Cuando Oca?a rindi¨® a Merckx
¡°Nos ha matado como a un toro¡±, elogi¨® el belga al espa?ol tras su exhibici¨®n en Orci¨¨res en 1971
Llega 1971, y Oca?a se siente fuerte, muy fuerte. Se ha sometido en Bilbao a un tratamiento para sus dolencias de h¨ªgado, que se prolonga tres meses. Cuando acaba, se encuentra como nuevo. Empieza el Tour en Mulhouse y transmite buenas sensaciones. Tambi¨¦n Eddy Merckx parece estar en forma. En la segunda etapa planifica una fuga de quince corredores que instiga Jos¨¦ Manuel Fuente. Tambi¨¦n se mete Oca?a. El asturiano se queda en el descenso y pierde nueve minutos nada m¨¢s empezar el Tour. El grupo llega a Estrasburgo y gana Merckx, al que se le empieza a ver nervioso frente a un espa?ol muy sereno. En el Puy de D?me, donde Bahamontes comenz¨® su reinado, Oca?a le pone un cebo a Eddy. Lanza a Labourdette al ataque. Espera que Merckx responda. Lo hace de forma brutal. Despu¨¦s ataca Thevenet y otra vez es el belga quien contesta, pero ahora le falta frescura. Es el momento de Luis Oca?a. Acelera y deja atr¨¢s al Can¨ªbal. Entre la niebla, le saca 15 segundos a Merckx. No es mucho tiempo, pero s¨ª un golpe a su moral. No ha podido responder al ataque.
Camino de Grenoble, Oca?a le pone otro se?uelo a Merckx, que siempre pica. En el descenso del Cucheron pincha y su equipo tarda en darle otra rueda. Oca?a se va con Thevenet y Zoetemelk. El primero gana la etapa, el segundo se pone l¨ªder por un segundo sobre Oca?a, pero el conquense pretend¨ªa distanciar a Merckx, que llega a minuto y medio.
Y llega el d¨ªa, el de la venganza, bajo un sol abrasador, con la meta en Orci¨¨res-Merlette. En la ascensi¨®n a Laffrey ataca el portugu¨¦s Agostinho, una fuerza desatada de la naturaleza, que morir¨ªa a?os despu¨¦s en un sprint, cuando se le cruz¨® un perro. Merckx, como siempre, le sigue, pero no puede. Oca?a s¨ª. Y Zoetemelk, y Van Impe, y Petersson. Todos se descuelgan del espa?ol en la Noyer. Quedan setenta kil¨®metros y el ciclista rebelde es un vendaval. Puede con todos, como Merckx en el 69 cuando en un ataque de celos impidi¨® que su gregario Vandenbossche, que le hab¨ªa anunciado que se iba del equipo, el Faema, coronara primero el Tourmalet. No se lo permiti¨®, atac¨® ¨¦l, y se fue solo. 140 kil¨®metros hasta la meta en Mourenx, con el Aubisque por medio. Aunque al llegar se sinti¨® vac¨ªo, sus rivales estaban peor. Llegaron ocho minutos m¨¢s tarde. Cuando Oca?a llega a la meta en Orci¨¨res, no hay ning¨²n otro ciclista cerca. Van Impe es segundo, m¨¢s de cinco minutos despu¨¦s. Merckx a m¨¢s de ocho, la misma diferencia que consigui¨® el Can¨ªbal cuando ¨¦l ya se hab¨ªa retirado por su terrible ca¨ªda. ¡°Oca?a nos ha matado a todos como el Cordob¨¦s mata a los toros¡±, dice el belga, rendido a los pies de su rival. En la General est¨¢ a 9 m 48s. Luego llegar¨ªa Ment¨¦, pero esa es otra historia.
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