Los ¨²ltimos rom¨¢nticos de Salamanca
El Unionistas, rival del Madrid en la Copa, es gestionado de manera asamblearia por sus casi 3.000 socios
En su 90 aniversario, la Uni¨®n Deportiva Salamanca desapareci¨®. El club, que milit¨® 12 temporadas en Primera y 34 en Segunda, entr¨® en concurso de acreedores en 2013 con una deuda millonaria y sin un inversor dispuesto a asumirla. En sus ¨²ltimos meses de vida, un grupo de aficionados fund¨® una plataforma de voluntarios de la que naci¨® Unionistas, hoy en Segunda B y que el pr¨®ximo mi¨¦rcoles recibe al Real Madrid en los dieciseisavos de la Copa del Rey, a partido ¨²nico. Siete a?os y tres ascensos despu¨¦s (de Provincial a Segunda B), el esfuerzo de los socios y la fortuna del sorteo apuntan a que otro f¨²tbol es posible.
Unionistas no pretende ser una refundaci¨®n del desaparecido, sino un club homenaje, como recoge el lema de su escudo: ¡°In memoriam UDS¡±. En cada partido, cuando llega el minuto 23, la grada alza sus bufandas y entona el himno de la difunta Uni¨®n en un nost¨¢lgico ritual. Esa grada es el centro del club, abanderado del llamado f¨²tbol popular. La voz de cada uno de los m¨¢s de 2.800 socios es soberana. Cada decisi¨®n, desde las cuentas anuales hasta el color de la equipaci¨®n o el dise?o del escudo, se discute en asamblea. Su presidente, Miguel ?ngel Sandoval, lo resume con una m¨¢xima: ¡°Un socio, un voto¡±.
La junta directiva trabaja sin remuneraci¨®n y con el presupuesto ajustado al l¨ªmite de la deuda cero: si gastan m¨¢s de lo aprobado, lo pagan de sus bolsillos. Manejan un mill¨®n de euros de presupuesto, de los que 400.000 van a sueldos de la primera plantilla. Los colaboradores aportan 190 euros al a?o: los socios adultos, 140. El resto proviene de patrocinadores, ayudas p¨²blicas y venta de camisetas y merchandising.
El equipo del toro no es el ¨²nico de Salamanca. Aquel aciago verano de 2013, la Fundaci¨®n de la UDS cedi¨® todos los derechos a otro reci¨¦n nacido: el Salamanca CF. Tambi¨¦n desde Provincial a Segunda B, el club fue ascendiendo hasta la llegada de Manuel Lovato, empresario mexicano que, tras comprar el estadio Helm¨¢ntico por un mill¨®n de euros en 2015, se hizo con el control del club. Adem¨¢s, a?adi¨® al nombre las siglas UDS, una afrenta para los rom¨¢nticos de Unionistas, que lo que consideran una apropiaci¨®n de la memoria de la difunta Uni¨®n.
El f¨²tbol ha dividido a la ciudad desde entonces, con derbis de alta tensi¨®n en campos separados por unos pocos pasos. El Salamanca, tambi¨¦n en Segunda B, juega en el Helm¨¢ntico (17.300 espectadores), mientras que Unionistas lo hace en las instalaciones de atletismo anexas, conocidas como Las Pistas (4.000).
La incertidumbre sobre d¨®nde se jugar¨¢ el partido copero
Pese a la presi¨®n del Ayuntamiento dirigido por el alcalde popular Carlos Manuel Garc¨ªa Carbayo para que Unionistas juegue el partido de Copa contra el Madrid en el Estadio Helm¨¢ntico, el club no contempla disputar el duelo ante de su feudo habitual de Las Pistas. Javier Tejedor, vicepresidente de Unionistas, lo tiene claro: ¡°Queremos jugar en nuestro campo, donde hemos forjado nuestra historia¡±. La Federaci¨®n dio su visto bueno al campo en las anteriores fases, salvo por la iluminaci¨®n. El club necesita el permiso del Ayuntamiento para instalar unas torretas de luz para corregir ese problema, y gradas supletorias para aumentar la capacidad. Adem¨¢s, la opci¨®n del Helm¨¢ntico requiere la aprobaci¨®n del club rival, que no ha dado su consentimiento. Navas, extremo de Unionistas, tampoco ve otra opci¨®n: ¡°Es un terreno en el que se iguala todo, donde ellos se van a sentir inc¨®modos. En Las Pistas tenemos posibilidades¡±, dice. El escenario del encuentro a¨²n no est¨¢ cerrado de forma definitiva.
Las Pistas, centro de culto para Unionistas, pertenecen al Ayuntamiento, por lo que las pe?as del club se encargan de prepararlas para cada partido. ¡°Un par de horas antes transformamos unas pistas de atletismo en un campo de f¨²tbol¡±, explica Miguel ?ngel Gal¨¢n, presidente de la Federaci¨®n de Pe?as. Van sacando carteles, banderas y hasta la publicidad de una caseta situada a unos metros del campo. ¡°Salvo las porter¨ªas, el resto lo ponemos nosotros¡±, presume Gal¨¢n. Tras el partido, repiten la operaci¨®n a la inversa y limpian las gradas.
La plantilla entrena en el campo Reina Sof¨ªa, a las afueras de la ciudad. El Ayuntamiento est¨¢ ampliando las instalaciones, que comparten con el Real Monterrey, un club de la zona. Los jugadores, tras subir la cuesta embarrada que lleva al campo, se visten y saltan al c¨¦sped sint¨¦tico enfundados en camisetas t¨¦rmicas y chubasqueros. Comenzaron mal la temporada, pero, cambio de entrenador mediante, han recuperado la buena senda. Aunque luchan por la permanencia, todos tienen en mente el partido ante el Madrid; pero saben que donde se la juegan es en la Liga.
Jes¨²s Hern¨¢ndez Piojo, capit¨¢n y alma del club, Javi Navas, David Gallego y Carlos de la Nava entran en una cafeter¨ªa adornada con pegatinas, camisetas y bufandas de Unionistas donde los reciben con gran cari?o. Forman el n¨²cleo duro del vestuario y afrontan su tercera temporada. Son los ¨²nicos que permanecen del hist¨®rico ascenso a Segunda B. ¡°Todos sabemos d¨®nde nos ganamos el comer¡±, dice Piojo, que form¨® parte de la Uni¨®n desde los 14 a?os hasta su desaparici¨®n. Los cuatro coinciden: la ilusi¨®n es m¨¢xima, pero siguen la voz de su t¨¦cnico, Jabi Luaces, que no quiere pensar en la Copa: ¡°No voy a dedicar un segundo al Madrid¡±.
Hasta el presidente asegura que lo deportivo no prima en el duelo copero. Sandoval reconoce que el partido ante el Madrid es un ¡°premio¡± al esfuerzo de Unionistas. Pero no un premio econ¨®mico: ¡°Lo m¨¢s importante es la repercusi¨®n. Nos va a permitir dar a conocer esta filosof¨ªa, que los socios pueden ser due?os de su club¡±, dice.
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