A La Roja le falta el hervor necesario
El talento de la selecci¨®n espa?ola es abundante, pero a¨²n incipiente. A los veteranos les toca tutelar a unos j¨®venes intimidados por el desaf¨ªo

Una selecci¨®n con numerosos j¨®venes, la mayor¨ªa sin experiencia en los grandes desaf¨ªos internacionales, se encuentra ante la vertical de la Copa del Mundo, pared que Espa?a siempre ha superado desde 1978. Fracasar en la fase final tiene consecuencias graves para las principales potencias del f¨²tbol. No llegar a disputarla es un hachazo de credibilidad y un estigma para la generaci¨®n que se estrella en el camino. A esta aventura se ha obligado Espa?a en dos malos partidos.
Las ¨²ltimas fases de clasificaci¨®n han sido sencillas de recorrer, porque el equipo era magn¨ªfico o porque quedaban suficientes jugadores para gestionar la condici¨®n de favoritos en la ruta hacia el Mundial. Espa?a conquist¨® sin dificultades la plaza en los Mundiales 2014 (Brasil) y Rusia (2018). En los dos casos abundaban futbolistas que hab¨ªan ganado el Mundial de Sud¨¢frica en 2010. Las frustraciones posteriores ¡ªEspa?a fue eliminada de saque en Brasil y en octavos de final cuatro a?os despu¨¦s¡ª se?alaron una regresi¨®n preocupante.
S¨®lo un campe¨®n del mundo ¡ªBusquets¡ª figur¨® en la alineaci¨®n que se enfrent¨® a Georgia. Fue el m¨¢s joven de la selecci¨®n que gan¨® el t¨ªtulo en Sud¨¢frica, un maravilloso centrocampista que ahora no es titular fijo en el Bar?a, ni con Espa?a. La erosi¨®n tambi¨¦n le afecta, como a Sergio Ramos, Jordi Alba y Navas, representantes de una generaci¨®n que suena irrepetible en estos momentos.
Han atravesado el Rubic¨®n de sus carreras, pero su ascendencia resultar¨¢ decisiva en el equipo. Su funci¨®n excede el rendimiento en el campo. Les corresponde tutelar a un pu?ado de j¨®venes que parecen impresionados por la magnitud del trabajo que se les viene. Sin la invitaci¨®n a la angustia que supone llegar a un Mundial, la selecci¨®n destroz¨® con seis goles a Alemania. Pero el Mundial es otra cosa, palabras mayores que asustan. El empate con Grecia y la ag¨®nica victoria en Georgia han despachado de un plumazo el optimismo que levant¨® la goleada a los alemanes.
M¨¢s clase que tiempo
Dos partidos han servido para asumir que Espa?a tendr¨¢ que nadar sin flotador en aguas turbulentas. Es un equipo que se gan¨® el m¨¢ximo cr¨¦dito en las categor¨ªas j¨®venes, pero carece de la experiencia para gestionar las tensiones actuales. Unai Sim¨®n, Eric Garc¨ªa y Ferran Torres fueron titulares en los dos encuentros. Ninguno ha sido internacional en 10 ocasiones. Pedro Porro, Pedri y Bryan Gil debutaron en el sudoku contra Georgia.
Rara vez, probablemente nunca, una selecci¨®n tan tierna se ha sometido al rigor que significa alcanzar el Mundial. O encuentran amparo en la experiencia de los veteranos o saldr¨¢n consumidos por el estr¨¦s de los tres primeros partidos de clasificaci¨®n. No hay dudas, sin embargo, sobre el techo de estos jugadores. Tienen m¨¢s clase y recursos que tiempo para demostrarlo.
La selecci¨®n ped¨ªa a gritos sangre nueva. Ya la tiene. Luis Enrique lo entendi¨® pronto y bien. Es f¨¢cil admitir los m¨¦ritos de este pu?ado de j¨®venes, confirmados en algunos partidos previos. Si Espa?a pretende recuperar el paso perdido, deber¨¢ de hacerlo con la mayor¨ªa de estos novatos. Les falta el hervor que s¨®lo proporcionan las grandes competiciones y la m¨¢xima exigencia. Acaban de comprobarlo: dos partidos en apariencia sencillos se convirtieron en un descalzaperros.
Ya no se pide a los veteranos que conduzcan a la selecci¨®n a las cimas anteriores, pero su liderazgo es crucial. Les toca tutelar a unos j¨®venes intimidados por la magnitud del desaf¨ªo que han comenzado y las consecuencias medi¨¢ticas de dos partidos decepcionantes. Es un trabajo delicado que pasa por evitar la desconfianza que produce la inexperiencia y consolidar el talento intuido en varios jugadores. Todo indica que ese talento existe y es abundante, pero todav¨ªa es incipiente y fr¨¢gil.
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