El United se agranda en la Premier m¨¢s triste
El equipo de Solskjaer se afianza en el liderato tras empatar sin goles en Anfield ante un Liverpool que es presa del des¨¢nimo que afecta a muchos de los grandes jugadores
Con m¨¢s de 89.000 muertos por covid-19 en la creciente lista oficial, el Gobierno brit¨¢nico ha dado orden a los organismos que dirigen al f¨²tbol ingl¨¦s de que los futbolistas no se abracen, cosa de dar el ejemplo en la era del distanciamiento social. Pues bien, este domingo en Anfield, tanto el Liverpool como el Manchester United completaron el primer gran cl¨¢sico de la Premier disputado en tiempo de pandemia dando satisfacci¨®n a Whitehall. Acab¨® con empate a cero. No hubo en 90 minutos ni una sola raz¨®n que inspirara emociones pr¨®ximas a la felicidad, el altruismo o la simpat¨ªa, si es que estos son los resortes del abrazo cuando no se meten goles.
El producto seco de este partido desalmado fue el fr¨ªo marcador y la fr¨ªa tabla de clasificaci¨®n que denuncia lo impensable: el United es l¨ªder de la Premier con 37 puntos. El sufriente equipo de Solskjaer encabeza el torneo m¨¢s fastuoso del planeta a dos puntos del Leicester, tres del Liverpool y cuatro del Tottenham, todos con 18 partidos disputados y a merced del Manchester City, que suma 35 con un encuentro menos y apunta una clara evoluci¨®n en su juego. Si el equipo de Guardiola pisa el acelerador tendr¨¢ el t¨ªtulo muy a mano.
La peste ha distorsionado los campeonatos. No es casual que en el clima de estadios vac¨ªos y jugadores desmoralizados las jornadas se sucedan como rutinarias sesiones de mantenimiento en lo m¨¢s negro del invierno. Tampoco es una coincidencia que en la depresi¨®n general este United eliminado de la Champions en la fase de grupos vaya sumando su mejor cosecha de puntos desde que se retir¨® el gran patriarca, Sir Alex Ferguson, en 2013.
El United manda por aburrimiento. Sali¨® a Anfield a encerrarse atr¨¢s con una organizaci¨®n que castig¨® a sus mejores futbolistas. El plan de Solskjaer orill¨® a Pogba a una banda para consolidar el doble pivote Fred-McTominay; a Bruno Fernandes lo conden¨® a la soledad, o a cortar los suministros de Thiago Alc¨¢ntara; y a Cavani lo sent¨® en el banco de suplentes para darle el nueve al coqueto Marcus Rashford, ¨ªdolo local y h¨¦roe del activismo social pero incapaz de tirar cinco desmarques sin caer en fuera de juego en cuatro ante una defensa que no tiene centrales. Fabinho y Henderson, dos volantes, compusieron el eje de la zaga del Liverpool ante las bajas de Van Dijk, G¨®mez y Matip.
Mientras Thiago tuvo energ¨ªa para darle continuidad al juego, el United vivi¨® a expensas de que fructificara uno de los err¨¢ticos pelotazos conque busc¨® la espalda de Robertson y Alexander-Arnold. Cuando Thiago perdi¨® el hilo de las jugadas, a su equipo, presa del sopor, le faltaron respuestas. Firmino, Salah y Man¨¦ han bajado las revoluciones. Las ocasiones que generan ya no son tan frecuentes. Llega un punto en que esto genera una corriente de des¨¢nimo. A ese punto se aferr¨® el United para generar un par de remates en los ¨²ltimos minutos: uno de Bruno, otro de Pogba. Los tap¨® Alisson, el portero, sin necesidad de estirar los brazos.
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