Sergio Hern¨¢ndez: ¡°Un entrenador debe ense?ar, no mandar¡±
El entrenador del Casademont Zaragoza y de la selecci¨®n argentina reflexiona sobre la esencia de su oficio y repasa los hitos de su carrera y el reto de dirigir en el baloncesto europeo
La entrevista con Sergio Hern¨¢ndez (Bah¨ªa Blanca, Argentina, 57 a?os) qued¨® aplazada en su d¨ªa por la muerte de Diego Armando Maradona. ¡°Mi cabeza no est¨¢ para notas. Estoy absolutamente en shock¡±, se disculp¨® aquella tarde de noviembre para posponer la cita y guardar luto ante la p¨¦rdida del mito y el amigo. ¡°Me qued¨® la reflexi¨®n de cu¨¢ntas cosas lleg¨® a transmitir Diego para que la conmoci¨®n fuera tan un¨¢nime, entre devotos y no devotos. Y tambi¨¦n la idea de c¨®mo se pone la piedra sobre la muerte y se sigue caminando, como en la construcci¨®n de la muralla China. Hay que aprovechar el aqu¨ª y el ahora¡±, cuenta el seleccionador argentino (bronce ol¨ªmpico en 2008 y plata mundial en 2019). La noticia le cogi¨® reci¨¦n llegado a Zaragoza ¡ªdonde estos d¨ªas pelea por enderezar el rumbo del Casademont tras un mal inicio de curso¡ª, la tierra en la que hizo historia su compatriota Le¨®n Najnudel.
Pregunta. Aquella aventura de Najnudel en 1984 ¡ªcuando gan¨® la Copa dirigiendo al CAI de Kevin Magee¡ª marc¨® a la ciudad de Zaragoza y tambi¨¦n al baloncesto argentino.
Respuesta. S¨ª. Para los entrenadores de mi generaci¨®n y para el baloncesto argentino, Najnudel es nuestro mes¨ªas. Fue el creador de nuestra liga nacional, justo despu¨¦s de su breve paso por Zaragoza. Lo que ¨¦l vio ac¨¢ le inspir¨® definitivamente. Se hablaba de profesionalizar el baloncesto en nuestro pa¨ªs, pero parec¨ªa una utop¨ªa. ?l gan¨® aquella Copa y se gan¨® un respeto que le pod¨ªa haber servido para seguir trabajando en Espa?a, pero entendi¨® que su misi¨®n era trasladar ese concepto de liga a su pa¨ªs, para marcar un antes y un despu¨¦s. Le¨®n lo hizo posible. Con la herramienta del baloncesto nos ense?¨® la vida y se ocup¨® de dignificar la profesi¨®n de entrenador.
P. ?Usted cu¨¢ndo abraz¨® el oficio de entrenador?
R. Desde bien pronto entend¨ª el baloncesto como algo m¨¢s que un trabajo. All¨¢ por 1992 la inconsciencia de la juventud me ayud¨® en mis inicios en el profesionalismo. Pero, en el 94, nacieron mis dos hijos y esto dej¨® de ser un juego. Si hac¨ªa las cosas bien les pod¨ªa dar de comer, si no, todo se complicaba. Parece un enorme privilegio poder trabajar en tu pasi¨®n, pero tambi¨¦n tiene su complejidad, porque depositas todo en una sola cesta: autoestima, dinero, humor¡ Cuando algo sale mal de lo que menos te acuerdas es del bolsillo. Te duele el alma, te sientes el peor. Por eso hay que tener cuidado, hacer el trabajo lo mejor posible, pero sin pensar que el mundo es una pelota de baloncesto.
P. ?Uno se hace entrenador de joven porque no le da para jugar o porque ve el juego con mayor perspectiva que otros?
R. Porque no te da, sin duda. O porque te dio y luego quieres continuar. Pero nadie prefiere ser entrenador a jugador. Yo a los 20 a?os, estudiaba, estaba con mi novia, dirig¨ªa cinco equipos de chavales y jugaba. Ten¨ªa que dejar algo y dej¨¦ lo que peor hac¨ªa que era jugar. Pero la esencia del juego es jugarlo. Los dem¨¢s somos colaboradores que ayudamos a que los que corren y saltan est¨¦n lo mejor preparados y organizados que sea posible. En mis primeros Juegos en Pek¨ªn 2008, lo descubr¨ª. Logramos el bronce y me prepar¨¦ para subir al podio. All¨ª me pararon. Les expliqu¨¦ que era el entrenador, pero me dejaron claro que hab¨ªa 12 medallas y eran para los atletas. Son los ¨²nicos imprescindibles. El liderazgo de un entrenador es un servicio. No se trata de mandar sino de intentar ense?ar. El puesto de entrenador no es un lugar de poder.
P. ?El gran poder es ganarse la autoridad?
R. Sin duda. Si te conviertes en entrenador porque te gusta mandar en lugar de ense?ar, tendr¨¢s una carrera corta. La autoridad te da poder despu¨¦s. Un poder sano. Bielsa siempre dice que ¨¦l trabaja para lograr que le sigan por convicci¨®n no por obediencia. Cuando convences la fuerza es tremenda. Yo a lo que aspiro con mis equipos es a construir una identidad y ganar y perder con esa identidad. Jugar con personalidad te hace feliz, pase lo que pase. Es m¨¢s dif¨ªcil ser uno mismo y tener personalidad que ganar.
P. ?Qu¨¦ tecla es la primera que toca cuando entra a un vestuario?
R. Cuando te incorporas sobre la marcha, como me pas¨® aqu¨ª en Zaragoza, lo primero que hay que tocar la tecla de la ilusi¨®n. Que la ilusi¨®n por ganar pueda con el miedo a perder. Aun en la urgencia, hay que despejar las dudas que te hacen peque?o. Despu¨¦s, la motivaci¨®n est¨¢ sobrestimada. Parece que la arenga es fundamental y la realidad es que lo principal es el orden t¨¢ctico, el jugador quiere esas herramientas de conocimiento del juego. Los golpes de pecho y el ¡®somos los mejores¡¯ puede servir en ocasiones como un caramelo, pero no es el camino. La base del liderazgo es el conocimiento no los huevos o la rasmia, como dicen ac¨¢.
P. Hace unas semanas se disculp¨® por haber dicho a sus jugadores durante un tiempo muerto que parec¨ªan ¡°nenas¡±.
R. Todav¨ªa nos quedan o me quedan impulsos tontos que uno se tiene que ir quitando como c¨¢scaras. Esos impulsos nos hacen ver las cosas que no tenemos del todo superadas. Si dices que jugamos como nenas es porque sigues considerando m¨¢s d¨¦biles a las chicas. Pido disculpas, pero a la vez sigo cultiv¨¢ndome para cambiar. Tengo 57 a?os y me educaron en cosas que hoy son un deber replantearse. Aclarar que eso que dije est¨¢ mal me pareci¨® lo correcto. A mi mam¨¢ la toc¨® esperar en casa mientras mi padre sal¨ªa a buscar el dinero. Si hubiese vivido hoy habr¨ªa hecho much¨ªsimas cosas. Gracias a dios, eso hoy ha cambiado.
P. ?Qu¨¦ consejo de sus padres le marc¨® y que aconseja a sus hijos?
R. A los 40 a?os, mi padre me dijo ¡®no hagas caso a los que dicen que la vida es corta. Esto es muy largo y hay tiempo para todo¡¯. Uno cree a veces que ya pas¨® su momento o se queja de la presi¨®n, pero todo tiene su tiempo. Mis hijos seguramente van a ser trotamundos, como lo he sido yo. Tengo dos gemelos varones de 26 a?os, ambos entrenadores de baloncesto. Y el consejo que les di es que incorporen a su vida todo lo que se puedan llevar en un viaje rel¨¢mpago. El placer por la lectura, la m¨²sica, el arte, la curiosidad, el conocimiento, todo eso que no ocupa espacio en la maleta y te permite no estar solo. La felicidad no se busca, se encuentra.
P. En sus dos etapas como seleccionador argentino ha vivido el viaje con la generaci¨®n dorada y ha armado el relevo con el grupo subcampe¨®n en China 2019.
R. Desde dentro, el proceso no fue tan sorprendente. Fuimos viendo crecer a la nueva criatura y despidiendo a la anterior. En 2015 se comenz¨® a gestar esta camada que fue subcampeona en China. Jugamos un Panamericano en Toronto con un equipo de 19 a?os de media, nadie se acuerda de ello pero ah¨ª vimos que hab¨ªa algo. Con el refuerzo de Scola y Nocioni muchos de esos j¨®venes lograron la clasificaci¨®n para R¨ªo, donde luego se unieron Gin¨®bili y Delfino. El legado espectacular de la generaci¨®n dorada est¨¢ en todo lo que lograron y en c¨®mo estimularon el crecimiento de los Campazzo, Garino, Deck, Vildoza¡ Los acompa?aron, los apuntalaron y les soltaron la mano en el momento justo. Esta camada comparte con sus mayores el placer de jugar juntos, de hacer equipo. Hay mucho trabajo detr¨¢s, no es de un d¨ªa para otro, pero lo disfrut¨¦ mucho. Hoy te das cuenta adem¨¢s, viendo el nivel de varios de ellos, que tenemos jugadores muy buenos. No fue un milagro.
P. Muchos paralelismos con la selecci¨®n espa?ola con la que se cruzaron en la final de China y tantas otras veces.
R. Lamentablemente, nos cruzamos demasiado. Porque nos ganan siempre. Nos admiramos como rivales. Olvid¨¢ndonos de EE UU, Espa?a es el mejor equipo de los ¨²ltimos 15 o 20 a?os, sin duda. En 2006 ya eran imparables y no bajaron el nivel.
P. Chapu Nocioni dijo en una ocasi¨®n que a su generaci¨®n le falt¨® un Pau Gasol o un Marc, ?est¨¢ de acuerdo?
R. Imag¨ªnate la generaci¨®n dorada, o incluso esta, con alguno de los Gasol. Son diferenciales. Nosotros tuvimos una tremenda pareja como Oberto y Scola, que jugaban de memoria, pero nos falt¨® ese plus quiz¨¢. Pero es que a Marc y Pau tambi¨¦n los querr¨ªa tener EE UU, no solo nosotros. Antes de Jokic ya te tienes que ir a Sabonis para encontrar p¨ªvots tan determinantes e inteligentes, con tanta lectura del juego. Son capaces de anotar 20 puntos o de meter seis y repartir 10 asistencias. Les envidia todo el mundo.
P. ?C¨®mo ordenar¨ªa todo el talento que ha dirigido en la selecci¨®n argentina?
R. Manu Gin¨®bili est¨¢ despegado de todos. Despu¨¦s he tenido jugadores incre¨ªbles. Quiz¨¢ Luis Scola tambi¨¦n est¨¢ despegado. A d¨ªa de hoy sigue mostr¨¢ndonos el camino. Lo que hizo en el Mundial de China, yo que lo conozco desde hace 15 a?os, no lo puedo creer todav¨ªa. Lo que hizo en la cancha y fuera¡ Como nos ense?a cada d¨ªa la b¨²squeda de la excelencia¡ Gin¨®bili y Scola van a ser los dos mejores jugadores de la historia del baloncesto argentino por mucho tiempo. Despu¨¦s, si hubiese que dise?ar el jugador argentino perfecto... tendr¨ªa el car¨¢cter de Nocioni, el talento de Gin¨®bili y Delfino, la constancia y el liderazgo de Scola, la visi¨®n de juego de Prigioni, Campazzo y Pepe S¨¢nchez¡ y la comprensi¨®n del rol de Oberto. Y la ¨²ltima bola siempre a Manu. La pelota siempre al 10.
P. ?Su llegada al baloncesto europeo es complicarse la vida o el desaf¨ªo que tocaba? Aquella frase reivindicativa de ¡®Obradovic gana en un d¨ªa lo que yo gano en m¨¢s de un mes¡¯.
R. S¨¦ que es complicarme la vida, pero es lo que busco. Quedarse quieto en la zona de confort a los 57 a?os es peligroso. Desconf¨ªo de la comodidad. Ten¨ªa dos opciones, o ponerme a envejecer o renovarme para mantenerme joven. Y para eso hay que meterse en el l¨ªo. Siempre hay hambre. El mito de que los ganadores pierden el hambre es mentira. El que gana, cada vez tiene m¨¢s hambre. Uno intenta ir lo m¨¢s alto posible. Venir a Europa era un desaf¨ªo y aqu¨ª estoy, con ganas de dar lo mejor cada minuto. Despu¨¦s el tiempo dir¨¢. Sigo buscando desaf¨ªos, ya me cansar¨¦ alg¨²n d¨ªa.
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