La cuarentena del Madrid: ¡°?No son vacaciones, eh!¡±

Apenas hab¨ªa pasado d¨ªa y medio desde que un positivo en la plantilla de baloncesto envi¨® tambi¨¦n a la de f¨²tbol de cuarentena, cuando volvieron a coincidir. El jueves de la semana pasada a las once, los futbolistas del Real Madrid supieron que Trey Thompkins ten¨ªa coronavirus, y la noche siguiente, a las nueve, Thibaut Courtois se junt¨® con Facundo Campazzo y Fabien Causeur para pegar tiros. Cada uno en su casa. Los reuni¨® Ibai Llanos, celebridad de la narraci¨®n de e-sports, para jugar al Call of Duty y retransmitir la partida a trav¨¦s de internet en su canal de Twitch. Casi cuatro horas de juego y momentos de ch¨¢chara sobre la cuarentena blanca: ¡°La verdad que un poco de gimnasio hice en casa para recuperar la lesi¨®n¡±, cuenta Courtois, que sufri¨® un problema en el aductor largo izquierdo durante el ¨²ltimo partido de Liga antes del par¨®n, contra el Betis.

Esa ma?ana, Gregory Dupont, preparador f¨ªsico blanco, hab¨ªa ido contactando por videollamada con los futbolistas para explicarles sus planes individualizados de trabajo. Entre hora y media y dos horas por las ma?anas, en general a las 11.00, el momento en que est¨¢n acostumbrados a entrenarse en Valdebebas, y otra raci¨®n por las tardes.

Al principio, y hasta que se decret¨® el estado de alarma, alguno sali¨® a correr por los alrededores de la casa, pero desde entonces ya permanecen confinados, sin apenas contacto externo. El grupo de WhatsApp del equipo se mueve como nunca.

A los lesionados de mayor gravedad, como Marco Asensio y Eden Hazard, los ayuda a diario un fisioterapeuta, pero casi todos los dem¨¢s se ejercitan en solitario. Los preparadores personales con los que suelen trabajar han dejado de ir a verlos para evitar desplazamientos y reducir riesgos. Queda alguno, como Thiago Lobo, el fisioterapeuta que vive con Vinicius Jr.

Pero en la mayor¨ªa de los casos el trabajo de deportista de ¨¦lite se ha convertido en un asunto familiar. Sergio Ramos ha compartido varios v¨ªdeos en los que, mientras ¨¦l va alternando las pesas y las cintas, sus hijos atraviesan el gimnasio detr¨¢s de una pelota, o sobre un coche de juguete, o prueban a tirar de la goma que acaba de usar su padre.

Todos los futbolistas cuentan con espacios bien equipados en sus casas, entre los que sobresalen los 100 metros cuadrados de Casemiro, que complementa con una c¨¢mara hiperb¨¢rica y una especie de fundas para las piernas de recuperaci¨®n por impulsos. El brasile?o tambi¨¦n combina estos d¨ªas el trabajo con los videojuegos con amigos, en su caso el Counter Strike.

Los futbolistas tambi¨¦n han compartido momentos de entrenamiento en sus jardines, de nuevo con ni?os. Se ha visto a Lucas V¨¢zquez esprintando sobre la hierba al lado de su hijo, tambi¨¦n Lucas, que lo ha acompa?ado en otros ejercicios.

Alg¨²n familiar de m¨¢s edad que ha intentado acompa?ar ha sufrido los efectos: ¡°No s¨¦ qu¨¦ me pasa¡±, comentaba uno el s¨¢bado. ¡°Est¨¢s bien, lo que pasa es que tienes agujetas¡±.

El objetivo es que los futbolistas pierdan el tono lo m¨ªnimo posible, de ah¨ª el seguimiento continuo del departamento de preparadores y m¨¦dicos, con contacto diario a trav¨¦s de mensajes de WhatsApp, adem¨¢s de las videollamadas para el ajuste de los planes semanales. Tambi¨¦n se mantiene el control del peso: no se suben a la b¨¢scula en Valdebebas, pero deben enviar la cifra que marca a diario.

El viernes pasado por la noche, antes de retirarse despu¨¦s de tres horas y media de partidas, Llanos pregunt¨® al base Campazzo: ¡°?A qu¨¦ hora te est¨¢s levantando en vacaciones?¡±. ¡°A las ocho se despierta la ni?a¡±, contesta el argentino. Y Courtois remata: ¡°Ibai, ?pero no son vacaciones, eh!¡±.