Los abusos, la peor cara del deporte

En los ¨²ltimos dos a?os dos entrenadores han sido condenados a m¨¢s de 15 a?os de prisi¨®n por abusos sexuales a menores. Miguel ?ngel Mill¨¢n, t¨¦cnico de atletismo, abus¨® de dos atletas menores a los que entrenaba en Tenerife y de once m¨¢s que declararon como v¨ªctimas-testigos en el juicio (entre ellos el subcampe¨®n ol¨ªmpico en Barcelona 92, Antonio Pe?alver). No pudieron denunciar porque los delitos hab¨ªan prescrito, pero su testimonio fue fundamental. Mill¨¢n fue condenado en febrero de 2019. Carlos Franch, entrenador de gimnasia art¨ªstica de Betx¨ª, un peque?o pueblo de la provincia de Castell¨®n, tambi¨¦n abus¨® durante m¨¢s de dos d¨¦cadas de 12 gimnastas, algunas menores de 13 a?os. Se dict¨® sentencia a finales de noviembre. Ambos est¨¢n en la c¨¢rcel. Ambos utilizaron su poder para cometer tales acciones durante a?os y a?os: en el silencio y con la indiferencia de las federaciones. ?Estas dos hist¨®ricas sentencias en tan poco tiempo pueden marcar un cambio en el deporte espa?ol? ?Los deportistas est¨¢n perdiendo el miedo a denunciar?

Carolina Lluch es fiscal de menores en la Audiencia Provincial de Castell¨®n, en los ¨²ltimos diez a?os se ha encargado de formular acusaci¨®n en varios procedimientos de abusos sexuales y es la que dirigi¨® la acusaci¨®n contra Franch. ¡°Quiero pensar y quiero creer que s¨ª, que estas dos sentencias y el esfuerzo de esas ni?as y ni?os sirvan para algo. El gran ¨¦xito de este procedimiento, adem¨¢s de la condena, es: primero que a las v¨ªctimas se les haya escuchado y luego visibilizar lo que est¨¢ pasando en el deporte, un ¨¢mbito que consideramos s¨²per sano y que, desgraciadamente, en algunas ocasiones no lo es. Da pena e indignaci¨®n que salgan estas cosas en el deporte porque el deporte es solidaridad, compa?erismo¡­¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica. Igual de inc¨®modo es, por ejemplo, cuando se hacen p¨²blicos los abusos de la Iglesia.

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¡°Visibilizar y difundir es extremadamente importante porque hay cosas que la sociedad tiene que saber: tiene que saber que se est¨¢ denunciando. No s¨®lo lo tiene que saber la v¨ªctima, tambi¨¦n los agresores. Tienen que saber que la fiscal¨ªa existe, que las sentencias condenatorias existen y que si abusas sexualmente de menores te pueden condenar a 15 a?os y medio de prisi¨®n. Hay que ser contundente, no podemos pasar por encima de estas cosas¡±, a?ade Lluch.

Esta fiscal es madre de dos hijos deportistas y recuerda c¨®mo por las ma?anas asist¨ªa a las declaraciones de las menores que hab¨ªan sido v¨ªctimas de abusos en el Club Gymn¨¤stic de Betx¨ª y por la tarde llevaba a sus ni?os a judo.

La instrucci¨®n del proceso a Carlos Franch estuvo precedida por dos casos m¨¢s de abusos a menores: ni?as que resid¨ªan en centros de protecci¨®n y eran captadas por personas mayores para abusar sexualmente de ellas y menores con antecedentes delictivos que sufrieron abusos por parte de un polic¨ªa. Los tres han concluido con sentencia condenatoria y los acusados est¨¢n en prisi¨®n. Lluch reconoce que est¨¢ habiendo un incremento de denuncias. ¡°No porque haya m¨¢s delitos porque, por desgracia, se comenten en la sombra, sino porque los menores son m¨¢s conscientes de que pueden pedir y recibir protecci¨®n. Hay una sensibilizaci¨®n m¨¢s grande y una concienciaci¨®n mayor por parte de la sociedad¡±.

De 641 a 1.833 procedimientos penales en cinco ni?os

De 2020 todav¨ªa no hay datos que reflejen ese aumento de denuncias porque la memoria anual de la Fiscal¨ªa General del Estado se est¨¢ elaborando en estos momentos. La ¨²ltima, sin embargo, publicada en oto?o, recoge un incremento considerable de procedimientos por abusos sexuales a menores (aunque no distingue en qu¨¦ ¨¢mbitos). En 2019 fueron 1.833, por los 1.185 de 2018, los 935 de 2017, los 795 de 2016, los 664 de 2015 y los 641 de 2014. Seg¨²n la OMS (Organizaci¨®n Mundial de la Salud), uno de cada cinco menores sufre abusos sexuales antes de cumplir los 17 a?os. El deporte no es ajeno a eso.

Por cada procedimiento que se instruye hay, lamentablemente, otros muchos que no porque las v¨ªctimas no se atreven a denunciar. Y otras/os que ni consiguen verbalizarlo porque ni siquiera son conscientes de que lo est¨¢n sufriendo. El abuso sexual es un delito que se comete en la sombra, bajo la ley del silencio y el chantaje emocional. Condiciones que en el deporte tienen su caldo de cultivo. ¡°Sobre todo cuando hay una asimetr¨ªa de poder porque de los entrenadores dependen los logros deportivos de los cr¨ªos y cr¨ªas. Y los que abusan lo saben y utilizan la amenaza y el silencio. Por cada ni?a/o que habla o denuncia hay muchas otras que no, desconocemos muchas cosas que pasan en los clubes, en los centros de alto rendimiento y de tecnificaci¨®n. En la violencia de g¨¦nero estamos muchos m¨¢s concienciados ahora, si hay un vecino que ejerce violencia sobre su mujer, llamamos. Sabemos que tenemos que llamar. Pero en el deporte no, nos cuesta mucho trabajo. No se quiere ver lo malo del deporte, no se quiere ver que es terreno propicio para los abusos¡­ y si no se habla de abusos; pues no hay abusos¡±, reflexiona Ana Arazo psic¨®loga experta en mujeres y deporte profesional y en abordaje psicosocial de la violencia sexual. Arazo conoce el ambiente de los Centros de Alto Rendimiento porque trabaj¨® en ellos.

Mar¨ªa Mart¨ªnez, psic¨®loga que trabaja con deportistas de ¨¦lite (Carolina Mar¨ªn entre otras, adem¨¢s de triatletas, del equipo de tiro con arco, balomano, surf) cuenta, que, efectivamente, es un tema del que se habla poco. ¡°Es algo que cuesta mucho abordar y no se aborda a no ser que haya sospecha de algo. Es hasta dif¨ªcil empatizar con las v¨ªctimas porque a la mente le resulta casi imposible pensar en la cantidad de da?o que podr¨ªa recibir vivir esa situaci¨®n¡±, explica.

Lluch, que ha llevado casos de abusos sexuales a menores de distintos ¨¢mbitos, dice que lo que m¨¢s le ha llamado la atenci¨®n de los abusos sexuales dentro del ¨¢mbito deportivo es el exceso, tal vez, de confianza. ¡°En los anteriores procedimientos (el de las ni?as de los centros de menores o los ni?os v¨ªctimas del polic¨ªa) no tenemos dudas de que las v¨ªctimas, adem¨¢s de ser menores, se encontraban en un situaci¨®n de vulnerabilidad o de riesgo. En cambio, en el deporte cuesta m¨¢s pensar que igual concurren esas circunstancias. No se nos tiene que olvidar que estos delitos afectan a cualquier clase social, a cualquier nivel cultural y a cualquier persona. El padre o la madre que llevan a sus ni?os a un club deportivo entienden que los valores del deporte van a estar por encima de todo; y, en este caso, no ha sido as¨ª¡±, analiza.

Ella, que asegura que nunca se ha encontrado la puerta cerrada en la sala de entrenamiento de sus hijos, dice que puertas y ventanas tienen que abrirse de par en par. Algo tan sencillo que, en algunos pabellones ¨Ccomo el de gimnasia del CAR de Madrid, por ejemplo- no sucede. La tutora que reside con las gimnastas en la Blume, sin ir m¨¢s lejos, no tiene acceso. ¡°Si no est¨¢n haciendo nada malo, las puertas tienen que estar abiertas para todo el mundo. Y si no, ponemos una c¨¢mara y grabamos los entrenamientos de todos los d¨ªas. A ver si hay alguien se atreve a decirle a un ni?o/a: ¡®eres una caca de la vaca, eres una mierda, te voy a arruinar la vida, soy un espejo y rebota, rebota¡±, argumenta la fiscal. Frases que las gimnastas de Betx¨¬, por ejemplo, escuchaban d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n.

¡°El deporte no mira¡±

¡°El problema es que los entrenadores solamente ven atletas, futbolistas, gimnastas, nadadoras¡­ y no es as¨ª. Son ni?os y ni?as que practican deporte y tienen un mont¨®n de ¨¢mbitos de desarrollo; sea en un centro de alto rendimiento o en el equipo del pueblo. Si s¨®lo los vemos as¨ª, s¨®lo utilizaremos ese perfil y cuando no nos sirva, los vamos a desechar. Hay dos frases que m¨¢s se repiten en el deporte y que a m¨ª me sacan de quicio: nunca ha pasado nada y siempre lo hemos hecho as¨ª. No es que en el deporte se mire para otro lado en el tema de los abusos, es que directamente no se mira, no existe esa mirada¡±, afirma I?aki Alonso, responsable de protecci¨®n a la infancia en el Athletic (club pionero en contratar a un delegado de protecci¨®n).

lonso ha trabajado toda su vida en derechos de la infancia llevando proyectos en Save The Children, UNICEF y ACNUR y cree que estamos todav¨ªa en una fase muy inicial para que los entornos deportivos sean espacios libres de abusos. ¡°Proteger no significa sobreproteger. Significa tener un espacio de franqueza, confianza y libertad para exponer los problemas, resolverlos y darles soluciones a los ni?os. Explicarles decisiones que en ocasiones no van a ser completamente alineadas con sus deseos¡±, insiste.

Despu¨¦s de la sentencia a Carlos Franch, dos gimnastas de r¨ªtmica del CAR de Le¨®n denunciaron trato vejatorio y lo hicieron p¨²blico. Un canterano del Valencia, tambi¨¦n menor de edad, ha denunciado a Pedro Cort¨¦s, ex presidente del club, por haber, presuntamente, abusado de ¨¦l. Dar el paso no es nada f¨¢cil. ¡°A mi despacho han venido menores a contarme abusos, pero luego no han querido denunciarlos. Porque sienten verg¨¹enza, se dan asco a s¨ª mismos. Y lo peor: piensan ?qui¨¦n me va a creer a m¨ª que soy una cr¨ªa?¡±, cuenta Lluch. Y recuerda los llantos de las v¨ªctimas de Betx¨¬ que denunciaron siendo ya mayores. ¡°Carolina es todo por mi culpa, si hubiera denunciado, esto no habr¨ªa pasado¡±, cuenta que le repet¨ªan.

Culpabilidad y verg¨¹enza

Mar¨ªa Mart¨ªnez, psic¨®loga deportiva, corrobora lo complicado que es el proceso interior con el que lidian las v¨ªctimas de abusos sexual. ¡°La mente est¨¢ preparada para sobrevivir y para protegernos de los peligros, del da?o y del sufrimiento y cuando vivimos situaciones de ese tipo y continuadas en el tiempo, la mente tiende a cerrar, aparcar. Sabes que lo est¨¢s viviendo, pero no te sientes capaz ni de pensar en ello; ni mucho menos de hablarlo. Lo vives y lo sufres y encuentras alg¨²n mecanismo de supervivencia en ese momento y convives con el agresor en una relaci¨®n de intimidaci¨®n. Tu val¨ªa est¨¢ condicionada a que esta persona te haga caso y cuando te hace caso te hace da?o. Es un circulo dificil¨ªsimo. Cuando la v¨ªctima se hace consciente de ello, se averg¨¹enza; y cuando sientes verg¨¹enza lo ¨²ltimo que quieres es contarlo, quieres que te trague la tierra¡±, describe.

Las contundentes e hist¨®ricas sentencias a Mill¨¢n y Franch han dejado claro que los delitos de abusos sexuales tampoco quedan impunes en el ¨¢mbito deportivo. ?Qu¨¦ se puede hacer para erradicar el problema de ra¨ªz y hacer que el deporte sea un espacio s¨ª de exigencia pero saludable y libre de abusos? ¡°Los protocolos sirven si se aplican; hay que formar en educaci¨®n sexual y en protecci¨®n. Si t¨² tienes a ni?os que saben que su cuerpo no se toca y con herramientas de prevenci¨®n de abusos sexuales, otro gallo cantar¨ªa. Reducir¨ªamos el porcentaje de abusados porque hablar¨ªan antes, porque los padres estar¨ªan m¨¢s atentos, porque habr¨ªa instituciones m¨¢s pendientes y preocupadas. Es un problema sist¨¦mico en el que todos tenemos que poner su granito de arena¡±, apunta Arazo.

I?aki Alonso est¨¢ de acuerdo. ¡°Lo que falta es un compromiso y una responsabilidad real por parte de los agentes que nos movemos en el mundo del deporte de base para asegurar el bienestar de los ni?os y de las ni?as. Soy muy radical, pero creo que todas las personas que se mueven alrededor del deporte de base de cualquier nivel, competitivo o de barrio, tienen que tener una formaci¨®n m¨ªnima en materia de prevenci¨®n¡±.

Lluch reconoce que es un trabajo de todos. ¡°Claro que a los cuerpos policiales les doli¨® mucho ver que hab¨ªa un polic¨ªa que hab¨ªa abusado de menores. Claro que a la administraci¨®n auton¨®mica de la Comunidad Valenciana le doli¨® saber que hubo se?ores que estaban yendo a los centros a captar a ni?as. ?Pero qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando ahora? Que ante cualquier tipo de comportamiento extra?o se denuncia y la maquinaria se pone a funcionar. En Castell¨®n estamos todos en alerta; la secci¨®n de menores [de la fiscal¨ªa] visita los centros, a veces les damos charlas, y en algunas ocasiones tras una charla deciden denunciar que han sufrido abusos. ?Es que para eso vamos! La fiscal¨ªa en estos delitos es una desconocida; es un trabajo muy de pico y pala, de estar a disposici¨®n de¡±, apunta. ?Y el deporte? ¡°A las ni?as y ni?os les dar¨¢ seguridad cuando la informaci¨®n se la de la Federaci¨®n¡­ porque entonces entender¨¢n que la federaci¨®n est¨¢ para protegerlos¡±, concluye