Sonia Berm¨²dez: ¡°El f¨²tbol femenino es una causa social¡±
La delantera del Levante y m¨¢xima goleadora de la historia del Bar?a se retira a los 35 a?os tras levantar nueve de las 12 ¨²ltimas Ligas
El tiempo se le ech¨® encima a Sonia Berm¨²dez. En las dos d¨¦cadas que estuvo sobre los campos, nadie gan¨® m¨¢s que ella en Espa?a: nueve de las ¨²ltimas 12 Ligas, cuatro Pichichis consecutivos y todav¨ªa hoy, cinco a?os despu¨¦s de su salida del Barcelona, sigue siendo la m¨¢xima goleadora de la historia del conjunto azulgrana, con 123 tantos. Y, por supuesto, protagonista principal de la selecci¨®n que se estren¨® en 2015 en un Mundial. Como todas sus compa?eras de generaci¨®n, hizo el camino de la trastienda a la aparici¨®n en los mejores escaparates, y justo cuando m¨¢s visibilidad empezaban a tener, el timbre de la despedida son¨® para esta vallecana de 35 a?os. ¡°Ahora me toca trabajar y ser una persona normal¡±, zanja sin levantar la voz y con una risa t¨ªmida.
¡°He buscado no cansarme de ganar¡±, afirma. No hace falta que lo jure. Entre 2008 y 2018, la Liga no la levantaba un club, lo hac¨ªa Soni, que durante unos a?os compatibiliz¨® el bal¨®n con sus empleos de camarera y en el matadero. En ese periodo, pas¨® por el Rayo, el Bar?a y el Atl¨¦tico, y se apunt¨® nueve t¨ªtulos m¨¢s tres Copas. ¡°No me obsesion¨®, pero siempre he buscado mejorar. Me he exigido mucho a m¨ª misma. Si cambiaba de equipo era porque ten¨ªa la intuici¨®n de que as¨ª continuar¨ªa venciendo¡±, comenta.
Todo empez¨® en una plazoleta de Vallecas. All¨ª solo se pod¨ªa ir por derecho y sin remilgos. ¡°Desde que llegu¨¦, con siete a?os, ya te estaban poniendo a prueba. Tuve que hacer una carrera con el chico m¨¢s r¨¢pido y, para ser admitida al 100%, hab¨ªa que ganar. Es un barrio que te exige, que no te regala nada. Mucha gente le pone mala fama, pero enfrentarme a ni?os mayores y mejores me hizo competitiva. Fui muy feliz¡±, confiesa. Y de rebote, en ese f¨²tbol callejero se coci¨® una Berm¨²dez ¡°chupona¡±. Lo admite sin reparos. ¡°All¨ª aprendes a tener el bal¨®n, a regatear y a cosas que hoy echas de menos. Pero bueno, con el tiempo y por la gente de tu entorno te das cuenta de que no eres mejor por acaparar m¨¢s la pelota¡±, reconoce.
En su grupo era la ¨²nica chica que jugaba al f¨²tbol, pero en casa la pionera hab¨ªa sido su madre, que perteneci¨® al equipo de El Pozo, una de las zonas m¨¢s humildes de Vallecas. Estuvo a apenas unas semanas de ir con Espa?a a principios de los ochenta. ¡°El seleccionador fue a ver a unas cuantas y el entrenador les adelant¨® que entrar¨ªan en la siguiente convocatoria, entre ellas mi madre. Sin embargo, a los pocos d¨ªas fue al m¨¦dico y sali¨® que estaba embarazada de mi hermana mayor [ella es la mediana]. As¨ª que tuvo que retirarse. Mi padre tambi¨¦n fue lateral y portero de f¨²tbol sala, aunque ah¨ª la buena era mi madre¡±, relata.
¡°Prefiero viajar en avi¨®n que jugar en un estadio grande¡±
La hija s¨ª disfrut¨® de la carrera que no pudo la madre. Disput¨® 63 partidos con la Roja y meti¨® 34 goles; estuvo en el Mundial 2015 y en la Eurocopa 2013, aunque no fue llamada por Jorge Vilda para el torneo continental de 2017 y eso le provoc¨® una frustraci¨®n indisimulable. ¡°Ese verano lo pas¨¦ mal¡±, reconoce sin querer entrar en m¨¢s detalles. Su etapa como internacional hab¨ªa terminado.
Desde su experiencia inicial en el Butarque de Legan¨¦s, toda su trayectoria transcurri¨® en Espa?a, salvo una breve aventura americana a la que era casi imposible negarse. ¡°En 2014, Pedro Mart¨ªnez Losa, que hab¨ªa sido mi entrenador en el Rayo, me ofreci¨® ir al Western New York Flash. El Barcelona me dio permiso con la condici¨®n de volver al cabo de un a?o y yo acept¨¦ porque quer¨ªa ver aquello. En lo deportivo, ese f¨²tbol no me iba bien. Era un juego muy directo, con mucho bal¨®n en largo. Sin embargo, ah¨ª s¨ª me sent¨ª profesional. Hac¨ªamos todos los viajes en avi¨®n y al terminar los partidos ten¨ªamos que quedarnos 20 minutos firmando aut¨®grafos¡±, relata. Para entonces ya llevaba un tiempo dedicada a jornada completa al balompi¨¦ en Espa?a, aunque la diferencia con la liga estadounidense era notable y todav¨ªa ten¨ªa muy fresco el recuerdo de compatibilizar el bal¨®n con otros trabajos.
¡°He estado en una cafeter¨ªa, en un matadero y entrenando a ni?os. Todos me gustaban y conoc¨ª a gente con la que a¨²n me sigo escribiendo, pero los tuve que dejar porque me lesionaba. En el matadero estaba en la ¨²ltima parte, metiendo las piezas en cajas. Entraba a las 6.00, sal¨ªa a las 15.00 y por la tarde iba a entrenar. No descansaba y el f¨ªsico lo not¨®¡±, cuenta.
¡°Me gustaba trabajar en el matadero metiendo las piezas en cajas¡±
¡°A veces, me cansa un poco hablar del f¨²tbol femenino como una causa social, pero la verdad es que lo es, todav¨ªa seguimos a a?os luz del masculino en algunas situaciones. A ver si pronto reconocen la Liga como profesional y damos otro pasito¡±, se?ala. Para ella, la ausencia de ese estatus es lo que ha provocado que la competici¨®n est¨¦ ya cerrada hasta la pr¨®xima temporada. En el d¨ªa a d¨ªa, reclama cosas m¨¢s b¨¢sicas: ¡°Hemos jugado en estadios grandes y eso est¨¢ bien, pero antes necesitamos, por ejemplo, entrenar toda la semana en c¨¦sped natural o desplazarnos siempre en AVE o en avi¨®n para lesionarnos menos¡±.
Ahora su lucha ser¨¢ desde la banda. Tras colgar las botas en el Levante, se est¨¢ sacando el t¨ªtulo de entrenadora y no se cierra a nada, tampoco a dirigir a hombres. ¡°Llevo varios a?os analizando partidos y cortando v¨ªdeos. Sobre todo de chicos, que son m¨¢s f¨¢ciles de encontrar, pero tambi¨¦n m¨ªos y de rivales. Me los quedaba para m¨ª, no los compart¨ªa con nadie¡±, desvela. Lee a menudo a Guardiola, Pochettino, Klopp o Mourinho, aunque en el estilo no vacila. ¡°A m¨ª no me gusta el contraataque ni el juego en largo, sino el combinativo y vistoso. Si un d¨ªa entreno y no lo puedo hacer para ganar, entonces me comer¨¦ mis palabras¡±.
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