El debut de Cruyff visto desde Granada
El holand¨¦s disput¨® su primer partido liguero con el Bar?a en 1973 ante el grupo andaluz, y volvi¨® locos a los defensas
En la 73-74, el Granada llevaba seis temporadas consolidado en Primera. En la tercera jornada hab¨ªa llegado a ser l¨ªder. Era un equipo de personalidad muy marcada, por la firmeza extrema de su parte de atr¨¢s y por algunos jugadores de gran clase, en especial el extremo Vicente. Tambi¨¦n por el cambio en su uniforme, introducido esa temporada, con rayas horizontales en lugar de verticales. ¡°Fue por distinguirnos¡±, me explica Candi, el presidente en aquellos a?os grandes del club.
La s¨¦ptima jornada visitaba al Bar?a, que sufr¨ªa porque hab¨ªa fichado a Cruyff, el mejor del mundo, pero no pod¨ªa alinearlo. Holanda no mandaba el transfer. Se dijo que no se incorporar¨ªa hasta la segunda vuelta. Jugaba amistosos, para recaudar y mantenerse en forma, pero no partidos oficiales. La espera ten¨ªa bloqueado al Bar?a, que en Liga llevaba dos victorias, dos empates y tres derrotas, y en la Copa de la UEFA hab¨ªa ca¨ªdo a la primera, eliminado por el Niza. En Madrid se hablaba de plaga de ranas en Las Ramblas, de que al pasar por all¨ª se o¨ªa un continuo croar: ¡°Cruyff, Cruyff, Cruyff¡¡±.
El Granada sali¨® a las nueve del s¨¢bado en autob¨²s, para comer en Madrid, desde donde seguir¨ªa en puente a¨¦reo hacia Barcelona, y hospedarse en el Hotel Manila. All¨ª les recibi¨®, ya entrada la tarde, un directivo del Barcelona que tras interesarse por el viaje y preguntarles si necesitaban algo les dio la noticia: ¡°Ya ha llegado el transfer de Cruyff, as¨ª que ma?ana debuta contra vosotros¡±. A Jose¨ªto, entrenador del Granada, le sent¨® como un tiro. Una p¨¦sima noticia que se un¨ªa la ausencia de Aguirre Su¨¢rez, su feroz central, lesionado. Cuando cay¨® sobre ¨¦l una nubecilla de periodistas, rezong¨®: ¡°No sab¨ªa que la Federaci¨®n trabajaba los s¨¢bados por la tarde¡¡±. Tambi¨¦n dijo que la preparaci¨®n del partido durante la semana ya era in¨²til, que ahora ten¨ªa que repensarlo todo.
Cenaron con el telediario, que insist¨ªa en la noticia y proyectaba jugadas suyas. Ja¨¦n dijo: ¡°Vamos a mirarlo ahora bien, porque ma?ana ni le veremos¡±. En Barcelona preocupaba la fama de brusquedad del Granada. En la ma?ana del domingo, el segundo entrenador, Rodri, se pas¨® por el hotel para hablar con Fern¨¢ndez, el uruguayo que hac¨ªa pareja habitual con Aguirre Su¨¢rez en la defensa. Fern¨¢ndez hab¨ªa llegado a Espa?a a trav¨¦s del Bar?a y Rodri ten¨ªa buena relaci¨®n con ¨¦l: ¡°Mira que nos ha costado mucho, a ver c¨®mo os port¨¢is, no nos lo vay¨¢is a lesionar el primer d¨ªa¡±. ¡°Mira c¨®mo venimos nosotros, sin Aguirre Su¨¢rez, sin Echecopar¡¡±.
Jose¨ªto decidi¨® que a Cruyff le marcara Montero Castillo, habitual medio de cierre y central improvisado en su d¨ªa, y, si le desbordaba, Fern¨¢ndez como l¨ªbero. Si se echaba a la izquierda, cosa que hac¨ªa con frecuencia, le coger¨ªa Toni. Tras la charla fueron al campo. Pas¨® a saludarles el delantero Barrios, ex del Granada, ahora en el Bar?a, que hablaba entusiasmado: ¡°Tiene diez toques diferentes en cada pie. ?Y una velocidad¡! Se pone a cien en un segundo y frena de golpe. Le ves y no le ves¡±.
Tal cual. Les volvi¨® locos. Montero Castillo, aunque ten¨ªa buena zancada en carrera, era lento al ponerse en movimiento. Cruyff se iba de ¨¦l, se iba de un lado, se iba para otro¡ Jose¨ªto dio ¨®rdenes de cogerle en zona, porque se retrasaba mucho. Volvi¨® locos a Chirri y Ja¨¦n en la media, a Toni por la derecha y a Montero Castillo y a Fern¨¢ndez por el centro. Este consigui¨® salirle al paso una vez que se iba por la derecha, y lo volte¨® aparatosamente. El griter¨ªo fue tremendo. Se llev¨® una tarjeta blanca (aqu¨ª eran entonces blancas en lugar de amarillas) y no se atrevi¨® a repetir. Una vez, Toni y Ja¨¦n creyeron haberle encerrado en un c¨®rner: ¡°Ya le ten¨ªamos, se dio la vuelta y cuando nos dimos cuenta estaba dentro del ¨¢rea¡±. El Granada aguant¨® hasta el 42¡¯, cuando al fin marc¨® Marcial, de cabeza, a centro de De la Cruz, otro ex del Granda. Luego, Cruyff (50¡¯), Sotil (58¡¯) y Cruyff otra vez (69¡¯) completaron el 4-0. El ¨²ltimo gol fue una belleza, una volea desde fuera del ¨¢rea. Para colgarlo en el Museo del Prado.
Treinta a?os despu¨¦s de aquello, el Granada Hoy hizo un excelente trabajo, recogiendo sus testimonios. Todos contaban aquello con la sensaci¨®n de haber vivido algo extraordinario. Hasta se hab¨ªa convertido en un orgullo haber estado all¨ª, tanto que todos los jugadores de la ¨¦poca, los que jugaron y los que no, y muchos de las promociones aleda?as presumen hoy de haber estado all¨ª aquel d¨ªa. Y cada vez que el equipo vuelve a Barcelona, las tertulias se llenan de recuerdos de aquel 28 de octubre de 1973.
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