El Barcelona defrauda en N¨¢poles
Un gol de Griezmann en la ¨²nica jugada de m¨¦rito alivia a los azulgrana en un partido que mostr¨® el extrav¨ªo del equipo de Seti¨¦n y por el que Messi pas¨® de puntillas
Messi pas¨® de puntillas por San Paolo, como si fuera un jugador cualquiera, enjaulado por el N¨¢poles. Nadie advirti¨® ning¨²n parecido del azulgrana con Maradona. El rosarino se dej¨® llevar por el partido, m¨¢s conformista que rebelde, e incluso tom¨® una tarjeta por entrar con los pies por delante a Ospina. No hubo ni siquiera un regate de Messi que evocara la figura de Maradona. El 10 fue uno m¨¢s en un equipo desfigurado y an¨®nimo, afortunado en una jugada, casi la ¨²nica de m¨¦rito, rematada por Griezmann.
Los protagonistas azulgrana fueron sorprendentemente los laterales: Junior meti¨® la pata en el gol de Mertens y Semedo profundiz¨® para el tiro definitivo de Griezmann. A falta de f¨²tbol, las dos jugadas resumieron un encuentro que jam¨¢s respondi¨® a la expectaci¨®n que hab¨ªa despertado en N¨¢poles. El juego de pases barcelonista result¨® tan cansino que nunca desorden¨® al equipo de Gattuso. Los azulgrana se solaparon al inicio y se diseminaron al final: Busquets carg¨® con una tarjeta que le impedir¨¢ disputar la vuelta, Arturo Vidal fue expulsado y se lesion¨® Piqu¨¦. No es el inventario de una contienda ¨¦pica sino de una noche ins¨ªpida, impropia de una ciudad como N¨¢poles y fuera del guion emocionante anunciado por Quique Seti¨¦n.
El entrenador se ha encari?ado con Arturo Vidal y la apuesta por el chileno ha supuesto la suplencia de Ansu Fati. No es una elecci¨®n cualquiera sino que se puede interpretar como una decisi¨®n conservadora, respetuosa con la jerarqu¨ªa del vestuario, reforzada en la alineaci¨®n por la presencia de futbolistas como Rakitic y Umtiti por delante de Arthur y Lenglet, y si se quiere tambi¨¦n intimidadora para la hinchada napolitana por el paso del chileno por la Juve. Hay pocos futbolistas m¨¢s en¨¦rgicos y polivalentes que Arturo Vidal, mitad defensa y mitad delantero, situado en la punta derecha de San Paolo.
No se sabe muy bien qu¨¦ pintaba el chileno en aquel rinc¨®n de la cancha por m¨¢s que el Bar?a tomara la pelota y acampara en campo rival, mejor en la presi¨®n que en la elaboraci¨®n, falto de desmarque y excesivamente lento, circunstancia que favorec¨ªa la defensa del N¨¢poles. Al equipo italiano se le notaba muy tranquilo contra un Bar?a agarrotado y responsabilizado, siempre dependiente de Messi. Aguardaban en su cancha los muchachos de Gattuso, siempre en busca de la espalda de los centrales azulgrana, dispuestos para tirar la l¨ªnea del fuera de juego ante Ter Stegen.
Al N¨¢poles le conven¨ªa que no pasara nada en su campo mientras que el Bar?a no sab¨ªa c¨®mo hacer que ocurriera alguna cosa, plano e incapaz de agitar el partido, sin opciones de juego para Messi, muy reducido por la zaga.
Vidal como extremo
Ning¨²n futbolista consegu¨ªa romper las l¨ªneas, los dos equipos m¨¢s pendientes del error del contrario que del acierto propio, como se advirti¨® en el 1-0. A Junior se le enganch¨® la pelota, Callej¨®n estuvo atento para el robo y su centro inmaculado fue rematado impecablemente al borde del ¨¢rea por Mertens.
Los laterales pierden a menudo defensivamente al Bar?a, f¨¢cil de descodificar para t¨¦cnicos como Gattuso. Seti¨¦n en cambio no debi¨® ver al N¨¢poles contra la Juve, el Inter o la Lazio. A gusto con un partido plano, ralentizado y sin picos, el equipo italiano petrific¨® en su primera llegada a Ter Stegen. Ospina viv¨ªa pl¨¢cidamente, arropado por una defensa de ayudas y basculante que no dejaba recibir el bal¨®n a Messi. El Bar?a no aceleraba ni generaba f¨²tbol, sin tiro: alcanzado el descanso, no hab¨ªa rematado a la porter¨ªa del N¨¢poles.
El equipo de Gattuso se cerraba muy bien por dentro, centrado en tapar las l¨ªneas de pase, sin conceder espacios, y el de Seti¨¦n no encontraba la manera de atacar, sin futbolistas que progresaran y centraran por las bandas, tampoco sin interiores que llegaran por sorpresa, los once futbolistas prisioneros de una posesi¨®n cansina ante la sorpresa de San Paolo. El Bar?a no encontraba su sitio en la cancha y no sab¨ªa qu¨¦ hacer Seti¨¦n en el banquillo cuando Busquets filtr¨® un pase para la ruptura de Semedo y el centro del lateral fue rematado a la red por Griezmann. Aunque no para de correr a ninguna parte, el franc¨¦s aparece habitualmente para dejar el gol importante, el que ayuda a reconducir o arreglar el partido, ninguno tan peligroso para el Bar?a como el de N¨¢poles.
El empate fue un tesoro para un Bar?a disminuido por las tarjetas y las lesiones, confundido por la alineaci¨®n de Vidal como extremo, perdido por el extrav¨ªo de De Jong, a merced del N¨¢poles, detenido por un excelente Ter Stegen. Nadie ayud¨® a Messi para que fuera Messi y pudiera imitar a Maradona. El capit¨¢n se contagi¨® de la vulgaridad del Bar?a ante el asombro de San Paolo. A un partido que demandaba una respuesta grandilocuente, respondieron los azulgrana de forma mezquina, sin grandeza y de manera tan desorientada que espant¨® incluso al animoso Seti¨¦n.
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