Seti¨¦n tambi¨¦n necesita a Messi
El Barcelona mejora su juego, personificado en Busquets, pero pierde remate, reducido a un gol del argentino en el estreno del t¨¦cnico c¨¢ntabro ante el Granada
El Bar?a regres¨® a la escuela, como si necesitara aprender a jugar al f¨²tbol, empezar a tocar la pelota, sin reparar en el liderato de LaLiga. Ha comenzado el curso en la academia de Quique Seti¨¦n, fiel seguidor de Cruyff, diferente a Valverde. Y el equipo mejor¨® colectivamente en su propuesta hasta que se empach¨® de bal¨®n y por un momento qued¨® a merced de un tiro al palo de Eteki. Aliviado acto despu¨¦s por una discutible expulsi¨®n de Germ¨¢n, encontr¨® remedio al partido en una virguer¨ªa de Arturo Vidal que culmin¨® Messi. Aunque cambi¨® el guion, el desenlace fue el de siempre en el Camp Nou. Los partidos se ganan con un gol de Messi.
A juzgar por la alineaci¨®n nadie hubiera dicho que el Bar?a hab¨ªa cambiado de entrenador, una sensaci¨®n extra?a en el estadio. Hab¨ªa tanta fiebre por ver el debut de Seti¨¦n que el barcelonismo se hab¨ªa imaginado miles de formaciones y dibujos distintos, como si ya hubiera visto al equipo jugar con el nuevo t¨¦cnico, nada que ver con Valverde. El margen de maniobra de Seti¨¦n para la sorpresa era en cualquier caso limitado si se tienen en cuenta las ausencias de De Jong, Luis Su¨¢rez y Demb¨¦l¨¦. Las novedades m¨¢s relevantes fueron si acaso la titularidad de Umtiti y sobre todo la continuidad de Rakitic y Vidal.
Las deficiencias estructurales son tan serias que no se solucionan solo con decisiones coyunturales como la de agitar el banquillo: la columna vertebral ha envejecido; la plantilla es corta, acomodada y mandona; y a la directiva, fr¨¢gil y voluble, le entraron las prisas en un a?o preelectoral ante el asombro de una hinchada que recupera de forma irremediable el debate cainita sobre el estilo cuando percibe que pasan los a?os, pasa la Champions y pasa Messi sin que el capit¨¢n levante la copa m¨¢s linda y deseada, esquiva desde Berl¨ªn 2015. Hay, sin embargo, una diferencia apreciable entre Valverde y Seti¨¦n.
El Txingurri jug¨® siempre a remolque desde la huida de Neymar. No par¨® de disimular los males del equipo y del club, como si no pasara nada, empe?ado en que no se vieran los defectos del Bar?a. Tuvo una actitud seria y de contenci¨®n frente al optimismo y actitud desacomplejada de Quique Seti¨¦n, obsesionado por contra en publicitar las virtudes del Bar?a. No es populismo sino que el preparador c¨¢ntabro aspira a contagiar su entusiasmo a los futbolistas y en especial a Messi. Seti¨¦n se proclama ap¨®stol de Cruyff. El juego de posici¨®n, la posesi¨®n, el pase como hilo de juego y la velocidad de bal¨®n parecen estar de vuelta en el Barcelona.
Hay una obsesi¨®n por salir con la pelota jugada desde el ¨¢rea propia y el f¨²tbol gira alrededor de los medios para generar situaciones de superioridad a partir de un dispositivo t¨¢ctico muy flexible, siempre a partir de la figura de Busquets, resguardado por una l¨ªnea de tres cuando el equipo ten¨ªa el cuero: Sergi Roberto, Piqu¨¦ y Umtiti. La racionalidad y omnipresencia del mediocentro contrastaba con el empe?o de Messi y Griezmann por salir de las emboscadas del Granada. Los delanteros ocupaban las zonas interiores mientras que por las bandas entraban Alba y Ansu Fati.
Vestido de blanco, el Granada intimidaba poco y defend¨ªa mucho, bien puesto y organizado, tan trabajado como solidario en el esfuerzo, sobre todo en las ayudas, decisivas para que el Bar?a no armara el tiro ante Rui Silva. Al juego aseado y din¨¢mico de los azulgrana, escolarizados por Seti¨¦n, le faltaba profundidad y remate, o si se quiere, la capacidad de improvisar y desequilibrar de figuras como Messi o la pegada del ausente Luis Su¨¢rez. El Granada redujo la capacidad de maniobra de Busquets, el ritmo remiti¨®, apenas se contaron ocasiones y se alcanz¨® el descanso con 0-0. Hasta 508 pases se contaron para solo dos disparos al arco de Rui Silva.
No era contundente el Bar?a, m¨¢s paciente que bravo, y se anim¨® el Granada. Messi no acababa una jugada, muy bien defendido de forma escalonada, individual y colectivamente, reducido tambi¨¦n a bal¨®n parado, y sin el rosarino no hay vida en el Bar?a. Inutilizado Messi, Eteki aprovech¨® un error de Sergi Roberto para disparar al palo derecho de Ter Stegen. El juego hab¨ªa deca¨ªdo tanto que la mejor noticia azulgrana eran las recuperaciones de Griezmann.
Hasta que lleg¨® la expulsi¨®n por doble tarjeta de Germ¨¢n y la entrada de Riqui Puig. El menudo y fino volante azulgrana se aplic¨® en la presi¨®n, como si fuera un volante, hambriento de f¨²tbol en el Camp Nou, rob¨® el cuero y jug¨® para Busquets. Al toque del mediocentro dio continuidad de forma preciosa y precisa Arturo Vidal, camuflado como falso nueve, para que Messi rematara a la red: 1-0.
Y con el gol de Messi se acab¨® porque el Bar?a extra?¨® los remates de Luis Su¨¢rez. Ha ganado rigor y ha perdido gol, al menos contra el Granada, en un partido por otra parte condicionado por un fr¨ªo del carajo, como si con Seti¨¦n hubiera llegado tambi¨¦n el viento del norte al Camp Nou. Los apuros de la victoria atemperaron la euforia desatada en algunos ambientes barcelonistas con la llegada de Seti¨¦n. La emoci¨®n estuvo m¨¢s en el marcador que en el juego por m¨¢s que se supiera que el Granada perdi¨® los 26 partidos en el Camp Nou. No es momento todav¨ªa para la excitaci¨®n sino para el aprendizaje y la declaraci¨®n de intenciones de Seti¨¦n en el Camp Nou. La pelota de momento vuelve a estar a pies del Bar?a. La mejor noticia para Busquets. Ocurre que el volante no mete goles sino que la victoria depende de Messi.
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