Sterbik: ¡°Los rivales me tem¨ªan m¨¢s que yo a ellos¡±
El portero, hist¨®rico de la liga Asobal y la selecci¨®n, ha adelantado su retirada por la pandemia a los 40 a?os
La primera vez que Arpad Sterbik, con ocho o nueve a?os, le dijo a su padre que estaba entrenando de portero, la respuesta fue tajante: ¡°Pero si ah¨ª meten a los que no saben jugar. T¨² tienes que ser lateral¡±, le exclam¨®. Lateral como ¨¦l. Esa hab¨ªa sido, en realidad, la primera posici¨®n en el balonmano de aquel ni?o nacido a finales de los setenta en Senta, en la zona serbia de la antigua Yugoslavia, hasta que por accidente fue colocado bajo palos y empez¨® a parar y parar. Su progenitor, no obstante, no se dio por rendido a la primera y se march¨® a hablar con los t¨¦cnicos de su hijo. ¡°Les pidi¨® que hicieran de m¨ª un lateral¡±, recuerda Sterbik. Por suerte, nada cambi¨® y ah¨ª comenz¨® a construirse un gigante de este deporte que ahora, a los 40, anuncia la retirada.
¡°En las ¨²ltimas una o dos temporadas he tenido peque?as molestias f¨ªsicas y veo que ya no es lo mismo¡±, reconoce. ¡°Al 70% no quer¨ªa seguir. Cuando est¨¢s acostumbrado a un nivel y no puedes dar lo que todos esperan de ti, me pongo nervioso. Por eso he dicho basta¡±. La decisi¨®n la ten¨ªa tomada y hablada con su club, el Veszprem, hace meses, y es irrevocable. Ni aunque pueda volver la competici¨®n este curso se calzar¨ªa de nuevo las zapatillas. Desde ya sus planes de vida son otros. Ayudar¨¢ como entrenador de porteros en el equipo (su sustituto para la siguiente campa?a es el espa?ol Rodrigo Corrales) y se lanzar¨¢ a producir vino. ¡°Tengo un terreno cerca del lago Balat¨®n y voy a poner unas uvas pensando en la familia y los amigos. A ver qu¨¦ sale. Sobre todo me gusta el tinto, y en verano tambi¨¦n los blancos y rosados. Cuando hace mucho calor, le echo agua con gas y lo tomo como un refresco¡±, comenta relajado desde su casa en Hungr¨ªa reci¨¦n llegado al domicilio. ¡°Aqu¨ª podemos salir a la calle, la cosa est¨¢ bastante bien. Por la ma?ana pongo las noticias de Espa?a y Serbia, y no tiene nada que ver¡±, afirma.
De su palmar¨¦s cuelga una retah¨ªla de t¨ªtulos y distinciones: seis medallas internacionales (dos con Yugoslavia y cuatro con Espa?a), seis ligas Asobal, cuatro Champions y el premio en 2005 al mejor jugador del mundo. All¨ª por donde pas¨® (Ciudad Real, Atl¨¦tico, Barcelona, Vardar o Veszprem) result¨® decisivo. ¡°He jugado la Liga de Campeones 20 a?os y, poco a poco, he notado que los jugadores ten¨ªan m¨¢s miedo de m¨ª que yo de ellos¡±, confiesa. Detr¨¢s de ese guardameta con pinta de pachorra se escond¨ªa un tipo estudioso y concienzudo cuya sola presencia intimidaba. ¡°Al final, con los veteranos ya no ten¨ªa ni que preparar. Sab¨ªa m¨¢s o menos qu¨¦ pod¨ªa esperar de ellos, c¨®mo tiraban seg¨²n el momento del partido. Si no, es imposible llegar a un lanzamiento de siete u ocho metros a 120 kil¨®metros por hora. Con los j¨®venes me costaba m¨¢s. La porter¨ªa tiene cuatro esquinas y muchos sitios¡±, se?ala.
Analizaba a los rivales y, si hac¨ªa falta, aparec¨ªa en el pabell¨®n con la chuleta en la mano. As¨ª fue, por ejemplo, para las semifinales del Europeo de 2018 contra Francia, en el que fue reclutado de urgencia por la lesi¨®n de Gonzalo P¨¦rez de Vargas. El d¨ªa anterior estaba comiendo patatas fritas en casa de Macedonia y en unas horas se plant¨® en Croacia para detener tres de los cinco penaltis galos tras un mes inactivo. En el vestuario, todos le felicitaron por sus intervenciones mientras ¨¦l estaba fastidiado por los dos que le colaron. En la final ganada ante Suecia result¨® a¨²n m¨¢s decisivo y le concedieron el MVP. ¡°Me lo dieron porque pensaban que me iba a retirar¡±, apunta ri¨¦ndose.
¡°En este balonmano, los porteros son m¨¢s importantes que los finalizadores. Marcan las diferencias. Puedes jugar muy bien, pero si tienes enfrente un guardameta con el d¨ªa bueno, te mata psicol¨®gicamente¡±, advierte. ¡°Los hay m¨¢s atl¨¦ticos, con m¨¢s salto, mejor reacci¨®n, pero para ser portero hay que nacer y estar bien de la cabeza¡±.
?l dice que lleva sin correr diez a?os. ¡°Solo dos metros a la derecha y dos a la izquierda. Bajo palos me puedes dejar 12 horas, pero si hay que levantar pesas y correr no me gusta mucho. Una vez me piqu¨¦ con Rutenka, echamos una carrera y termin¨¦ con una microrrotura en los isquios. Talant [Dujshebaev, su entrenador] se cabre¨® y me dijo que ya no pod¨ªa correr¡±, relata este corpach¨®n de dos metros de alto y 120 kilos de peso que hasta hace dos d¨ªas deten¨ªa lanzamientos con la pierna extendida hasta por encima de la cabeza.
El Veszprem h¨²ngaro fue su primer gran club y el ¨²ltimo, dirigido ahora por el hispano David Davis. En medio, estuvo diez a?os en la Asobal: siete temporadas en el Ciudad Real, una en el Atl¨¦tico y dos en el Bar?a. Aterriz¨® con 24 a?os en Madrid, pregunt¨¢ndose a 2.500 kil¨®metros de su casa ¡°ad¨®nde iba¡± mientras cog¨ªa el AVE a la Mancha a 40 grados, pero no le cost¨® echar ra¨ªces. En 2008 se nacionaliz¨® y empez¨® a jugar con la selecci¨®n. ¡°Yo ya no quer¨ªa ir con Serbia por cosas privadas que prefiero no hablar. Me propusieron hacerlo con Espa?a y acept¨¦. Mucha gente dijo que lo hice por dinero, pero nada de eso¡±, subraya. En 78 internacionalidades se colg¨® un oro y un bronce mundial, y un oro y una plata europeas. Figuraba, incluso, en la prelista para los Juegos.
Ese puesto ser¨¢ para otro. Se marcha un jugador de ¨¦poca y de otra ¨¦poca, un portero que en sus ¨²ltimos coletazos se sent¨ªa diferente en el vestuario. ¡°Ahora es distinto, en pensamiento y en todo. He estado con los m¨¢s grandes y me gustaba m¨¢s la forma de funcionar de antes. No s¨¦ explicar por qu¨¦¡±, concluye.
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