A Valverde le espera en Imola la generaci¨®n de los ni?os prodigio
Ante el Mundial, el murciano, que busca su segundo arco¨ªris, subraya la dureza del circuito y la fortaleza del belga Van Aert
Cuando ten¨ªa pelo, hace unos a?os ya, Valverde ten¨ªa un Ferrari, y le gustaba hablar de motores y de velocidad y qu¨¦ prestaciones, y cuando llega a Imola lo hace en bicicleta, tiene 40 a?os y un implante, y rueda por el asfalto nuevo, nuevo, liso, liso, del circuito de F¨®rmula 1 bautizado Enzo y Dino Ferrari, y pasa¡ª en el sentido de las agujas del reloj, al rev¨¦s que los motores¡ª la variante Villeneuve y la variante Tamburello, que ya no son curvas sino chicanes, y a la derecha deja los monumentos a Gilles Villeneuve, que en Imola disput¨® su ¨²ltimo GP, y fue traicionado, y de Ayrton Senna, all¨ª muerto un Primero de Mayo, y dice que s¨ª, que siente una ilusi¨®n especial por rodar ah¨ª. ¡°Por lo que representa, claro¡±, dice. ¡°Y tambi¨¦n me encanta por la seguridad que ofrece para el final la pista tan ancha¡¡±
Cuando Valverde habla as¨ª, de seguridad y no de victoria, cuando parece m¨¢s saciado que hambriento, Eusebio Unzue, su patr¨®n, dice que tampoco es mala se?al, que ese es solo el Valverde ¡°miedica¡± que a veces sale a la superficie la v¨ªspera de los grandes momentos. Quiz¨¢s, qui¨¦n sabe.
Llega el Mundial y a Valverde, que ya pudo con los de su generaci¨®n, la del 80, en varias Liejas, y con los del 90, Alaphilippe, Dumoulin, esos, en el Mundial del 18, le esperan la generaci¨®n siguiente, la del a?o 2000, y Valverde, cos¨¬ cos¨¬ en el Tour, recupera su esp¨ªritu, ¡°pero poco a poco¡±, precisa, y al menos no repite su ¨²ltimo soniquete casi lastimero, su ¡°que ya no soy un ni?o¡±. ¡°Ya estoy un poquito mejor de motivaci¨®n, el Mundial siempre la cambia, y a una semana del Tour es como la Cl¨¢sica de San Sebasti¨¢n otros a?os. Y el recorrido, como una Lieja pero m¨¢s duro, nos puede venir bien, porque puedo tener galones pero no soy el ¨²nico de la selecci¨®n¡±, dice, y luego reconoce que Landa o Enric Mas, aunque puedan estar muy fuertes, no son ganadores de cl¨¢sicas como ¨¦l, no son rematadores. ¡°Y estar¨¢ Van Aert¡±.
Junto a ellos tres, Pascual Momparler, el seleccionador nacional, alinear¨¢ a cinco s¨®lidos ¨¦quipiers que no lo hicieron nada mal en el Tour: Pello Bilbao, Jes¨²s Herrada, Marc Soler, David de la Cruz y Luis Le¨®n S¨¢nchez. ¡°Pero, a diferencia de Innsbruck¡±, dice Momparler, ¡°no seremos nosotros quienes tengamos que cargar con el peso del control. Estar¨¢n los belgas, los italianos, los holandeses¡¡±
Y Valverde habla de Van Aert todav¨ªa, del belga, dos veces campe¨®n del mundo de ciclocross, que brill¨® en el Tour al frente de la banana mec¨¢nica de Roglic, como se habla de la octava maravilla del mundo, casi con reverencia, un obst¨¢culo insuperable. Y Valverde, al que siguen sin motivarle, ya es algo, los r¨¦cords de longevidad que tan bien le pegaban a Poulidor y que en el Mundial consisten en superar a Joop Zoetemelk, el holand¨¦s campe¨®n del mundo en el 85 a los 38 a?os y nueve meses, mientras que Valverde caz¨® el arco¨ªris de Innsbruck cinco meses m¨¢s joven, al menos, no habla de los otros jovencitos del Tour de la generaci¨®n revoltosa e irreverente, de los ni?os prodigio, del suizo Marc Hirschi o de Tadej Pogacar, a los que les encanta atacar de lejos y llegar solos. Otro de la generaci¨®n Valverde, el siciliano Vincenzo Nibali, carga con el peso del ciclismo local.
Julian Alaphilippe, el m¨¢s fuerte de los de la generaci¨®n del 90, un Valverde 12 a?os m¨¢s joven, dice que el circuito por las suaves colinas de Imola, vi?edos de moscatel y en el centro unas monta?as de yeso, le viene como anillo al dedo, que est¨¢ hecho para un puncheur como ¨¦l, y que lo suyo ser¨¢ irse en el ¨²ltimo paso por el ¨²ltimo repecho, a 11 kil¨®metros de la meta en el circuito de los Ferrari. ¡°S¨ª, ah¨ª estoy de acuerdo¡±, dice Valverde, analizando un circuito largo (28,8 kil¨®metros), y muy duro (dos repechos muy similares, de poco m¨¢s 2,5 kil¨®metros cada uno, Mazzolano y Gallisterna, a poco m¨¢s del 6% pero con un kil¨®metro cada uno a m¨¢s del 10%) al que dar¨¢n nueve vueltas, para un total de 258 kil¨®metros y 5.000 metros de desnivel. ¡°Ser¨¢ hasta complicado comer por esas carreteras estrechas, todo el d¨ªa subiendo a muerte o bajando o en el l¨¢tigo. Llegar¨¢ uno solo, o, como mucho, tres o cuatro¡±.
Doblete de Anna van der Breggen
Sola lleg¨® Anna van der Breggen, la holandesa que dobl¨® su arco¨ªris en Imola tras el de la contrarreloj del jueves. Segunda, a 1m 20s, lleg¨® Annemiek van Vleuten, campeona saliente y fichaje del Movistar para 2021, que hubiera sido la gran favorita si no se hubiera roto la mu?eca hace 10 d¨ªas. La mejor espa?ola fue la valent¨ªsima Mavi Garc¨ªa (18?), quien se meti¨® en la fuga m¨¢s importante del d¨ªa y corri¨® siempre en cabeza buscando y no esperando.
¡°?Que por qu¨¦ las holandesas somos tan buenas?¡±, dice Van Vleuten cuando se le preguntan las razones por las que los Pa¨ªses Bajos dominan as¨ª. ¡°Quiz¨¢s porque en mi pa¨ªs las mujeres somos muy independientes para hacer la vida que decidamos, y porque hay igualdad con los hombres, claro¡±. Y Elisa Longo, la italiana de bronce, precisa: ¡°En Italia tambi¨¦n somos independientes las mujeres, lo que pasa que a nuestras carreras las falta visibilidad en los medios. No nos hacen caso¡±.
Solo la media de Van der Breggen, que consigui¨® lo que no lograr¨¢ Van Aert, plata en la contrarreloj, la m¨¢s baja de los ¨²ltimos a?os, de 34,327 kil¨®metros por hora, basta para se?alar la dureza del circuito que surge del para¨ªso de la velocidad.
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