Medvedev, un ¡®shaol¨ªn¡¯ de laboratorio
El ruso, citado con Nadal por una plaza en la final, aplica t¨¦cnicas de control mental milenarias y potencia sus golpes con un plan biomec¨¢nico: ¡°Dicen que parezco un robot, pero no voy a cambiar¡±
Lo expon¨ªa hace tres meses en un podcast su compatriota Dmitry Tursunov, retirado ya de las pistas. ¡°Cuando le ves, no da la sensaci¨®n de que pueda dedicarse al tenis. Es alto, muy largo, no transmite estabilidad. No es especialmente r¨¢pido y su juego no es natural. Sin embargo, es muy divertido verle y siempre encuentra la manera de meter la bola dentro. Parece que est¨¢ troleando a los dem¨¢s¡±. Corroboraba despu¨¦s el estadounidense Reilly Opelka, tras conseguir tumbarlo en San Petersburgo hace un mes: ¡°Las mete todas. ?Todas! Tiene mucho m¨¦rito ganarle¡ Porque jugar contra ¨¦l es una verdadera pesadilla¡±.
No hay en la actualidad un tenista m¨¢s desconcertante que Daniil Medvedev, el obst¨¢culo que deber¨¢ sortear Rafael Nadal esta noche (21.00, #Vamos) si desea lanzar un ¨®rdago definitivo en la Copa de Maestros. El ruso, de 24 a?os, es un enigma. Cada uno de sus golpes encierra un misterio. Compite con cara de p¨®quer y su t¨¦cnica es de lo m¨¢s heterodoxa, imposible adivinar por d¨®nde va a salir. ¡°Tengo un juego diferente¡±, simplifica ¨¦l, el rival al que los dem¨¢s no quieren ver ni en pintura; ¡°no s¨¦ por qu¨¦ juego as¨ª, pero no voy a cambiar. No creo que en el tenis exista una t¨¦cnica buena o mala. Cuando ten¨ªa seis a?os jugaba con el rev¨¦s a una mano, como Federer, pero si hoy d¨ªa jugase as¨ª, no hubiera llegado hasta donde he llegado. Muchos dicen que mi juego es aburrido o que parezco un robot, pero en realidad no me importa. Lo ¨²nico que yo quiero es ganar¡±.
Y no va por el mal camino el ruso, quien hace dos semanas desfil¨® como un tiro en Par¨ªs-Bercy, donde logr¨® el tercer Masters 1000 de su carrera, y guerrea ahora en Londres embalado: tres de tres en la liguilla, este viernes doble 6-3 a Diego Schwartzman. Y eso que el O2 no le trae buenos recuerdos. En su estreno en el torneo, perdi¨® los tres partidos y uno de ellos, precisamente contra Nadal, le clav¨® una espina en el orgullo. ¡°?Te refieres al partido en el que me ahogu¨¦?¡±, respondi¨® a un tuit de la ATP, dolido todav¨ªa porque ese d¨ªa el mallorqu¨ªn le remont¨® un 1-5 adverso en el tie break de la manga definitiva. ¡°Es la derrota m¨¢s dura que he sufrido. Espero no volver a perder nunca as¨ª¡±, dice mientras impone respeto en el equipo de Nadal.
El volumen de su tenis ha ido creciendo y Nadal a¨²n recuerda la noche que le condujo a la gloria el a?o pasado en Nueva York. El castigo fue bestial. Tanto que, al regresar al vestuario, su t¨¦cnico Carlos Moy¨¤ tuvo que ayudarle a ponerse los pantalones, porque el balear estaba absolutamente acalambrado tras las 4h 51m de tortuosa resistencia. Medvedev, duro de mollera y con soluciones para todo, un front¨®n sin igual, se present¨® a ojos del mundo con una actuaci¨®n asentada sobre dos decisiones fundamentales.
La primera fue la contrataci¨®n de Francisca Dauzet, una psic¨®loga que profundiza en los milenarios procedimientos de la medicina china y la filosof¨ªa de los guerreros shaol¨ªn. ¡°La mente de Daniil es grande y compleja, similar a un ordenador¡±, relataba en una entrevista concedida a L¡¯?quipe. ¡°Cuando un shaol¨ªn lucha, nunca se distrae con nada de lo que ocurre a su alrededor, se concentra ¨²nicamente en la pelea¡±, explic¨® en la ESPN, refiri¨¦ndose al m¨¦todo que aplica el jugador de Mosc¨², una m¨¢quina capaz de soportar los intercambios m¨¢s largos posibles sin ofrecer un solo signo de debilidad. Donde otros sufren, ¨¦l encuentra disfrute.
El segundo giro lleg¨® cuando el preparador que le moldea desde 2014, el franc¨¦s Gilles Cervara, se dirigi¨® a un laboratorio de biomec¨¢nica deportiva hace dos a?os en busca del salto definitivo. Por entonces, Medvedev (1,98 de estatura) figuraba ya entre los 70 mejores del mundo, pero a su juego le faltaba un ¨²ltimo impulso. All¨ª le parchearon el cuerpo de arriba abajo, con sensores, y estudiaron todos y cada uno de sus extra?os movimientos, en especial el servicio. Mediante un sofisticado software, procesaron la posici¨®n, altura y potencia de los golpes, e implementaron soluciones que siguen nutriendo el tenis programado del ruso, residente en Montecarlo y enfermo de los coches y los videojuegos, admirador de Tarantino y jugador de ajedrez.
Hasta hace dos a?os, los cruasanes formaban parte de sus desayunos. Sin embargo, el fisi¨®logo Yann Le Meur, colaborador con algunos equipos ol¨ªmpicos franceses y con el M¨®naco de la Ligue 1, intervino e incidi¨® en su desarrollo f¨ªsico. Tarea que completa el preparador Eric Hern¨¢ndez. En su plato, hoy d¨ªa mandan los copos de avena. ¡°Si hablas con los que coincidieron conmigo en los j¨²niors, te dir¨¢n que yo era uno de los jugadores en peor forma. A veces me acalambrada a la media hora de partido. La consistencia en el trabajo f¨ªsico y la recuperaci¨®n diaria han transformado mi juego¡±, valora.
¡±Estoy en mi mejor forma¡±, presume hoy, antes de chocar con Nadal en lo que se adivina como un volc¨¢nico duelo de t¨² a t¨².
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