores en sus ataques y ten¨ªamos que defendernos de sus avalanchas¡±, acept¨® Valverde. Se le olvid¨® que el Bar?a no defend¨ªa con los mismos, con Busquets fuera de lugar y los delanteros pendientes de su gloria por el gol antes que del ejercicio defensivo por el bien com¨²n.