El f¨²tbol se abre paso en la Supercopa femenina entre el l¨ªo por el convenio colectivo
El torneo, con un formato de final a cuatro igual que en el masculino, debuta en el calendario dentro de un clima enrarecido por el retraso de la firma del acuerdo
Despu¨¦s del esperanzador Mundial del pasado verano, el f¨²tbol femenino ha quedado atrapado en los despachos. Nadie es capaz de resolver su gran problema: la firma del convenio colectivo, su gran hito y a la vez su principal obst¨¢culo. Desde el oto?o, se habla m¨¢s de papeles, contratos y macroeconom¨ªa que de goles. Pero, en este enjambre, se abre paso, por fin, el juego puro y duro con la disputa del primer t¨ªtulo del a?o, la Supercopa de Espa?a.
El torneo debuta en el calendario femenino y lo hace con el mismo formato que en el masculino, una final a cuatro, aunque este no se celebra tan lejos ni, sobre todo, en un lugar con tantas connotaciones para los derechos de la mujer como Arabia Saud¨ª. Se queda en el viejo Helm¨¢ntico de Salamanca, que hace dos semanas no pudo abrirse para el Real Madrid en la Copa del Rey, pero s¨ª acoger¨¢ esta cita. Si el f¨²tbol de ellas persigue acercarse lo m¨¢s posible al de ellos, al menos que cuenten con las mismas competiciones. La primera semifinal, Real Sociedad-Levante, es este mi¨¦rcoles (20.00); el jueves se celebra a la misma hora la segunda, Atl¨¦tico-Barcelona; y el domingo (12.00), la final. Todos los partidos ser¨¢n retransmitidos por Teledeporte.
Con un Bar?a inabordable en el d¨ªa a d¨ªa -es l¨ªder liguero con nueve puntos de ventaja tras ceder solo dos empates y seis goles-, el sistema corto de competici¨®n y sin margen de error abre una ventana a sus rivales. Por ejemplo, al Atl¨¦tico, campe¨®n de las tres ¨²ltimas Ligas, pero sacudido por una temporada muy convulsa, con tres entrenadores en medio curso y amenazado por el Levante para la segunda posici¨®n (las rojiblancas son segundas con 41 puntos por 39 las levantinistas), una cuesti¨®n nada menor porque ese puesto da acceso la pr¨®xima campa?a a la Champions. El cuadro granota viene como un cohete: ocho victorias y dos empates desde que sali¨® goleado (5-0) en noviembre del Estadi Johan Cruyff, rapapolvo que, en realidad, han sufrido casi todos los conjuntos este a?o. Para llegar a la final se las ver¨¢ con la Real Sociedad, que acude como campeona de la Copa de la Reina, el primer laurel de su historia, gracias a una Nahikari Garc¨ªa cuya incidencia en el equipo es absoluta: suma 10 tantos pese a haber estado lesionada dos meses. Todos contra un Barcelona muy superior hasta ahora en juego y recursos, y que tampoco anda corto de hambre: no levanta un trofeo desde la Copa de 2018.
Esta Supercopa se anunci¨® hace apenas un mes y medio, y como casi todo lo que rodea al f¨²tbol femenino en los ¨²ltimos tiempos llega con ruido. Esta vez, a cuenta de las fechas elegidas porque coincide en d¨ªas y horarios con la Copa del Rey masculina, una circunstancia que llama la atenci¨®n al ser dos citas organizadas por la Federaci¨®n Espa?ola. Por ejemplo, la semifinal con m¨¢s cartel, el Atl¨¦tico-Barcelona, se encuentra encajonada entre los dos duelos de Copa m¨¢s atractivos (Real Madrid-Real Sociedad, a las 19.00; y Athletic-Bar?a, a las 21.00). Y si el cuadro femenino donostiarra pasara a la final, casi chocar¨ªa con el derbi vasco de la Liga del pr¨®ximo domingo (14.00). Un obst¨¢culo a?adido para la visibilizaci¨®n de un mundo que reclama un hueco propio en la agenda futbolera. El organismo presidido por Luis Rubiales argumenta que no ha sido posible otra alternativa en el calendario. De lo que se han felicitado todos es de los premios econ¨®micos. Nadie desvela las cifras, pero s¨ª advierten de que son muy superiores, por ejemplo, a la ¨²ltima Copa de la Reina, que le termin¨® costando dinero, incluso, a los finalistas.
Y sobrevolando este escenario, la nube del convenio colectivo. Una especie de boina de contaminaci¨®n que todo lo impregna. Aspira a convertirse en el primer texto en una Liga europea femenina de f¨²tbol que fijar¨ªa negro sobre blanco los derechos y deberes de las jugadoras; sin embargo, el nudo de intereses de las partes no termina de hacerlo posible. Cuando, al fin, los sindicatos y la patronal cerraron un pacto tras unas negociaciones muy largas (m¨¢s de un a?o) y muy duras (con una huelga por medio), todo ha quedado encallado en el imprescindible acuerdo de los derechos televisivos, el que debe aportar el dinero necesario para hacer frente a ese futuro marco laboral. Las futbolistas ya han advertido de que est¨¢n muy cansadas de esperar. El bal¨®n mandar¨¢ estos d¨ªas en Salamanca, pero el tema no dejar¨¢ de estar presente en el escaparate de la Supercopa.
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