El hilo ganador del Madrid que va de Di St¨¦fano a Ramos
Amancio, Del Bosque, Mijatovic y Ca?izares analizan el gen que hace imbatible a los blancos en las finales
Cuando en la marcha de Cristiano Ronaldo a la Juventus a¨²n cab¨ªa la marcha atr¨¢s, el portugu¨¦s mantuvo una conversaci¨®n con un directivo del Real Madrid en Abu Dabi. Eran los primeros d¨ªas de diciembre de 2017 y el equipo blanco se encontraba en el emirato para disputar el que termin¨® siendo su quinto Mundial de Clubes. El portugu¨¦s ten¨ªa entonces ya muy decidido que al final de esa temporada abandonar¨ªa el Bernab¨¦u rumbo a Tur¨ªn. Seg¨²n una fuente conocedora de esa reuni¨®n, para persuadirle de que se quedara, el ejecutivo del Madrid no le habl¨® de dinero, sino que recurri¨® al cobijo ganador que pod¨ªa procurarle el club blanco. Le augur¨® que le resultar¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil sumar otra Champions u otro Bal¨®n de Oro lejos de Chamart¨ªn.
Entre los escas¨ªsimos clubes en condiciones de usar este argumento para negociar un fichaje, el caso del Madrid resulta especialmente ¨²nico. Desde hace d¨¦cadas, cuando pisa las finales, las atraviesa con una seguridad ins¨®lita. Las 13 Copas de Europa que acumula desde 1956 las ha obtenido en 16 finales. Solo tres derrotas: las mismas que el Barcelona para cinco t¨ªtulos o que el ¨²ltimo campe¨®n, el Liverpool, para seis. Lejos de las siete finales perdidas de la Juventus, que tiene dos Orejonas.
Este rasgo ganador se ha extremado bajo el mando de Zinedine Zidane: nueve victorias en nueve finales, la ¨²ltima el domingo en la Supercopa de Espa?a contra el Atl¨¦tico en Arabia Saud¨ª (0-0 y 4-1 en los penaltis). Por el camino, victorias con todos los registros y sin un sello definible m¨¢s all¨¢ de la propia victoria: con remontada, con dominio, con empate ag¨®nico, en los penaltis, con juego y sin juego.
Amancio Amaro, goleador en la final de la Copa de Europa de 1966, la sexta de los blancos, atribuye el origen de este desempe?o que desaf¨ªa los c¨¢lculos de probabilidades m¨¢s optimistas al futbolista que cambi¨® la historia del club: ¡°Viene arrastrado por el sentir de Alfredo di St¨¦fano, que se ha transferido de generaci¨®n en generaci¨®n. ?l nunca se ve¨ªa perdido¡±, dice. ¡°Con ¨¦l se trataba de exprimirte al m¨¢ximo, de que al acabar no te quedara energ¨ªa¡±.
Su influjo lo encuentra ya determinante en ese triunfo de 1966, tras las finales perdidas en 1962 y 1964. ¡°Con un equipo casero, de la cantera, y despu¨¦s de eliminar a los favoritos, el Inter de Helenio Herrera, Luis Su¨¢rez y Peir¨®, quer¨ªamos emular la historia del equipo de las cinco Copas de Europa¡±, cuenta. Al retirarse, Amancio se dedic¨® a alargar el hilo de esos rasgos en la cantera, donde acun¨® a la Quinta del Buitre antes de que precisamente Di St¨¦fano les diera la alternativa en el primer equipo. ¡°Yo siempre les dec¨ªa que para llegar al primer equipo hab¨ªa que llamar a la puerta pidiendo paso, que a uno no ten¨ªan que llamarlo¡±, recuerda.
Hay tambi¨¦n una voz importante de la historia del Madrid que discrepa de la teor¨ªa de la transmisi¨®n. Vicente del Bosque, dos Champions como entrenador, una final perdida como jugador, en 1981 contra el Liverpool, la ¨²ltima derrota en un partido as¨ª del Madrid, cree que ¡°no hay algo que se transmita de generaci¨®n en generaci¨®n¡±. En su lectura no cabe lo ¡°m¨ªstico¡±, sino que es todo m¨¢s terrenal: ¡°El Madrid gana m¨¢s porque tiene mejores jugadores. Hasta para ganar por penaltis hay que tirarlos bien. El Madrid llega a m¨¢s finales y es normal que gane m¨¢s. Todo el que est¨¢ en el Madrid diez a?os al final acaba ganando t¨ªtulos¡±, dice.
Amancio: "Viene arrastrado por el sentir de Alfredo di St¨¦fano, que se ha transferido de generaci¨®n en generaci¨®n. ?l nunca se ve¨ªa perdido"
Desde el club coinciden en subrayar la importancia de los jugadores: ¡°Este Madrid invierte m¨¢s, mejor y es m¨¢s certero que los pasados¡±, sostienen. Y apuntan adem¨¢s al impacto de la propia historia del club en los contrarios: ¡°Llegados a una final, el peso competitivo del escudo es enorme, y eso se cuela por las rendijas de los vestuarios rivales¡±, dicen. Tambi¨¦n percib¨ªa eso Del Bosque: ¡°Siempre puede ser que el Real Madrid cree un respeto en los contrarios¡±, dice.
No solo en ellos. Cuando Pedja Mijatovic lleg¨® a La Castellana en 1996, sufri¨® un impacto inmediato: ¡°Nada m¨¢s aterrizar te meten este virus ganador. Escuchas constantemente: ¡®Esto es el Madrid, aqu¨ª solo vale ganar, esto es el Madrid¡±, recuerda. ¡°Sent¨ªa el peso de haber sido el mayor traspaso de la historia, 1.250 millones de pesetas al Valencia. Yo no dorm¨ªa¡±.
Mijatovic marc¨® en 1998 en ?msterdam un gol que supuso uno de los puntos de giro de la historia del Real Madrid. Su tanto a la Juventus dio al club su s¨¦ptima Copa de Europa, la primera despu¨¦s de aquella de Amancio: 32 a?os de sequ¨ªa. ¡°Nadie nos daba como favoritos y eso nos motiv¨®. Yo sab¨ªa que era la primera y la ¨²ltima vez que iba a jugar una final. Y as¨ª fue. Lo habl¨¢bamos, viv¨ªamos con eso¡±, revive. ¡°Adem¨¢s, si no gan¨¢bamos, a ver qui¨¦n ten¨ªa pelotas de volver a Madrid¡±.
Aquel equipo de ?msterdam tambi¨¦n alistaba a Santiago Ca?izares, que despu¨¦s prob¨® esa rara p¨®cima de la victoria desde el lado de la v¨ªctima, como portero del Valencia derrotado en la final de 2000 en Par¨ªs, la octava, con Del Bosque en el banquillo blanco. ¡°En el Madrid se vive la necesidad de ganar, desde muy peque?o se est¨¢ obligado a ganar. All¨ª, no ganar es sin¨®nimo de problema grave, y eso, que se aprende desde muy joven, es un gen que viene muy bien tambi¨¦n a los que luego dejan el club¡±, dice el exportero.
Mijatovic: "Nada m¨¢s aterrizar te meten este virus ganador. Escuchas constantemente: ¡®Esto es el Madrid, aqu¨ª solo vale ganar, esto es el Madrid"
Ca?izares recuerda la gravedad con la que se les present¨® la final de ?msterdam, que se canaliz¨® en una reuni¨®n m¨¢s o menos espont¨¢nea la noche anterior en torno a las camillas de los fisios: ¡°Fuimos tomando conciencia de lo importante que era ganar, romper con la historia, que es una cosa muy seria¡±, recuerda, y atribuye a los l¨ªderes de la caseta como portadores de esa idea de responsabilidad con el legado: Chendo, Hierro, Sanch¨ªs, Ra¨²l, Redondo y Mijatovic. ¡°Mucho car¨¢cter, pero no mucho ego¡±, resume el montenegrino.
A la calidad de la plantilla y el empuje mental de los caudillos, hoy concentrado en Sergio Ramos, autor del cabezazo de Lisboa, Mijatovic a?ade a Zidane para explicar la ¨¦poca actual: ¡°Los que eran ganadores cuando jugaban transmiten seguridad. Pensar que llegan los penaltis y los vas a ganar t¨² otra vez. Algunos lo llaman suerte, pero es seguridad, y eso es lo importante. No es solo suerte¡±, dice.
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