Otro fogonazo de Asensio
El mallorqu¨ªn, con gol y asistencia, sigue acerc¨¢ndose a su mejor versi¨®n e impulsa a un s¨®lido Madrid a la victoria ante un Celta al que logr¨® desactivar
Lejos de consumirse en la continuidad de un once repetido cada tres d¨ªas, el Real Madrid ha recuperado pie a partir de la costumbre, y adem¨¢s va rescatando efectivos por el camino. Asensio, gol y asistencia, parece haber superado su periodo de languidez y llev¨® la bandera de la victoria ante un Celta que llegaba como uno de los equipos m¨¢s lanzados de la Liga. Pero el Real ha vuelto a la solidez posconfinamiento. Y tambi¨¦n al gol.
El partido ense?¨® bien pronto lo esencial. El Madrid le quit¨® el envoltorio con un par de posesiones largu¨ªsimas, mientras el Celta persegu¨ªa la pelota muy arriba. Y la primera que robaron por all¨ª, se la lanz¨® Nolito enseguida al espacio a Iago Aspas, que cara a cara con Courtois, lo super¨® por encima. Al auxilio acudi¨® Nacho, y de su despeje naci¨® una contra que Asensio llev¨® hasta la l¨ªnea de fondo, desde donde sirvi¨® con delicadeza para el cabezazo con el que Lucas V¨¢zquez abri¨® el marcador.
La jugada conten¨ªa muchas de las claves del partido, y tambi¨¦n las que explican el momento de este Madrid que, pese al tropez¨®n del mi¨¦rcoles en Elche, sigue acechando la cabeza de la tabla y mantiene el trazo ascendente que lo revivi¨® despu¨¦s de asomarse al abismo de quedarse fuera de la Champions. Zidane insiste en un bloque con retoques m¨ªnimos (Nacho en lugar de Ramos, con problemas estomacales) al que se ha reenganchado Asensio tras la lesi¨®n de Rodrygo, y del que no hay quien mueva a Lucas.
El mallorqu¨ªn ha dejado de mirar atr¨¢s o a un lado cada vez que recibe el bal¨®n para volver a correr hacia la porter¨ªa contraria. Casi todo lo que amenazaba al Celta suced¨ªa por su banda: provoc¨® la primera tarjeta rival, tir¨® un ca?o, pis¨® el ¨¢rea. Y marc¨®.
La jugada de su gol, el segundo del Madrid, fue al rev¨¦s que la del primero: Lucas V¨¢zquez dej¨® la pelota en un punto por el que iba a cruzar el mallorqu¨ªn, que emboc¨® con un golpeo seco con el interior de la bota zurda. Asensio empieza a arrastrar juego cuando antes parec¨ªa contemplarlo.
El resto funcionaba como siempre cuando el Madrid funciona. Kroos repart¨ªa ritmos, espacios y hasta alg¨²n taconazo. Como Modric, que luci¨® ese recurso m¨¢s que nadie, con tanta naturalidad que casi dejaban de verse. Pero tambi¨¦n driblaba, una suerte que en ¨¦l m¨¢s que un juego de pies es un baile de cuerpo entero. Y robaba: a partir de ah¨ª lanz¨® la jugada del 2-0.
Lo que funcionaba en el Real gripaba lo que hab¨ªa impulsado la resurrecci¨®n del Celta provocada por la llegada de Coudet al banquillo, 16 puntos de 18 hasta visitar el Alfredo di St¨¦fano. Denis Su¨¢rez, habitual jefe de operaciones, no encontraba el sitio desde el que agitar a los suyos, y vagaba desconectado de Brais y Nolito. Eso provocaba que Iago Aspas viviera muy alejado de la pelota, tanto que se desesperaba y terminaba huyendo hacia atr¨¢s en busca del contacto con el bal¨®n. Hasta el centro del campo, e incluso m¨¢s all¨¢. El Madrid, empujado desde atr¨¢s por la autoridad de Nacho, que ha dejado a Milit?o en el arc¨¦n, anul¨® a Aspas, el futbolista con m¨¢s picante de la Liga. Hasta que fueron los isquios los que acabaron definitivamente con Aspas. Y poco despu¨¦s con Nolito.
El partido, que ya comenzaba a deslizarse cuesta abajo por la ventaja de dos goles del Madrid, aceler¨® ya hacia el final. La sensaci¨®n de alivio fue tal, que Zidane incluso encontr¨® la ocasi¨®n para completar los cinco cambios por primera vez en mucho tiempo. Despu¨¦s de recuperar parte de lo mejor de Asensio, el siguiente en la lista es Eden Hazard, al que volvi¨® a dar veinte minutos. Fueron momentos como de reconocimiento, de un futbolista todav¨ªa al trantr¨¢n en un choque desprovisto ya de urgencias. Apenas un rato entre amigos. Tambi¨¦n reapareci¨® en un tramo Odegaard, e incluso tuvo unos instantes Mariano, que ha adelantado a Luka Jovic, con oportunidades desaprovechadas a principio de curso, a la espera de que la rueda vuelva a pasar por su lado, y ver si es uno m¨¢s de los que se sube a este Madrid que avanza firme.
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