¡°Fernando Mart¨ªn fue el icono de una ¨¦poca¡±
El 3 de diciembre de 1989 fallec¨ªa en accidente de tr¨¢fico el primer espa?ol en llegar a la NBA. EL PA?S re¨²ne a su hermano Antonio y a su gran rival en el Bar?a, Audie Norris, para recordar su figura
La nostalgia es lo que queda de lo que ya no est¨¢ y lo que falta de lo que nunca se fue. Treinta a?os despu¨¦s de su muerte, la huella de Fernando Mart¨ªn (1962-1989), el primer espa?ol en pisar la Luna de la NBA, sigue presente por el valor de su obra y la fuerza de su recuerdo. En apenas nueve temporadas de carrera, el tercero de los cuatro hijos de Ricardo y Carmen, tuvo tiempo para hacer subcampe¨®n de Liga al Estudiantes, ganar 16 t¨ªtulos con el Real Madrid y revolucionar el baloncesto espa?ol con la conquista de la plata de [los Juegos Ol¨ªmpicos de] Los ?ngeles 84 y su posterior llegada a la meca de la canasta. Para evocar la figura del pionero, del jugador y de la persona, EL PA?S re¨²ne en la sede de la ACB a su hermano Antonio y a su gran rival en el Bar?a de finales de los ochenta, Audie Norris. Las im¨¢genes de aquellas contiendas, el ¨²ltimo gran p¨®ster del rebelde Fernando, son la excusa para comenzar dos horas de charla.
Antonio Mart¨ªn. Hab¨ªa magia en vuestros duelos. Hab¨ªa habido otros, pero este era el primero que se pod¨ªa comparar con los que se ve¨ªan en la NBA. Ten¨ªais im¨¢n. Hab¨ªa verdad, carisma, esencia¡ Sigues viendo las im¨¢genes y te remueven por dentro, por lo bonito de esa lucha baloncest¨ªstica. Era un gran combate dentro de la batalla Madrid-Bar?a.
Audie Norris. Yo lo comparo siempre con la rivalidad Lakers-Celtics. Los duelos entre Magic Johnson y Larry Bird, entre Kareem [Abdul-Jabbar] y Robert Parish¡ Eso fue la que hizo crecer el baloncesto en Estados Unidos y mi combate con Fernando hizo crecer la rivalidad Bar?a-Madrid. ?l era el icono absoluto del Madrid, la gran estrella. Era muy bueno. Ahora no hay derbis como aquellos. Ah¨ª nos jug¨¢bamos todos los t¨ªtulos.
Mart¨ªn. Chocaron dos grupos muy potentes. El vestuario del Madrid de aquella ¨¦poca era un vestuario con un exceso de personalidad, en el mejor sentido de la expresi¨®n. Y el ascendente de Fernando lleg¨® a ser muy potente. Lideraba por la intensidad y competitividad, no solo por los puntos o los rebotes. Ten¨ªa una capacidad natural para liderazgo, lo tra¨ªa de f¨¢brica. No hay mejor manera de conseguir el compromiso de un grupo que demostrando el tuyo. Fernando hablaba muy poco, pero fue a Barcelona con la mano rota, con la espalda rota¡ su ejemplo nos daba tranquilidad, fuerza, seguridad. Siempre estaba ah¨ª. Eso es oro.
Norris. Era un ganador y siempre me exigi¨® sacar lo mejor de m¨ª. Me ten¨ªa que concentrar de una manera especial y luego pon¨ªa en pr¨¢ctica una trampa que aprend¨ª en la NBA [risas]. Me dejaba las u?as largas antes de los partidos importantes, para rascar los michelines del rival en defensa y cuando ganaba la posici¨®n en ataque. Pero yo tambi¨¦n recib¨ªa, despu¨¦s pasaba dos horas con hielo, sin poder ni moverme.
Mart¨ªn. Cuando llegaba al vestuario y se quitaba la ropa ve¨ªamos los zarpazos de un oso [risas]. Pero hab¨ªa un respeto y una admiraci¨®n muy grandes. Esa es la clave. La nostalgia ha podido idealizarlo en cuanto a que el nivel de vuestra lucha no era el de todo el baloncesto de aquella ¨¦poca, pero no se ha hecho suficiente hincapi¨¦ en utilizar esos v¨ªdeos como muestra de intensidad y compromiso en una cancha. Es un ejemplo muy bestia, muy visual. Era espectacular ver c¨®mo os sacud¨ªais, pero si ves el partido entero aprend¨ªas mucho.
Norris. Hab¨ªa momentos del partido en los que ¨¦l me tiraba al suelo y casi a la vez me estaba dando la mano para levantarme, eso es respeto. Veo los v¨ªdeos muchas veces, era baloncesto puro. De nuestra pelea depend¨ªa el resultado final. Era una pelea de NBA, ¨¦l acababa de volver de all¨ª.
Mart¨ªn. La aventura en la NBA le marc¨®, a nivel personal y deportivo. A la vuelta, se encontr¨® perdido, por muchos motivos. Lo que le centr¨®, lo que le despert¨® otra vez su furia competitiva, fueron esos duelos Madrid-Bar?a. Ah¨ª volvi¨® a sentir ese ¡®estoy vivo¡¯. Volvi¨® distinto y tard¨® en encontrar un est¨ªmulo. Los partidos contigo fueron decisivos para que volviera a sentir el baloncesto.
Norris. ?Viste un cambio grande en ¨¦l al volver de la NBA?
Mart¨ªn. S¨ª. No entendi¨® lo que le pas¨® en la NBA. No hablo de que ten¨ªa que haber jugado m¨¢s minutos¡ Fue la situaci¨®n. No era un rookie que saltaba a la NBA, era un t¨ªo que ven¨ªa de lo que ven¨ªa. Su entrenador, Mike Schuler, s¨ª que era rookie. Los veteranos¡ Clyde Drexler, Kiki Vandeweghe¡ le valoraron y le cuidaron, pero no tuvo oportunidades. ?l quer¨ªa aportar m¨¢s y no entendi¨® el no tener opci¨®n. La NBA le vali¨® por estar entre los mejores cuando la diferencia entre aquel baloncesto y el del resto del mundo era mucho m¨¢s grande que ahora. Pero dej¨® muchas cosas en Espa?a, renunci¨® a muchas cosas, y, aunque no lo dijo nunca, esperaba que la recompensa fuera mayor. Tambi¨¦n le doli¨® el trato que le dieron muchos aqu¨ª. No fue a hacerse millonario, entonces se perd¨ªa dinero. Quer¨ªa conocer su techo.
Norris. En la NBA es muy importante la franquicia donde caigas, las circunstancias... ?Qu¨¦ hubiera pasado si hubiera acabado en otro equipo?
Mart¨ªn. No s¨¦. Es que no hab¨ªa historia, la empez¨® a escribir ¨¦l. Estaba Gluchkov, pero apenas hab¨ªa tenido repercusi¨®n. El resto de europeos se hab¨ªan desarrollado en las Universidades. [El b¨²lgaro Georgi Gluchkov, fue el primer europeo en jugar en la NBA. El 6 de diciembre de 1985 debut¨® con los Suns]. Pero est¨¢ claro que Kurt Rambis, por ejemplo, pod¨ªa haber durado un mes en muchos equipos y acab¨® siendo mejor sexto hombre con los Lakers. La pregunta ser¨ªa, ?Fernando jugar¨ªa ahora en la NBA?
Norris. F¨¢cilmente. Y t¨² y yo tambi¨¦n, seg¨²n estamos ahora [risas]. No sabemos si quer¨ªa quedarse all¨ª dos, cuatro o seis a?os, lo que no pensaba seguro es "me voy un a?o en la NBA y me vuelvo". Su mentalidad no era esa.
Mart¨ªn. Seguro. Pero a la vuelta, ten¨ªa una foto en la que estaba defendiendo a Julius Erving y me la ense?aba a menudo. Me miraba y sonre¨ªa. Yo s¨¦ el mensaje que me estaba dando. "Ya est¨¢ hecho". Hab¨ªamos visto mil veces de chavales aquellos v¨ªdeos del Doctor J y me miraba como diciendo: "Ya he estado con ¨¦l".
Norris. La vida en la NBA es dura y en sitios como Portland a¨²n m¨¢s. ?Hablasteis mucho durante su etapa all¨ª?
Mart¨ªn. S¨ª. Yo estaba en Los ?ngeles, en mi a?o en Pepperdine, vino a pasar unos d¨ªas conmigo y despu¨¦s me invit¨® a ir a Portland. Coincid¨ªa con que ¨¦l volv¨ªa a los entrenamientos tras recuperarse de una lesi¨®n en la nariz y, en el primer entrenamiento, el jugador al que hab¨ªan contratado durante la ausencia de Fernando le volvi¨® a partir la nariz. Lloraba de rabia, "?no puede ser que me haga esto!" Pas¨® momentos mejores y peores, pero fue duro. Todo era nuevo, el equipo no hac¨ªa vida en com¨²n y ¨¦l estaba solo. Viv¨ªa solo en una casa en Beaverton, a 11 kil¨®metros de Portland. Le dio mucho tiempo a pensar. Fueron muchos d¨ªas sin ver el sol, bajo un cielo gris oscuro. Pero la frustraci¨®n no le rest¨® competitividad. ?l lo intent¨® siempre, no baj¨® los brazos en ning¨²n entrenamiento, nunca tir¨® la toalla.
Norris. ?Volvi¨® mejor jugador? ?Viste cambios en su juego?
Mart¨ªn. Eso lo explic¨® muy bien Lolo [Sainz]. Por intentar adaptarse a la NBA cambi¨® un poco su juego y, en ese nuevo estilo, se ve¨ªan m¨¢s sus debilidades que sus fortalezas. Tard¨® cinco o seis meses en recuperar su ADN. Era un jugador con una naturaleza muy definida. ?l era fuerte abajo, utilizando el cuerpo¡ lo ten¨ªa claro. Lo que si le vi a la vuelta de la NBA es que era capaz de entender mucho m¨¢s el juego de los compa?eros. Dej¨® de estar solo pendiente de ¨¦l. Tambi¨¦n coincidi¨® que, con el a?o fuera de Fernando, se inici¨® un deterioro en la personalidad del equipo y a la vez chocamos con un equipo en plenitud como el Bar?a. Desde su muerte hasta que lleg¨® Sabonis no funcion¨® nada. Ah¨ª comenz¨® por fin otro ciclo.
Norris. No hay ciclos permanentes. Mira los Warriors ahora. Qui¨¦n pod¨ªa imaginar esto. Cuando fich¨¦ por el Bar?a, Nacho, Epi, Jim¨¦nez¡ ya ten¨ªan una gran base, faltaban un par de piezas para hacer un equipo ganador. Sab¨ªan jugar y quer¨ªan ganar. Con mi mentalidad fue la combinaci¨®n perfecta. Hab¨ªa feeling y creamos nuestra identidad. Yo les preguntaba por qu¨¦ siempre ganaba el Madrid. "Porque t¨² no estabas", me dec¨ªan [risas].
Mart¨ªn. Hay un momento en el que los jugadores cierran la puerta del vestuario y ellos deciden. No hay entrenador, director deportivo o presidente que pueda meter pegamento por debajo de esa puerta. Son ellos los que crean la fuerza del grupo, la manada, el equipo. Nosotros dec¨ªamos ¡®imag¨ªnate si hubiera estado Norris con nosotros¡¯. A?os y a?os recibiendo tu martillazo cada partido. Pudo cambiar la historia.
Norris. ?Imag¨ªnate!, Fernando y yo juntos. Madrid fue mi primera opci¨®n en Espa?a. No sab¨ªa nada del Bar?a en esta ¨¦poca. Por 10.000 d¨®lares pudo cambiar todo. Fui a Madrid a ver un entrenamiento, habl¨¦ con Lolo y se me ca¨ªa la baba por jugar con vosotros. Cuando sal¨ª de all¨ª pens¨¦ que estaba todo hecho, pero al final no se firm¨®.
Mart¨ªn. El Madrid y el Bar?a son como dos gotas de agua¡ en el nivel de exigencia grand¨ªsimo que tienen, en lo que representan, en la masa de aficionados que les siguen¡ Entender el club es entender que t¨² est¨¢s al servicio siempre del escudo. Por eso eran tan valiosos fichajes como el tuyo. Jugadores que eleg¨ªan hacer mejor a los dem¨¢s, buscar la victoria ante todo, no el lucimiento personal, ni meter 40 puntos, ni la mejora de un contrato. Aqu¨ª se trata de hacer ganar a tu equipo. El Madrid tiene una cosa buena que son los eslabones. Corbal¨¢n fue el que cogi¨® a Fernando para explicarle c¨®mo funcionaba esta casa. Despu¨¦s, ¨¦l lo interpret¨® a su manera, pero se lo explic¨® muy bien Juan Corbal¨¢n.
Norris. Yo pensaba mucho en ti y en tus padres despu¨¦s de la muerte de tu hermano, porque yo ten¨ªa muy buena relaci¨®n con mi hermano mayor Sylvester. No s¨¦ c¨®mo pudiste seguir jugando despu¨¦s, sin ¨¦l a tu lado. No s¨¦ c¨®mo aguantaste con ese peso encima. Imagino que fue muy dif¨ªcil.
Mart¨ªn. Sobre todo fue muy largo. Eso fue lo peor. Duraba y duraba. Lo de jugar despu¨¦s¡ Me acuerdo del partido a los tres d¨ªas de su muerte, contra el PAOK. Hasta ah¨ª aguant¨¦ m¨¢s o menos, despu¨¦s se me vino todo encima. Hab¨ªa dormido cuatro horas en 48, jugu¨¦ sin descansar¡ No s¨¦ ni c¨®mo. Ten¨ªa dos posibilidades, enfadarme con el baloncesto, que no ten¨ªa sentido porque no ten¨ªa culpa de nada, o seguir. Mis compa?eros me ayudaron mucho. No era f¨¢cil porque tampoco estaban bien. Intent¨¦ rehacer una vida lo m¨¢s normal posible¡ La cabeza se me iba muchas veces a otros sitios, pero no creo que decir "se acab¨®" hubiera sido mejor. Lo mejor que pude hacer fue seguir, pero el vac¨ªo fue muy grande.
Norris. Era muy bueno. Abri¨® las puertas a todos para luchar y llegar al m¨¢ximo nivel del baloncesto aqu¨ª. Con Fernando cambiaron los jugadores espa?oles.
Mart¨ªn. Muchas personas de 45 o 50 a?os se me acercan y me dicen que Fernando no fue un jugador de baloncesto, que para ellos supuso mucho m¨¢s, fue quitarse complejos. Trascendi¨® la cancha. En una Espa?a con grandes distancias respecto a otros pa¨ªses, consigui¨® que la gente sintiera orgullo con ¨¦l y con toda la generaci¨®n de Los ?ngeles 84. Esa plata lo cambi¨® todo. De pronto los bajitos espa?oles est¨¢bamos ah¨ª, junto a Estados Unidos. Y luego, dos a?os despu¨¦s, ¨¦l lleg¨® a la NBA. Fue el orgullo de mucha gente. Se convirti¨® en un icono, en el icono de una ¨¦poca. Ahora lo normal es ganar, antes no era as¨ª. Fernando represent¨® ese salto. Nos dijo que no era imposible.
Norris. Cuando volv¨ªa a Estados Unidos, me preguntaban por el baloncesto espa?ol. Quer¨ªan saber si hab¨ªa m¨¢s jugadores como Fernando aqu¨ª. Estaban los yugoslavos, los rusos, los griegos y los espa?oles ya empezaban a demostrar su nivel. De ah¨ª a los Gasol, a Ricky, a Rudy¡ Espa?a cambi¨® tambi¨¦n como pa¨ªs.
Mart¨ªn. Ese fue su gran legado como pionero, abrir una puerta que estaba cerrada por 20 candados. El mensaje fue ¡®aqu¨ª estoy yo¡¯. ¡®Aqu¨ª estamos¡¯. El talento de jugadores que vino despu¨¦s con la generaci¨®n del ochenta fue salvaje. La gente no es consciente de lo que han hecho Pau y Marc. Hemos normalizado todo. La foto de los dos hermanos en el All Star es incre¨ªble, incluso para los estadounidenses. Y esa puerta la abri¨® Fernando. Despu¨¦s, aqu¨ª en la liga, vuestro pulso engrandeci¨® nuestro deporte. Por eso te quiero dar las gracias. Porque lo que nos disteis, 30 a?os despu¨¦s, sigue teniendo vigencia. No fueron 30.000 asaltos, fueron dos pu?ados de combates, tan importantes y tan bonitos que no lo vamos a olvidar jam¨¢s. ?Por qu¨¦ recuerdan tanto aquello? Porque fue un ejemplo de rivalidad. El respeto es la esencia del deporte.
Norris. Yo no supe el impacto de estos duelos hasta que pas¨® el tiempo. Cada d¨ªa, en cualquier lugar de Espa?a, se me acerca gente temblando, llorando al contar su historia de c¨®mo se engancharon al baloncesto con nosotros. Muchos me dicen: "Soy del Madrid t¨ªo, y te odi¨¢bamos cuando jugabas contra nosotros, pero eres un crack". Para nosotros era un Bar?a-Madrid, pero est¨¢bamos qued¨¢ndonos grabados en la memoria de la gente. Est¨¢bamos cambiando la historia del baloncesto en Espa?a. Fernando y yo estaremos conectados hasta que me muera. Estamos juntos cada d¨ªa y es un orgullo formar parte de esa historia legendaria.
¡°Ten¨ªa solo 27 a?os, a veces nos olvidamos de eso¡±
El tiempo difumina los datos y aclara los recuerdos. Fernando Mart¨ªn disput¨® 24 partidos en la NBA (con 146 minutos, 22 puntos y 28 rebotes) y breg¨® con Audie Norris en 15 duelos oficiales entre Madrid y Bar?a (13 de Liga y dos finales de Copa). Hitos tan ef¨ªmeros como eternos. ¡°El cerebro es sabio y rescata lo bonito¡±, cuenta Antonio Mart¨ªn antes de trazar el perfil m¨¢s personal de su hermano.
"Fernando ten¨ªa obsesi¨®n por la normalidad. Por dejar colgado en la percha el traje de jugador y reunirse con sus amigos. Le gustaba mucho leer, ir al cine, escaparse al monte para encontrar su escondite... Era una persona preocupada por los suyos y no defraudaba nunca. Una sonrisa era el mejor regalo que le pod¨ªan hacer los suyos, lo dem¨¢s le daba igual. Entend¨ªa el show, pero quer¨ªa siempre agarrarse a la verdad, no quer¨ªa deformarse por efecto de la fama. Por eso le molestaba que intentaran invadir su intimidad. Fue el primer jugador de baloncesto al que le fueron a impactar en su vida personal. Eso no lo recibi¨® bien. Falleci¨® con 27 a?os, no con 35 o 40. Por su trascendencia como jugador se deformaron muchas cosas, pero era un t¨ªo muy joven, a veces nos olvidamos de eso".
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