El ¨¦xito silencioso del paisano Entrerr¨ªos

Ra¨²l Entrerr¨ªos es el director de juego de la selecci¨®n m¨¢s exitosa de la historia del balonmano espa?ol, pero, curiosidades de la vida, el primer t¨ªtulo lo gan¨® de guardameta. ¡°Siempre recordamos la an¨¦cdota¡±, se arranca nost¨¢lgico Alberto Su¨¢rez, su entrenador clave en esos a?os ochenta en un colegio p¨²blico de Gij¨®n, con la pista descubierta, la humedad de Asturias y las porter¨ªas de hierro que los ni?os cargaban a mano. ¡°Fue en una final regional de benjamines. No ten¨ªamos portero, no s¨¦ por qu¨¦, y lo pusimos a ¨¦l. Entonces no destacaba como jugador de campo. Era alto, delgado. Le costaba porque estaba creciendo y no ten¨ªa mucha fuerza. Fue la ¨²nica vez que estuvo bajo palos, aunque mira, ganamos¡±, celebra el t¨¦cnico, hoy en el Villa de Aranda, en la Asobal.

As¨ª empez¨® aquel chico t¨ªmido y aplicado, al que sus compa?eros ya llamaban Rulo, y que este s¨¢bado, en un amistoso contra Argentina (20.00, Tdp), se convertir¨¢ en el jugador que m¨¢s encuentros (281) ha vestido la camiseta de Espa?a, superando a David Barrufet. Un portero, casualmente. La pandemia le oblig¨® a estirar la carrera para cumplir con su obsesi¨®n de ir a otros Juegos y, tal vez gracias a este tiempo extra, ha alcanzado el r¨¦cord. Y en medio, con 40 a?os, otra medalla, la octava, un bronce en el ¨²ltimo Mundial.

Yo era m¨¢s cabra loca. Ra¨²l siempre ha sido m¨¢s serio

Su hermano Alberto

¡°El que es muy muy bueno en la ¨¦lite es quien en etapas formativas se encuentra un poco por detr¨¢s¡±, advierte su mentor. As¨ª ocurri¨® con Ra¨²l Entrerr¨ªos, que no peg¨® el salto hasta la edad de cadete y juvenil, cuando se form¨® f¨ªsicamente. Su personalidad, sin embargo, ven¨ªa de serie. ¡°Con ocho o nueve a?os ya era un veterano¡±, subraya Su¨¢rez. Observador, responsable, trabajador... Las cualidades que hoy le adjudican son las mismas que se?alan los que lo trataron desde aquel Colegio Noega. ¡°Su mujer es su novia de toda la vida de Gij¨®n. Yo creo que no ha tenido m¨¢s novias. Es sensato, pausado¡±, a?ade su t¨¦cnico de la ni?ez, que tambi¨¦n model¨® a su hermano Alberto, cinco a?os mayor que Ra¨²l y otro car¨¢cter.

Lo reconoce ¨¦l mismo. ¡°Ra¨²l siempre ha sido m¨¢s serio. Yo no tuve claro que quer¨ªa dedicarme al balonmano casi hasta que era profesional. Fui m¨¢s cabra loca, no tengo problemas en admitirlo¡±, confiesa Alberto, otro pilar del crecimiento espa?ol, tercer m¨¢ximo goleador de la selecci¨®n (726 tantos) y seis metales en la colecci¨®n. ¡°Al hermano [Alberto] cost¨® m¨¢s llevarlo recto¡±, confirma Su¨¢rez, que lo dirigi¨® 12 a?os seguidos. ¡°De repente, le daba por la m¨²sica o el skate, y el deporte pasaba a un segundo plano. Ten¨ªa m¨¢s problemas con los estudios. Ra¨²l fue mucho m¨¢s f¨¢cil. Son dos casos diferentes, pero muy positivos ambos¡±, desarrolla el t¨¦cnico, que asegura que se dedic¨® a los banquillos empujado por la calidad de estos hermanos.

La primera convocatoria de Ra¨²l se produjo en junio de 2003, en un torneo en Eslovenia, con 22 a?os y C¨¦sar Argil¨¦s de seleccionador. ¡°No me acuerdo exactamente de su debut. Lo que s¨ª recuerdo es que apareci¨® en escena el hermano de Alberto¡±, afirma David Barrufet, que recalca que no le importa perder el puesto de honor. ¡°Entonces Alberto era un jugador que marcaba las diferencias. Ra¨²l apuntaba maneras, pero bueno, su hermano ten¨ªa m¨¢s peso espec¨ªfico¡±, explica el responsable del balonmano del Barcelona, compa?ero primero en las pistas de Ra¨²l y ahora su jefe en los despachos, con quien tuvo que negociar el pasado verano la pr¨®rroga del contrato como azulgrana para llegar a la cita ol¨ªmpica.

¡°En aquella selecci¨®n siempre nos qued¨¢bamos a las puertas de las semifinales o perdiendo alguna final¡±, observa el exguardameta. El primer t¨ªtulo que cambi¨® para siempre la vida de Espa?a lleg¨® en el Mundial de 2005, con Ra¨²l entre los elegidos junto a su hermano. Sus inicios, eso s¨ª, no le hab¨ªan resultado satisfactorios. ¡°Al principio, no gozaba de muchos minutos. Eso le frustr¨®, le cost¨® encajarlo y le sirvi¨® para forjar ese car¨¢cter ganador. Pero es que suelen pasar dos o tres a?os hasta que te sientes instalado. Luego con Juan Carlos Pastor ya empez¨® a participar m¨¢s¡±, desvela Alberto Entrerr¨ªos.

Pastor lo tutel¨® seis a?os (2004-2010), entre el Valladolid y Espa?a, en los que termin¨® de tallarlo como un central de referencia para desarrollar ese estilo de juego tan fruct¨ªfero. ¡°Siempre hab¨ªa que pararlo porque entrenaba muy duro. Por eso ha durado tanto. Por cultura y educaci¨®n, habla poco, pero dentro del campo nunca se arruga¡±, indica el preparador del Pick Szeged h¨²ngaro, que deja una reflexi¨®n interesante sobre el tipo de liderazgo de los Entrerr¨ªos. ¡°Hab¨ªa que tirar de ellos para que lo asumieran porque los dos sab¨ªan lo que ten¨ªan que hacer y cre¨ªan que los dem¨¢s tambi¨¦n, pero a veces no es as¨ª¡±. El profesor de ambos, Alberto Su¨¢rez, abunda en la idea: ¡°Ra¨²l es un l¨ªder silencioso, nunca ha sido de meter broncas. Se gana al resto por ser buena gente. Como dir¨ªamos en Asturias, un paisano¡±.

Hab¨ªa que tirar de los hermanos para que asumieran el liderazgo porque ellos sab¨ªan lo que ten¨ªan que hacer y cre¨ªan que los dem¨¢s tambi¨¦n

Juan Carlos Pastor

Si cumple su promesa, y no hay ning¨²n dato en Ra¨²l que invite a lo contrario, tras los Juegos se retirar¨¢ lo que, unido a la previsible renuncia a la selecci¨®n de otros veteranos, conducir¨¢ a Jordi Ribera a un obligado relevo generacional. El central del Bar?a hace tiempo que tiene claro su futuro como t¨¦cnico. ¡°Pero no quiere meterse a saco, sino poco a poco¡±, aclara su hermano, que desde 2019 dirige al Nantes. ¡°Yo me desahogo con esas historias que, cuando entrenas, no sabes muy bien con qui¨¦n hablarlas. Y s¨ª noto que ¨²ltimamente, m¨¢s que hablar, escucha¡±. Muy al estilo Ra¨²l Entrerr¨ªos.

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