La vida de pel¨ªcula de un deportista ¨²nico
Muere Campanal II, hist¨®rico defensa del Sevilla con m¨¢s de 100 oros logrados como atleta veterano
De entre las numerosas habilidades que ten¨ªa Marcelino Vaquero Gonz¨¢lez del R¨ªo hab¨ªa una que resum¨ªa perfectamente su esencia. Se colocaba cinco monedas sobre el dorso de la mano, las lanzaba al aire y lograba cogerlas ¡ªque no recogerlas¡ª antes de que cayeran al suelo. Lo celebraba con pasi¨®n. Sus capacidades f¨ªsicas y su competitividad marcaron la vida de un deportista que como defensa jug¨® 403 partidos con la camiseta del Sevilla entre 1950 y 1966, que fue 11 veces internacional con Espa?a y que gan¨® m¨¢s de 100 oros en los campeonatos de Espa?a de veteranos en pruebas de salto de longitud, de altura, triple salto, 110 y 200 metros vallas y lanzamiento de peso y de disco. Campanal II, como era conocido, falleci¨® el lunes en Avil¨¦s a los 88 a?os.
Naci¨® en Gij¨®n en 1932. Se cri¨® en Avil¨¦s con sus abuelos. De peque?o era m¨¢s de hacer deporte o ir al cine que de asistir a clase. Lleg¨® a Sevilla el 16 de septiembre de 1948. A bordo del Elita, un barco carbonero. ¡°Ten¨ªamos que esperar a que subiera la marea en Sanl¨²car de Barrameda. Desde all¨ª me llev¨® una lancha a Sevilla. Creo que soy el ¨²nico jugador de la historia del club que lleg¨® por mar¡±, recordaba en el sal¨®n de su casa en el verano de 2016.
En el puerto lo esperaba su t¨ªo Guillermo, Campanal I, que hab¨ªa sido jugador del Sevilla y por aquel entonces entrenaba al Coria del R¨ªo, filial del equipo. El apodo les ven¨ªa por el nombre del restaurante familiar, Casa Campanal, que tambi¨¦n dio nombre a una marca de fabada enlatada. La llegada a Sevilla no fue f¨¢cil. Las altas temperaturas y varias enfermedades hicieron que se planteara regresar a su tierra. Sus compa?eros de equipo lo aventajaban en todo. Pronto los dej¨® atr¨¢s.
Debut¨® con el Sevilla en la temporada 1950-1951 en el viejo Nervi¨®n ante el Athletic de Bilbao. Busto, Guillam¨®n, Ant¨²nez, Campanal II, Arconero, Enrique, O?oro, Arza, Araujo, Herrera y Dom¨¦nech fue la alineaci¨®n. 1-0 el resultado. 1.750 pesetas era el sueldo mensual. 100.000 la ficha anual. Daba para comprarse dos pisos.
Defensa zurdo, duro y contundente, jug¨® 16 temporadas consecutivas en Primera Divisi¨®n. Med¨ªa 1,77m. Era muy r¨¢pido ¡ªhac¨ªa los 100 metros en 10,8 segundos (el r¨¦cord de Espa?a no baj¨® a 10,7 hasta 1960)¡ª y ten¨ªa un salto de longitud que se sal¨ªa de la media ¡ªalcanz¨® los 7,50 metros en 1952, lo que lo hubiera convertido en r¨¦cord de Espa?a¡ª. Las im¨¢genes de la ¨¦poca lo muestran en situaciones en las que sus pies aparecen sostenidos en el aire, pr¨¢cticamente a la altura de la cabeza del delantero con el que disputaba el bal¨®n. Compet¨ªa en las pruebas atl¨¦ticas por afici¨®n. Su condici¨®n de futbolista profesional lo priv¨® de alzarse con t¨ªtulos en un deporte que a¨²n era amateur.
Jugaba con pasi¨®n. Lleg¨® a perder cuatro kilos en un encuentro. Particip¨® en el partido conocido como La batalla de Estambul, disputado en 1954 y que termin¨® con un ni?o italiano escogiendo con los ojos vendados qu¨¦ selecci¨®n ¡ªEspa?a o Turqu¨ªa¡ª, se quedar¨ªa fuera del Mundial de Suiza (fueron los espa?oles). ¡°Aquello fue f¨²tbol y lucha libre. Yo entraba despejando las cabezas. Los jugadores turcos nos atizaban por todos lados, pero me defend¨ª como una fiera, porque no me acobardaba. No he visto tanganas como aquellas en mi vida. No mat¨¦ a alguno de milagro. C¨®mo ser¨ªa que cuando llegu¨¦ al aeropuerto me sacaron a hombros del aeropuerto, ?y no hab¨ªa tele!¡±, recordaba.
En 1961, acab¨® durmiendo dos noches en la c¨¢rcel tras un amistoso en Oporto. Un rival rompi¨® la nariz a un compa?ero y Campanal II fue a impartir justicia a su manera. Termin¨® metido en una porter¨ªa, defendi¨¦ndose con un bander¨ªn de c¨®rner, recibiendo porrazos de los polic¨ªas y golpes de los rivales. Tambi¨¦n dando. Tuvo que pagar m¨¢s de 200.000 pesetas de multa. Varios rivales acudieron al juicio vendados.
Un ri?¨®n perdido
Tras un golpe con Gento, que en un choque le golpe¨® con la rodilla en la zona lumbar, complet¨® los 20 minutos que faltaban de partido. En la ducha, orin¨® sangre. El ri?¨®n ¡°desapareci¨® con el tiempo¡±.
Despu¨¦s del Sevilla, jug¨® dos temporadas en el Deportivo de La Coru?a y una fase de ascenso a Segunda con el Avil¨¦s, en el a?o 70, por la que cobr¨® la cantidad simb¨®lica de 1 peseta. Estaba viudo y ten¨ªa seis hijos. Sigui¨® haciendo deporte en Asturias hasta que la salud se lo permiti¨®. Llevaba en el coche el peso y el disco, para practicar cuando se acercaba a la playa de Salinas. Escudri?aba las marcas de los r¨¦cords de atletismo y deseaba cumplir a?os para batir nuevos registros. Jugaba al tenis, y tuvo que bajar de categor¨ªa veterano a la absoluta para encontrar rivales competitivos. En la Feria de Abril de Sevilla, una caseta lleva su nombre. Fue amigo de Curro Romero. No fumaba. Tampoco beb¨ªa. Un cul¨ªn de sidra, tal vez. Con dos, ya iba tocado.
Cuando le preguntaban por alg¨²n jugador actual que se pareciera a ¨¦l, contestaba: ¡°El que corra los 100 metros en 10,8s, el que salte 7,50m en longitud, 1,85 en altura, 14,80m en triple salto y lance el peso a 12,50m. Con la ventaja de que ellos lo har¨ªan en pista de tart¨¢n y yo lo hice en pista de tierra. A ver qui¨¦n hace eso¡±.
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