Mourinho al Tottenham, experimento l¨ªmite
El t¨¦cnico lucha por restaurar su prestigio despu¨¦s de fracasar en el United, por primera vez al frente de un club basado en la cantera que no lidera el mercado de fichajes
Un a?o despu¨¦s de incumplir regularmente la consigna que le privaba de meterse en el mediocampo a tocar el bal¨®n, ya represaliado y suplente en un equipo que jugaba saltando l¨ªneas a pelotazos, Henrij Mjitari¨¢n se plant¨® ante sus compa?eros y dirigi¨¦ndose a Mourinho le espet¨® que ¨¦l no hab¨ªa fichado por el United para jugar de un modo tan rampl¨®n. Estaba harto. Un mes m¨¢s tarde, en enero de 2018, Mjitari¨¢n fue traspasado. Se qued¨® el resto de la plantilla sufriendo al entrenador m¨¢s perturbador que hab¨ªan tenido en la vida, seg¨²n confesaron un pu?ado de empleados y jugadores del club de Manchester a Daniel Taylor, de The Guardian, bajo condici¨®n de anonimato.
Cuando en diciembre de 2018 el entrenador portugu¨¦s fue despedido, su reputaci¨®n de infalibilidad se hab¨ªa deshecho por completo despu¨¦s de una sucesi¨®n extenuante de conflictos est¨¦riles. Si en Madrid su discurso comenz¨® a perder cr¨¦dito, en Old Trafford el apag¨®n se hizo oficial y global. El Jos¨¦ Mourinho que acaba de fichar por el Tottenham en sustituci¨®n de Mauricio Pochettino es, por primera vez en su carrera, un hombre que lucha por restaurar su prestigio.
?l afirma haber cambiado... de ayudantes: ¡°No dejo de pensar, no dejo de estudiar¡±, cont¨® en agosto; ¡°no dejo de producir cosas todo el tiempo. Analizo distintos deportes. Y he cambiado mi staff de ayudantes. Es hora de hacer algunas modificaciones¡±.
Resulta un enigma c¨®mo har¨¢ para gestionar una situaci¨®n completamente nueva a sus 57 a?os. El patr¨®n que sigui¨® desde 2005 se ha definido por dos l¨ªneas maestras. Su inclinaci¨®n a armar equipos a base de batir r¨¦cords de desembolso en fichajes y su aversi¨®n por los jugadores j¨®venes. Ninguna de estas condiciones se cumple en el Tottenham, club lastrado financieramente por el pago de su nuevo estadio que en el ¨²ltimo lustro se consolid¨® gracias a la cantera. Desde 2017 Pochettino goz¨® de un presupuesto de unos 220 millones de euros para fichar. En los tres a?os que Mourinho trabaj¨® para el United los red devils gastaron 500 millones en contratar jugadores.
La masa salarial de la plantilla que trabaj¨® para Mourinho en Old Trafford fue la m¨¢s grande de la Premier. Ni as¨ª se mostr¨® satisfecho el jefe, a quien los ejecutivos recuerdan en continua quejumbre. Todo lo que juzgaba del club le merec¨ªa el calificativo de ¡°mierda¡±, dicen, con especial ¨¦nfasis en la falta de ambici¨®n del United a la hora de acudir al mercado a fichar. Mourinho siempre quer¨ªa m¨¢s. En el verano de 2018, tras un partido de pretemporada en Michigan, declar¨® a los directivos que no entend¨ªa c¨®mo los aficionados hab¨ªan pagado por ver a los jugadores que hab¨ªa alineado.
El desprecio del entrenador no solo se concentr¨® en Paul Pogba ¡ªsu n¨¦mesis¡ª sino en varios internacionales ingleses. Gente como Rashford, Shaw, Young o Smalling, que se comunicaban con frecuencia con otros internacionales ingleses de otros equipos. La idea de que Mourinho es proclive a exponer y destruir profesionalmente a sus futbolistas no ha tardado en extenderse por todos los vestuarios de Europa, tambi¨¦n el de Inglaterra, en donde los futbolistas del Tottenham son mayor¨ªa.
Falta por saber c¨®mo se relacionar¨¢n Kane, Winks, Rose, Dele Alli o Dyer con su nuevo jefe. La vieja fascinaci¨®n que inspiraba el t¨¦cnico en los futbolistas ha sido sustituida por informes m¨¢s o menos s¨®rdidos. A falta de una convivencia llevadera ¡ªeso s¨ª¡ª permanece el registro sagrado del curr¨ªculum: Mourinho nunca dej¨® de ganar al menos un trofeo importante en cada club que dirigi¨®. Eso cobra especial relevancia en el sufrido barrio de Tottenham. El ¨²ltimo gran t¨ªtulo que conquistaron los spurs fue la Copa de Inglaterra en 1991.
Desde que fich¨® a Glenn Hoddle en 2001 el presidente del Tottenham, Daniel Levy, puso el ¨¦nfasis en la necesidad de jugar con el estilo elegante que marcaba la tradici¨®n del club. Ahora solo cuentan los resultados. Mourinho llega con electrochoque. Pero le falta el encanto que le precedi¨®.
Es f¨¢cil ilusionar e intimidar mientras el aura m¨¢gica permanece intacta. Uno de los grades problemas que afronta Jos¨¦ Mourinho ¡ªautodenominado The Special One¡ª es que, perdida su capacidad de encantar a los jugadores y a los hinchas, se impone reinventarse. Los hinchas del Tottenham le esperan con suspicacia. A comienzos de la temporada pasada, al cabo de un Tottenham-United que acab¨® 3-0, le cantaron burlones desde la tribuna: ¡°You¡¯re not special any more!¡±. Es decir: ¡°?Ya no eres especial!¡±.
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