Messi ordena y el Bar?a gana
El argentino, que dedica un gol a Maradona, desmonta a Osasuna a trav¨¦s del pase. Griezmann y Braithwaite, los otros goleadores
Osasuna plante¨® un duelo sin demasiada imaginaci¨®n, abrigado en su ¨¢rea y poniendo ¨¦nfasis en cerrar los pasillos interiores para que Alba y Dest sacaran centros laterales que apenas hac¨ªan da?o, pues a cent¨ªmetros no le ganaban. Un plan que funcion¨® hasta que Messi, alrededor de la media hora de encuentro, decidi¨® coger la pelota y desmontar al rival siempre con el pase al hueco, el pase que pocos ven y nadie logra. Tambi¨¦n hizo su diana, triunfo de autor al que se a?adieron Braithwaite y Griezmann, los otros goleadores de la tarde.
Con una defensa bien compacta e incluso adelantada, Osasuna complic¨® de lo lindo el juego definitivo del Bar?a, c¨®modo con el bal¨®n entre las botas pero desafinado en los ¨²ltimos metros por falta de ingenio para el ¨²ltimo pase y de tino en el remate. Deficiencia contra la que se rebel¨® Messi, que asisti¨® a las carreras de Alba, a las rupturas de Griezmann y a los apoyos de Coutinho. El brasile?o, en una de esas, err¨® el remate cuando lo f¨¢cil era cantar gol, desactivado al final por un defensor bajo la sombra del larguero. No fue la ¨²nica de Coutinho, que ve peligrar su titularidad ante la pujanza de los j¨®venes como Pedri. Pero s¨ª que hizo diana Braithwaite, afinado como est¨¢; marc¨® dos al Dinamo e hizo otro contra Osasuna despu¨¦s de un centro de Alba y dos remates. Para que Alba centrara primero, claro, el bal¨®n se lo hab¨ªa puesto previamente Messi a la carrera.
Trat¨® de replicar Osasuna con Budimir, pero marc¨® en fuera de juego y se acab¨® lo que se daba. M¨¢s cuando Griezmann, al fin acertado, logr¨® conectar una volea de arrea despu¨¦s de un nuevo centro y un nuevo rechazo. El disparo del franc¨¦s, furioso, casi le hace un agujero a la red. Segundo gol, entreacto y Koeman vari¨® el sistema al poner a Busquets, cansado de que el Barcelona perdiera balones en la construcci¨®n y abonara las dudas. Variaci¨®n t¨¢ctica que afianz¨® al Bar?a sobre el c¨¦sped, sobrio desde atr¨¢s y a expensas de las genialidades de Messi en el cuadrante contrario. Aunque en esta ocasi¨®n fue Coutinho el que al fin marc¨® su diana, despu¨¦s de un centro raso de Griezmann. Con todo resuelto, Koeman oxigen¨® las piernas de sus jugadores con los cambios. Para su infortunio, sin embargo, perdi¨® tambi¨¦n a Lenglet, que se torci¨® el tobillo y tendr¨¢ a buen seguro un esguince.
Antes de cerrar el duelo, sin embargo, Messi volvi¨® a decir la suya. Un gol desde fuera del ¨¢rea y una celebraci¨®n en homenaje al Diego Armando Maradona, golazo que festej¨® quit¨¢ndose la remera para ense?ar una camiseta de Newell¡¯s con el 10 a la espalda. Un adi¨®s entre estrellas; un gesto de Messi que, de nuevo, mostr¨® que se explica mejor con el bal¨®n que con la palabra.
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