Esteban Chaves prueba en la Volta a Catalunya que sigue vivo

Una mezcla de sensaciones coloca a quien ataca en la monta?a final de una etapa dura y a su ataque responde el grupo con indiferencia, a su ritmo y tranquilo, como responden los Ineos todopoderosos a Esteban Chaves, el colombiano de Ch¨ªa, la Luna de Bogot¨¢, que salta con toda a seis kil¨®metros de la estaci¨®n de Port Ain¨¦, una cu?a de la Lleida pirenaica camino de la occitana Val d¡¯Aran, al oeste de Andorra, y desde Andorra, donde reside, se acerca a la cuneta el campe¨®n del mundo Alaphilippe, y Chaves, que tambi¨¦n vive en Andorra, siente alivio, pese al viento de cara, porque ni una onda de susto ha provocado en el pelotoncito de los favoritos y r¨¢pidamente se ve lejos, y, al mismo tiempo, un inicio de depresi¨®n, ya no pinta nada en la lucha por la general (se entreg¨® en la contrarreloj del martes), a nadie le preocupa su aventura, que culmina en victoria y en alegr¨ªa.

Con sus brazos alzados en la cuarta de la Volta, su primer triunfo desde hace dos a?os, en los Dolomitas del Giro entonces, Chavito sonriente, que ya tiene 31 a?os, como Nairo, cumple con su contrato con los australianos del Bike Exchange y recuerda al mundo que sigue vivo, su existencia, su pervivencia, su carrera, iniciada a los 21 a?os con un triunfo en el Tour del Porvenir, detenida dos a?os por una pavorosa ca¨ªda que se queda a nada de costarle un brazo, resucitada y en crecimiento hasta los 26, cuando en el Giro solo puede con ¨¦l el mejor Nibali, en la Vuelta solo cede ante el Nairo de Formigal y Froome, y se festeja ganando el Giro de Lombard¨ªa para terminar. Una nueva serie de lesiones acaba convirti¨¦ndole en un especialista, en el escalador que casi todos los a?os gana a lo grande una gran etapa de monta?a.

Por detr¨¢s, el Ineos de las estrellas hace exhibici¨®n de trabajo en equipo y compa?erismo, y fe en un l¨ªder, Adam Yates, el ¨²ltimo llegado al equipo, para el que trabajan sin pesta?ear un campe¨®n del mundo contrarreloj, como Rohan Dennis, un ganador de Giro, como Richard Carapaz, quien controla el movimiento de Kruijswijk y la timidez de Enric Mas, que salta sin especial motivaci¨®n a 3,5 kil¨®metros de la meta, y tira del grupo para doblegar, una vez m¨¢s a Almeida, hasta que se le rompe la cadena, y un ganador de Tour, como Geraint Thomas, que hace los ¨²ltimos metros, y a Richie Porte, el de Tasmania, siempre promesa, que va a rueda delante, no le da tiempo ni a dar un relevo.

El superIneos (los tres primeros de la general, Yates, Porte, Thomas, son del equipo ingl¨¦s) extradomina una Volta que para el ciclismo espa?ol se traduce en Valverdependencia. El murciano es cuarto, y a la sombra de sus 40 a?os parece detenido el tiempo, y el crecimiento de herederos.

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