Osaka sigue haci¨¦ndose grande
La japonesa derrota a Brady en la final de Melbourne (6-4 y 6-3) y logra su cuarto Grand Slam
Hab¨ªa conseguido Jennifer Brady lo m¨¢s complicado, conducir a Naomi Osaka hacia la duda, hacia ese ¨²nico lugar que pod¨ªa a?adir alg¨²n interrogante a lo que se ve¨ªa venir: la segunda coronaci¨®n de la japonesa en Melbourne. Resisti¨® la norteamericana durante nueve juegos con personalidad, de t¨² a t¨², hasta que sufri¨® un resbal¨®n, un peque?o paso en falso que la conden¨®. Ah¨ª se rompi¨® la final. Bayoneta en mano, la nipona aprovech¨® el desliz para sentenciar la primera manga y, en realidad, un pulso que se rompi¨® ah¨ª: 6-4 y 6-3, en 1h 17m. El resto fue un coser y cantar para la campeona, que sum¨® su segundo t¨ªtulo australiano y el cuarto Grand Slam de una carrera que empieza a coger la forma de algo verdaderamente grande.
A sus 23 a?os, Osaka ha dado definitivamente un paso al frente. En el carrusel del circuito femenino, ella empieza a marcar el paso y parece aceptar el desaf¨ªo del relevo, todav¨ªa con un generoso margen de progresi¨®n en su juego. El declive progresivo de Serena Williams coincide con su ascensi¨®n, reafirmada con este ¨²ltimo ¨¦xito que expresa la determinaci¨®n de una jugadora cada vez m¨¢s dominante. De los ¨²ltimos nueve grande t¨ªtulos en juego, la japonesa se ha hecho con cuatro: dos en Melbourne (2019 y 2020) y otros dos en Nueva York (2018 y 2020).
No falla Osaka en una gran final, cuatro de cuatro hasta ahora. Y eso que los ¨²ltimos tiempos se hab¨ªan abonado a las campanadas. Ah¨ª est¨¢n las Andreescu, Swiatek o sin ir m¨¢s lejos la estadounidense Kenin, que triunf¨® el curso pasado en Melbourne y este a?o cay¨® a la primera ronda en este torneo que ha controlado de cabo a rabo Osaka. En perspectiva, la japonesa tan solo tuvo un momento de apuro, cuando Garbi?e Muguruza le oblig¨® a levantar dos bolas de partido y estuvo a un tris de apearle en los octavos. El resto, una exhibici¨®n de poder¨ªo, saque, recursos y velocidad. No hay derecha como la suya.
Le aguant¨® Brady durante pr¨¢cticamente todo el primer parcial. La estadounidense, una tenista ortodoxa cultivada en la universidad y que viene pisando fuerte ¡ªfirm¨® las semifinales en el ¨²ltimo US Open¡ª, propuso una resistencia loable hasta que patin¨®. Tuvo la opci¨®n de romper para 5-4 y servir para cerrar el set, pero no acert¨®, se lo impidi¨® Osaka y a continuaci¨®n la tres del mundo le dio una bofetada a mano abierta arrebat¨¢ndole el saque y, en consecuencia, abriendo un hueco insalvable. A partir de ah¨ª, la nipona naveg¨® a placer, 4-0 de entrada en la continuaci¨®n, y luego puso la puntilla sin permitirse ning¨²n susto.
Sirviendo cercar de los 200 km/h, la estad¨ªstica tambi¨¦n dice que estuvo certera cuando deb¨ªa (4/5 en bolas de break) y que a Brady tambi¨¦n le penalizaron los 18 errores de la manga inicial. De esta forma, Osaka sigue disparada ¡ªencadena 21 triunfos y no pierde un partido desde el pasado 7 de febrero, contra la valenciana Sara Sorribes en la Copa Federaci¨®n¡ª y va a ritmo de grande por a?o. Desde su eclosi¨®n de 2018 hasta aqu¨ª, la japonesa ha obtenido cuatro majors y es la cuarta jugadora en activo que alcanza esa cifra junto a Serena (23), Venus Williams (7) y la belga Kim Klijsters (4), que retorn¨® el a?o pasado a los circuitos.
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— #AusOpen (@AustralianOpen) February 20, 2021
When @naomiosaka became our 2021 Women's Singles champion ?#AO2021 | #AusOpen pic.twitter.com/Id3ZZhaJHh
A su edad, Serena ya hab¨ªa logrado dos m¨¢s, seis. Pero si alguien puede recoger el testigo de la norteamericana es ella, una tenista demoledora, de estilo agresivo y que m¨¢s all¨¢ de las pistas es un fil¨®n. Representada por la multinacional IMG, colecciona sponsors, engancha a las nuevas generaciones por su imagen y su soltura en las redes sociales, y ya es la deportista que m¨¢s ingresos obtiene; 34,2 millones, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de la revista Forbes. Su trascendencia, sin embargo, va m¨¢s all¨¢.
De origen multirracial ¡ªpadre haitiano y madre japonesa, rechazado ¨¦l por la familia de ella por ser negro¡ª, Osaka ha levantado la voz en el ¨²ltimo a?o. Coincidiendo con varios episodios de brutalidad policial y asesinatos en EE UU, se ha significado como activista y ha sido imagen de las publicaciones m¨¢s prestigiosas de su pa¨ªs como icono de multiculturalidad. ¡°Antes que una deportista soy una mujer negra, y como mujer negra, siento que hay asuntos mucho m¨¢s importantes que verme jugar al tenis¡±, expres¨® en septiembre, cuando fue tiroteado en Wisconsin el afroamericano Jacob Blake.
Entonces, la japonesa lanz¨® un ¨®rdago a la Federaci¨®n Estadounidense (USTA) y le comunic¨® que no saltar¨ªa a la pista para disputar las semifinales del torneo de Cincinnati como protesta. El organismo y la WTA (la rectora del tenis femenino) se alinearon a su lado y finalmente s¨ª jug¨®. Una lesi¨®n le impidi¨® competir en la final de aquella cita, pero a partir de ah¨ª vol¨® ¡ªtodo victorias, salvo dos renuncias¡ª y despu¨¦s de hacerse con el US Open sigue en direcci¨®n a las alturas, situ¨¢ndose ya a un solo major individual de la rusa Maria Sharapova y la suiza Martina Hingis.
Es Osaka, pues, la verdadera bandera de la transici¨®n.
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