Mourinho sopla pompas de jab¨®n en su debut con el Tottenham
El t¨¦cnico, que se rebaj¨® el sueldo un 70% para volver a dirigir, se estrena con 2-3 en el campo del West Ham, la primera victoria de su equipo a domicilio en la Premier desde enero
El Tottenham no ganaba un partido de Premier fuera de su estadio desde el 20 de enero, cuando derrot¨® al virtualmente descendido Fulham en Craven Cottage. Este s¨¢bado volvi¨® a imponerse a domicilio coincidiendo con el debut de Mourinho en el banquillo. El regreso de este icono del campeonato ingl¨¦s no pudo ser m¨¢s dichoso para el hombre y para su personaje.
I¡¯m forever blowing bubbles, Siempre soplar¨¦ pompas de jab¨®n, el himno del West-Ham, complet¨® la coreograf¨ªa perfecta de la reaparici¨®n del t¨¦cnico en los banquillos. Se mostraba excitado en el t¨²nel de vestuarios del estadio Ol¨ªmpico de Londres, saludando efusivamente a todos los futbolistas del cuadro local y hablando con los ni?os que forman el protocolo de salida de los equipos al campo mientras los ca?ones liberaban pompas de jab¨®n en la tarde nublada y la famosa canci¨®n atronaba la megafon¨ªa: "I¡¯m forever blowing bubbles.."
M¨¢s canoso y ojeroso que nunca, pero tambi¨¦n m¨¢s consciente del peligro que supone el olvido para un temperamento como el suyo, Mourinho era la viva imagen de la resurrecci¨®n caminando de regreso por la zona t¨¦cnica de un campo de f¨²tbol. Seg¨²n un agente con fuertes v¨ªnculos en los clubes de Londres, el portugu¨¦s ten¨ªa tantas ganas de volver a dirigir, que cuando el presidente del Tottenham, Daniel Levy, le ofreci¨® su equipo la semana pasada, firm¨® un contrato por cinco millones de libras esterlinas netos por temporada (unos seis millones de euros). Esto equivale a la mitad de lo que gan¨® en el Real Madrid y el Chelsea, y a un cuarto de lo que cobr¨® en el United hasta hace un a?o, en donde le pagaron cerca de 20 millones de euros por curso, poco menos de lo que gana Pep Guardiola en el City.
Jos¨¦ Mourinho, el padre de familia, el ciudadano ilustre de Set¨²bal, el marido de Matilde, se marchitaba de aburrimiento en su mansi¨®n de Belgravia. Ni su fant¨¢stico trabajo como actor de anuncios para Heineken o la casa de apuestas Paddy Power, ni su labor como comentarista de Sky, significaron algo m¨¢s que meros suced¨¢neos del ejercicio que m¨¢s le satisface como ser humano. Despu¨¦s de 11 meses de paro, necesitaba hacer lo ¨²nico que parece devolverle un sentimiento de vitalidad: sumergirse en el show del f¨²tbol caracterizado como Jos¨¦ Mourinho, el entrenador.
El Tottenham de Mourinho present¨® pocos cambios respecto al equipo de Pochettino, pero resultaron significativos. El principal fue la apuesta por Dier, Davies y Moura en detrimento de Sissoko, Rose y Eriksen. Fue evidente la redoblada entrega de los futbolistas, conscientes de que los escruta un jefe que, a diferencia de su predecesor, gasta fama de implacable. El esquema t¨¢ctico, un 4-2-3-1 en el que Winks y Dier oficiaron de doble pivote en paralelo, se desarroll¨® con tendencia a la partici¨®n. En caso de duda, seis hombres permanec¨ªan atr¨¢s cuidando la retaguardia, y cuatro atacaban. La consigna a los jugadores pareci¨® se?alar una intenci¨®n de verticalizaci¨®n r¨¢pida. La primera soluci¨®n de interiores, centrales y laterales, fue el pase en profundidad, por arriba o por abajo, a los atacantes que corr¨ªan a los espacios. El primer destinatario fue Dele Alli, liberado de gran parte de la carga defensiva para buscar la espalda de los pivotes, e incluso de los centrales contrarios.
¡°Me hizo una broma¡±, admiti¨® Dele Alli, cuando le preguntaron el s¨¢bado por la chanza que revel¨® Mourinho en la conferencia de prensa, cuando cont¨® que le hab¨ªa preguntado al jugador ingl¨¦s si ese que ve¨ªa desde hac¨ªa un a?o arrastr¨¢ndose por los campos era el verdadero Dele Alli o su hermano. ¡°No quiero ser el Dele Alli que sol¨ªa ser; quiero alcanzar mi m¨¢ximo potencial¡±, explic¨® el ap¨¢tico centrocampista, contento despu¨¦s de participar en los dos primeros goles ante el West Ham.
La proximidad de la Navidad ha proporcionado a Dele Alli y a su nuevo jefe un sentimiento de oportunidad. Despu¨¦s de la cura de humildad de los meses de paro, Mourinho se mostr¨® exultante en la sala de prensa del Ol¨ªmpico. ¡°Cuando juego fuera de casa me gusta o¨ªr m¨²sica a todo volumen en el vestuario visitante¡±, dijo. ¡°Hoy la m¨²sica en el vestuario visitante estaba alta. Fue importante, despu¨¦s de meses sin m¨²sica a domicilio, sin una sonrisa, sin felicidad¡±.
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