El suplicio de Pere Sureda
Con 20 a?os y despu¨¦s de superar un problema cardiaco y un tumor en la rodilla, entre otras desgracias personales y deportivas, el exinternacional sub-18 pelea por volver a empezar
Pere Sureda (Mallorca, 20 a?os) descubri¨® antes la exigencia que el juego y el infortunio que los sue?os. Hijo ¨²nico de Ger¨®nimo y Margarita y a la vez el menor de los seis hermanos que estos sumaron en su matrimonio, creci¨® en un chalet de familia acomodada en Marrach¨ª, al noroeste de Palma, con un patio amplio y una canasta donde empez¨® a jugar al baloncesto con apenas tres a?os, en cuanto tuvo fuerza suficiente en los brazos para lanzar la pelota. Por aquel aro pasaron todos los ni?os de la familia. Sus hermanos fueron su referencia y su padre, el jefe de una infancia estricta. Endurecido por la autoridad paterna, Sureda, miembro de la quinta de Carlos Aloc¨¦n, Adam Sola, Joel Parra y Arnau Parrado (todos despuntando en ACB) se abri¨® paso en las categor¨ªas de formaci¨®n y lleg¨® a las puertas de la ¨¦lite, pero una tortuosa secuencia de adversidades le lanz¨® ladera abajo y le devolvi¨® a la casilla de salida, donde estos d¨ªas hace balance de da?os f¨ªsicos y morales para intentar continuar, para volver a empezar. ¡°Quiero recuperar la ilusi¨®n, la magia de la vida¡±, explica en una charla con EL PA?S en la que, a modo de catarsis, narra su odisea.
A los 17 a?os le detectaron un problema cardiaco que requiri¨® de un complejo cateterismo para ser corregido, a los 18 le encontraron un tumor en la rodilla derecha que necesit¨® de dos intervenciones y m¨¢s de un a?o de rehabilitaci¨®n y, entre tanto, le diagnosticaron una narcolepsia, que le martirizaba sin saberlo desde tiempo atr¨¢s y le lastr¨® en los estudios. ¡°Me hab¨ªan contado muchas historias de jugadores que se quedaban por el camino y pens¨¦: ¡®ya soy uno m¨¢s de ellos¡¯. Una m¨¢s de esas carreras que se truncan. Pens¨¦ que lo mejor era dejar el baloncesto y dedicarme a la agricultura o a los idiomas, que son dos cosas que me apasionan. Olvidarme de todo esto y sanar mi mente. Ya son muchos a?os de sufrimiento¡±, confiesa Sureda en su relato. Durante el confinamiento se fue al campo a meditar, hizo p¨²blica su pena en una carta abierta que le sirvi¨® de purificaci¨®n y decidi¨® darse una segunda oportunidad. ¡°Aqu¨ª sigo. Pero no me voy a meter ninguna presi¨®n. El objetivo es ir d¨ªa a d¨ªa, entrenamiento a entrenamiento. Esa es mi pelea actual. El baloncesto ha sido mi vida desde ni?o y todos me animaron a seguir intent¨¢ndolo. Tengo solo 20 a?os¡±, cuenta Sureda desde su tierra natal, donde ahora ha vuelto a jugar en el Bah¨ªa San Agust¨ªn, entre la Liga EBA y la Leb Oro, el equipo del que sali¨® para hacer carrera.
¡°Mi padre se fijaba en la disciplina de todos los deportistas que llegaban lejos y me intent¨® inculcar eso desde peque?o. Nunca me puso la mano encima pero esa exigencia psicol¨®gica me marc¨® hasta la adolescencia¡±, relata Sureda. ¡°Me remarcaba los fallos, los puntos d¨¦biles¡ ¡®no defiendes una mierda y as¨ª no vas a llegar a nada¡¯, me dec¨ªa tras cada partido. Con esa presi¨®n, a los 13 a?os quer¨ªa dejarlo todo. Pero, superado aquello, me forj¨¦ una dureza de car¨¢cter que impuls¨® mi autoconfianza. Vi con claridad todo lo que pod¨ªa conseguir. Depend¨ªa de m¨ª¡±, prosigue antes de detallar una progresi¨®n ascendente que parec¨ªa imparable. ¡°Comenz¨® a llegar el reconocimiento a nivel balear y a nivel nacional. A los 15 a?os prob¨¦ con Unicaja, Bar?a, Fuenlabrada¡ y hab¨ªa m¨¢s clubes interesados. Eso me dio mucha confianza, las cosas estaban saliendo bien. Piensas: 'al final de ese camino dur¨ªsimo de crecimiento puede estar esper¨¢ndote el para¨ªso¡±, rememora. Los informes de los ojeadores hablaban de un alero-escolta con f¨ªsico, car¨¢cter y muchos puntos, un proyecto de internacional con recorrido, una mezcla de San Emeterio y Abrines.
Acab¨® la ESO en el centro de alto rendimiento de Mallorca y, entre todas las ofertas, eligi¨® el proyecto del Fuenlabrada, por las facilidades para compaginar el bachillerato y los entrenamientos, para avanzar con progresividad ¡ª"los clubes humildes apuestan con m¨¢s decisi¨®n por los j¨®venes. Los grandes si falla uno tienen otro", dice¡ª. Pero, sin tregua, reapareci¨® la marcialidad. ¡°Me top¨¦ de entrenador con el Sargento, Armando G¨®mez. Ni un hola o un bienvenido al club. ¡®Que puta mariconada llevas en la oreja. Ya te lo est¨¢s quitando si quieres entrenar conmigo¡¯, me dijo al verme un pendiente. Me fui acojonado a la sala de fisioterapia y me lo quit¨¦ como pude, con unas tijeras¡±. Regresaba el martirio psicol¨®gico y a ello se le sumaron los problemas en el instituto. El calvario acababa de empezar. A su madre le diagnosticaron un c¨¢ncer y a Sureda le reaparecieron unas taquicardias espor¨¢dicas que cre¨ªa olvidadas pero fueron a m¨¢s. ¡°Las sent¨ª por primera vez a los 13 a?os. Si hubiera hablado igual me hubieran hecho las pruebas antes y todo se hubiera solucionado¡±. A los 17 volvieron los problemas cardiacos y, tras numerosas pruebas y diagn¨®sticos contradictorios que le tuvieron meses apartado de la pr¨¢ctica deportiva, Sureda acab¨® en el quir¨®fano para someterse a un cateterismo que dur¨® cuatro horas. Acab¨® bien, pero continu¨® la pesadilla. Esa temporada jugaba cedido en el Salamanca de la Leb Plata y, a los dos d¨ªas de reincorporarse a los entrenamientos tras recibir el alta del cardi¨®logo, una leve cojera fue el primer indicio de otro calvario a¨²n mayor.
¡°Ten¨ªa un dolor en la rodilla desde hac¨ªa un a?o, pero no lo dije porque bastante ten¨ªa con todo lo dem¨¢s¡±, explica Sureda. ¡°Te he visto cojeando. Hay que ir al hospital a hacer pruebas¡±, le dijo el f¨ªsio del equipo. "Me hicieron una radiograf¨ªa y encontraron un tumor en la rodilla. Una resonancia magn¨¦tica confirm¨® que ten¨ªa osteocondritis disecante. ¡°El hueso de la rodilla estaba muerto, no le llegaba la sangre. Requer¨ªa dos operaciones. Ten¨ªa que ponerme en manos de los mejores especialistas porque me jugaba poder continuar o no mi carrera¡±, cuenta el jugador. Ah¨ª comenz¨® una doble batalla, sanitaria y administrativa. Las operaciones costaban en torno a 20.000 euros. Sureda contaba con la cobertura de la Asociaci¨®n de Jugadores (ABP), pero esta le neg¨® el respaldo del fondo de asistencia. ¡°Aport¨¦ toda la documentaci¨®n que me pidieron, pero no recib¨ª ayuda. Todo fueron trabas¡ Nunca hubo voluntad de atender a mi causa, me ningunearon¡±. El Fuenlabrada pagaba por el jugador como miembro del filial vinculado al primer equipo, pero ¨¦l no tuvo derecho a la ayuda por no cumplir con la condici¨®n de haber sido inscrito en un partido de ACB.
Con dos operaciones dirigidas por el doctor Guillen, una en marzo de 2019 y la otra en mayo, y un estricto plan de rehabilitaci¨®n de algo m¨¢s de un a?o, la rodilla de Sureda qued¨® ¡°perfecta¡±. Pero la erosi¨®n de la adversidad, el desgaste de la pelea administrativa y la falta de suerte, le dejaron tambale¨¢ndose. Con los buenos recuerdos aplastados por las desgracias. ¡°Hace tres a?os, me llam¨® la selecci¨®n sub 18 y, despu¨¦s, Jaume Comas me convoc¨® para el Europeo 3x3. Aquel verano fue maravilloso¡±, responde al rebuscar los escasos momentos en los que tuvo tiempo para disfrutar de la profesi¨®n. En ese torneo, Espa?a consigui¨® el bronce, ¨¦l fue el mvp y tambi¨¦n logr¨® la plata en el concurso de triples. Poco premio para tanto castigo. Para un suplicio interminable. ¡°Cuando ten¨ªa la rodilla curada y empec¨¦ a entrenar, de repente, nos confinaron. Y ah¨ª me quer¨ªa morir. Despu¨¦s de tres a?os de calvario fue una hostia brutal. Sent¨ªa una impotencia infinita¡±, desarrolla Sureda. La relaci¨®n contractual con el Fuenlabrada qued¨® resuelta de mutuo acuerdo y regres¨® a entrenar a su tierra para volver a empezar. ¡°Hay que seguir luchando para que todo tenga sentido¡±, afirma Sureda, que ha vivido muchas vidas en poco tiempo, pero tiene solo 20 a?os. Estos d¨ªas, en el Palau Municipal d¡¯Esports de Son Moix, trabaja en su reconstrucci¨®n personal y deportiva. ¡°Voy paso a paso. Lo importante es que estoy de vuelta¡±, cierra.
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— Pere Sureda (@Pere_sc03) September 15, 2020
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