Schwartzman niega a Nadal
El argentino, citado con Shapovalov, corona su gran noche venciendo por primera vez en su carrera al balear, penalizado por el servicio en los cuartos de Roma: 6-2 y 7-5. Djokovic-Ruud, la otra semifinal
El Peque, le llaman, se suma a la fiesta de los grillos en el Foro It¨¢lico, donde en el s¨¢bado noche los insectos canturrean sin parar y ¨¦l rubrica con un grito vencedor que resuena en toda Roma: 6-2 y 7-5, en 2h 03m. Por primera vez, Diego Schwartzman rinde a Rafael Nadal y alcanza las semifinales del Masters 1000 italiano en una velada que concentr¨® lo mejor del argentino y revel¨® que al mallorqu¨ªn le queda por adquirir, l¨®gicamente, una marcha extra despu¨¦s de casi siete meses sin probarse entre fuego real. Llegar¨¢, pues, a Par¨ªs con solo tres actuaciones y sin haber ganado ning¨²n t¨ªtulo sobre su territorio predilecto en este curso tan at¨ªpico.
No hay, seguramente, un rival que le genere tanta zozobra a Nadal sobre tierra batida como Schwartzman. Siempre le enreda, le exige y le aprieta el argentino, tan peque?o como veloz, creativo y el¨¦ctrico. Tiene golpes, tiene piernas y tambi¨¦n convicci¨®n, la ¨²nica v¨ªa por la que se le puede hacer da?o al rey de la arcilla. Es valiente El Peque, que como ya hiciera en los duelos previos pis¨® la arena sin complejo alguno y tute¨® al de Manacor desde la primera a la ¨²ltima bola. Premio a la gallard¨ªa. Al buen tenis. A un extraordinario jugador.
Navegan Schwartzman y su juego cerebral en medio de un oc¨¦ano de gigantes que rompen la bola y abrevian el di¨¢logo, pero desde hace tiempo se gan¨® el m¨¢ximo respeto de Nadal, que se refiere siempre a ¨¦l como uno de los mejores del mundo y admira la propuesta creativa del bonaerense. Pelotea Schwartzman, vaya si pelotea. A falta de envergadura ¡ªno alcanza el 1,70, pese a que as¨ª lo indica la ficha oficial de la ATP¡ª, le sobran recursos y soluciones por doquier. Var¨ªa ritmos, intercala tiros y desborda con la dejada. Piensa, pega y define como cuando su admirado Riquelme sacaba el comp¨¢s en La Bombonera. Pura orfebrer¨ªa.
Empez¨® bien el partido para Nadal, pero no convirti¨® la opci¨®n de break en el cuarto juego y al siguiente contragolpe¨® Schwartzman con un punto m¨¢s de claridad, para 3-2, en blanco. Destapaba sus cartas el argentino y conforme crec¨ªa su inspiraci¨®n menguaba la del balear, inc¨®modo en los intercambios y especialmente al servicio. Conforme bajaba su estad¨ªstica con los primeros aumentaba la confianza del rival, soberbio con el rev¨¦s paralelo y exquisito en la dejada.
Die-GOD MODE Schwartzman ?
— Tennis TV (@TennisTV) September 19, 2020
A breathtaking performance by @dieschwartzman to defeat Nadal for the very first time, 6-2 7-5!#IBI20 pic.twitter.com/TGh3Tu7CIh
A Nadal le faltaba chispa, frescura. No terminaba de golpear limpia la pelota, se le quedaba corta y facilitaba la aceleraci¨®n de Schwartzman con la derecha y el rev¨¦s, montado sobre la bola. Pocos tenistas tienen esa transici¨®n tan vertiginosa entre la carrera y el impacto, y le oblig¨® a dar un paso atr¨¢s muy perjudicial. No lo ve¨ªa claro el mallorqu¨ªn, que sobre la marcha recurri¨® a todo tipo de alternativas, bombeando para guiar al adversario hacia posiciones inc¨®modas o bien y¨¦ndose contra natura a la red, precipitado varias veces.
Ni lo uno ni lo otro funcionaba. El argentino le quebr¨® por segunda vez el saque y si el duelo tuvo mayor recorrido en la prolongaci¨®n es porque Nadal es Nadal, y pese a esos 30 errores no se rinde ni a tiros. Se alinearon los astros: ¨¦l, de vuelta tras 200 d¨ªas sin competir, no estuvo fino (43% de efectividad con primeros, y solo un 48% y un 44% en la defensa con primeros y segundos, respectivamente) y Schwartzman (31 ganadores y 17 fallos) roz¨® la perfecci¨®n. Solo as¨ª existe una opci¨®n. No afloj¨® el 15? del mundo en el segundo parcial y a las primeras de cambio ya se procur¨® otras dos bolas de break que desbarat¨® el balear, obligado a apagar otro fuego en el cuarto juego al abortar otro intento.
A partir de ah¨ª, el cruce se enred¨® y se sucedieron las roturas, primero la de Schwartzman con la r¨¦plica de inmediato, repiti¨¦ndose otras dos en blanco para cada uno y sentenciando El Peque con un ¨²ltimo arre¨®n que valid¨® despu¨¦s, templado y sin miedos. Por fin, era el d¨ªa. Al d¨¦cimo intento, seg¨²n recoge el hist¨®rico de antecedentes entre ambos, Schwartzman obtuvo la recompensa que tanto se le resist¨ªa. El d¨ªa de ma?ana podr¨¢ presumir de haber ganado a Nadal sobre arcilla, en aquella noche romana amenizada por los grillos. Justo y merecido reconocimiento para un magn¨ªfico jugador.
¡°CUANDO PIERDES TANTAS VECES EL SAQUE¡¡±
La derrota oblig¨® a Nadal a un cambio de planes. El n¨²mero dos planeaba estirar la semana en Roma y desplazarse directamente a Roland Garros, pero al d¨ªa siguiente cogi¨® un vuelo de regreso a Manacor para extraer conclusiones en fr¨ªo y pulir detalles de cara al desembarco en el Bois de Boulogne.
¡°Ha sido una mala noche contra un rival que juega muy bien. M¨¦rito para ¨¦l y dem¨¦rito para m¨ª, por no haber hecho las cosas lo suficientemente bien¡±, expres¨® el campe¨®n de 19 grandes; ¡°¨¦l ha jugado un gran partido y yo no. Es de los mejores del mundo y cuando no juegas a tu nivel, lo normal es perder¡±.
Incidi¨® Nadal en la mancha del servicio. ¡°Cuando pierdes tres veces consecutivas el saque a estos niveles es imposible¡±, precis¨®, a la vez que aludi¨® a la humedad de la noche romana ¡ª¡°la pelota no corr¨ªa tanto como en los d¨ªas previos¡±¡ª y a la falta de rodaje: ¡°Llevaba muchos meses sin competir, sin esa capacidad autom¨¢tica de adaptarme a las condiciones. Son cosas que uno necesita ir cogiendo¡¡±.
Por su parte, Schwartzman, que ven¨ªa tocado de la mano izquierda desde Nueva York, lo celebr¨® por todo lo alto. ¡°Es algo grande, no estaba jugando bien antes de esta semana¡ Pero pens¨¦ en que Rafa llevaba siete meses sin competir y tal vez tendr¨ªa mis oportunidades. Fue mi mejor partido de siempre¡±, asegur¨® el argentino, citado con el canadiense Denis Shapovalov (6-2, 3-6 y 6-2 a Grigor Dimitrov).
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