Verstappen se sale de la norma y doblega a los Mercedes

Max Verstappen es un piloto distinto al resto y probablemente por eso encaja tan bien en Red Bull, una escuder¨ªa ¨²nica en esencia, nacida a partir de las ¨ªnfulas propagand¨ªsticas de una compa?¨ªa de bebidas energ¨¦ticas que prefiere invertir cientos de millones en crear su propio relato antes que gast¨¢rselo en publicidad convencional. Hace una semana, al holand¨¦s le falt¨® media vuelta para arrebatarle a Lewis Hamilton el triunfo en Silverstone, donde el actual campe¨®n se adjudic¨® una de las victorias m¨¢s ag¨®nicas de su trayectoria, con una rueda menos tras un inoportuno revent¨®n de ¨²ltima hora. Este domingo, en ese mismo escenario, Verstappen y su equipo dieron un aut¨¦ntico recital a partir de esa singularidad que comparten: el chaval de Hasselt rompi¨® la racha de Mercedes tras plantear una estrategia a la contra con las gomas, una t¨¢ctica que solo funciona en circuitos en los que, por alguna u otra raz¨®n, las Flechas de Plata quedan expuestas. En este caso fue la alt¨ªsima degradaci¨®n de las gomas la que abri¨® la puerta a la sorpresa, algo que este campeonato necesita que se d¨¦ m¨¢s a menudo.

El triunfo de Verstappen supone el noveno en su hoja de servicios y el primero de la estructura del b¨²falo rojo en Silverstone, su casa, desde 2012. Hamilton termin¨® el segundo y sum¨® su podio n¨²mero 155, una cifra que le empareja en esa plusmarca absoluta a Michael Schumacher. Valtteri Bottas finaliz¨® el tercero a la vez que Carlos Sainz se vio penalizado por otra parada en los garajes defectuosa ¨Cuna de las pistolas se encall¨®¨C y concluy¨® el 13?.

Arriesgar con gomas duras

Dicen que la gloria es para quienes se arriesgan y a Red Bull le encanta apostar fuerte. Precisamente por eso, Verstappen ¨Cocup¨® la cuarta posici¨®n de la parrilla¨C fue el ¨²nico de entre los diez primeros en arrancar con las gomas m¨¢s duras de entre las disponibles, circunstancia que lleva a concluir que el plan puesto en pr¨¢ctica se plante¨® el s¨¢bado. La jugada era buena en cualquier caso; tanto si los neum¨¢ticos de los primeros se coc¨ªan como finalmente ocurri¨®, pero tambi¨¦n si resist¨ªan. Siempre que pudiera mantener un ritmo de giro aceptable, el tiempo jugaba de su parte, de modo que solo hab¨ªa que ser paciente. Eso, de todas formas, no es una de sus virtudes, circunstancia que llev¨® a su equipo a llamarle al orden para que aflojara nada m¨¢s comenzar. ¡°Hemos venido a correr, ?no? No pienso reclinarme y conducir como una abuela¡±, contest¨® Mad Max, por la radio, antes de que los acontecimientos se precipitaran a su favor.

Bottas y Hamilton, colocados al frente del pelot¨®n, se vieron obligados a parar porque sus compuestos estaban fritos (vueltas 14 y 15, respectivamente). Verstappen, con una mezcla m¨¢s dura, estir¨® tanto como pudo (hasta la vuelta 27), para dar la estocada definitiva y dejar sin r¨¦plica a los dos ¨²nicos rivales que, como ¨¦l, ten¨ªan opciones de ganar. Cuando Hamilton llev¨® a cabo su segunda visita a los garajes ya era demasiado tarde para echarle el lazo al l¨ªder, que cruz¨® la meta cachonde¨¢ndose de sus mec¨¢nicos por lo nerviosos que los hab¨ªa notado. El chaval, a sus 22 a?os, ni se inmut¨®.