La fe de Messi

Vac¨ªo o repleto, en silencio o bullicioso, hace ya tiempo que el Camp Nou ha comenzado a transitar en el amargo descubrimiento de que solo cuenta con la inspiraci¨®n de Messi. Por supuesto, tambi¨¦n lo sabe el argentino. L¨ªder del Barcelona con y sin la pelota, en el campo y en el vestuario, ahora ha evolucionado para realizar efusivas arengas a sus compa?eros como este s¨¢bado antes del duelo frente al N¨¢poles. No termina de confiar en el equipo. Pero conf¨ªa en ¨¦l. Y en una eliminatoria a partido ¨²nico, como ser¨¢ el excepcional formato de la Champions en Lisboa, Messi se aferra m¨¢s a la ilusi¨®n que al juego. Eso s¨ª, necesita a su amigo Su¨¢rez y a un equipo fiable en defensa.

Intent¨® Quique Seti¨¦n imponer su estilo. Lo hizo nada m¨¢s llegar al Camp Nou, cuando asegur¨® que solo pod¨ªa prometer una cosa y era que su equipo jugar¨ªa bien. En su presentaci¨®n ante el Granada en LaLiga, el Bar?a cont¨® 1.002 pases. Una declaraci¨®n de intenciones que se celebr¨® en un parte de la directiva, que se?alaba a Ernesto Valverde como responsable de las duras ca¨ªdas del cuadro azulgrana en las ¨²ltimas dos ediciones de la Champions (Roma y Liverpool), adem¨¢s de haber alejado al equipo de las esencias en el juego. Josep Maria Bartomeu se apoy¨® en una conversaci¨®n con Busquets, Piqu¨¦ y Sergi Roberto en Arabia Saud¨ª para despedir a Valverde tras caer en la Supercopa de Espa?a, con el equipo l¨ªder en LaLiga. Una decisi¨®n que dividi¨® al vestuario y molest¨® a Messi.

La misma f¨®rmula que con Valverde

El presidente del Barcelona busc¨® utilizar la misma f¨®rmula cuando dudaba sobre la continuidad de Seti¨¦n tras el fiasco de LaLiga, pero entonces los pesos pesados no cayeron en la trampa. No quer¨ªan problemas en el grupo ni que Bartomeu se excuse en una conversaci¨®n con el vestuario para despedir a un nuevo entrenador. El grupo entend¨ªa que deb¨ªa permanecer unido. ¡°Al final, no ha cambiado casi nada en el juego¡±, entienden desde el camerino azulgrana. El Bar?a de Valverde registr¨® su r¨¦cord de pases en 2018 ante el Valencia: 993, nueve menos que el del equipo de Seti¨¦n ante el Granada. La media de pases buenos es un 15% superior con el c¨¢ntabro y la efectividad solo un 2% mejor. ¡°Depende de c¨®mo est¨¢ Messi¡±, subraya un empleado del club. El 10 ten¨ªa una media de oportunidades creadas de 2,52 con Valverde por las 2,83 que cuenta con Seti¨¦n.

Pero el c¨¢ntabro, hasta el ¨²ltimo momento, quiso imponer su estilo. En la semana previa al duelo ante el N¨¢poles, despu¨¦s de haber limado asperezas con Messi en una conversaci¨®n mano a mano en la Ciudad Deportiva, Seti¨¦n volvi¨® a probar con su sistema preferido, 3-5-2, el mismo que hab¨ªa utilizado en el Betis. Solo le dur¨® un tiempo en el entrenamiento. Semedo, Piqu¨¦ y Lenglet fueron los centrales y los carrileros Sergi Roberto y Alba. En el medio, De Jong y Rakitic y Riqui Puig. Arriba, Messi y Luis Su¨¢rez. ¡°Tranquilos, que vamos a terminar jugando con cuatro atr¨¢s¡±, dijo tras la pr¨¢ctica uno de los pesos pesados. ¡°Los jugadores no estaban c¨®modos y la presi¨®n no era coordinada. No era lo ideal para jug¨¢rtela todo a un partido¡±, explican fuentes del club azulgrana.

Ante el N¨¢poles, defensa de cuatro y Griezmann junto a Messi y Luis Su¨¢rez. M¨¢s seguridad en la zaga y todos los referentes en el campo. El duelo lo volv¨ªa a ganar la plantilla, como ya hab¨ªa pasado con Valverde y hasta con Luis Enrique. El actual seleccionador recul¨® tras un enfrentamiento con Messi en su primera temporada en el banquillo azulgrana y al expreparador del Athletic le achacaban estar demasiado pendiente de los deseos del 10. En cualquier caso, Sergio Busquets, que no jugaba ante el N¨¢poles pero que habl¨® en la previa, se encarg¨® de remarcar lo mucho que hab¨ªa trabajado el equipo tras las vacaciones.

Frente al conjunto de Gattuso, el Bar?a cont¨® 537 pases buenos, pr¨¢cticamente la mitad que en el estreno de Seti¨¦n y menos de los que promediaba el equipo con Valverde (577). Y la posesi¨®n del bal¨®n estuvo dividida. Lo que no se discute en el Bar?a es a Messi. El 10 marc¨® un golazo, le hicieron un penalti y estuvo activo tanto para levantar la moral de sus compa?eros como para hacerse respetar con los ¨¢rbitros (le neg¨® el saludo al colegiado turco). Sin noticias de su nuevo contrato (paraliz¨® en julio su renovaci¨®n), al rosarino lo moviliza la fe. Y desea su quinta orejona. Sabe, sin embargo, que lo tendr¨¢ dif¨ªcil en Lisboa.