Taconazo y agon¨ªa blanca en mitad del diluvio
Benzema anota tras nueve duelos sin hacerlo ante el Barcelona y el Madrid resiste con una defensa improvisada
La primera vez que Zinedine Zidane se sent¨® en el banquillo como primer entrenador del Real Madrid, Benzema tard¨® 15 minutos en confirmarle sobre el campo que entre ellos iba a haber una relaci¨®n especial. Se lo demostr¨® de tac¨®n. A la salida de un c¨®rner, el delantero agarr¨® dentro del ¨¢rea un disparo mordido de Sergio Ramos y la prolong¨® con la espuela para colocar el primero de los cinco del Real Madrid al Deportivo esa noche de domingo invernal. Era enero de 2016. Desde entonces no met¨ªa el nueve blanco con el tac¨®n. Cinco a?os y pico despu¨¦s, contra el Barcelona, se super¨®.
Si en la primera vuelta en el Camp Nou Benzema asisti¨® a Valverde nada m¨¢s empezar para abrir la victoria, en el Di St¨¦fano lo hicieron al rev¨¦s. El uruguayo, novedad de Zizou para hormigonar una medular con cuatro elementos en perjuicio del renacido Asensio, despleg¨® todos sus kilovatios de potencia para recorrer como una caballer¨ªa el c¨¦sped de costa a costa. Enlaz¨® con Lucas V¨¢zquez y el franc¨¦s convirti¨® un pase al primer palo en la obra de un genio. Se adelant¨® a Ara¨²jo y sorprendi¨® a Ter Stegen con un toque sutil de tac¨®n. No marcaba en un cl¨¢sico desde hac¨ªa nueve duelos, desde agosto de 2017, dos mundos m¨¢s atr¨¢s, y este s¨¢bado volvi¨® a dejar su sello anotador a lo grande. Se march¨® a un c¨®rner, abri¨® los brazos, encogi¨® los hombros y, sonriendo, le vino a decir con la mirada a Lucas: ¡°As¨ª soy yo¡±. Acostumbrados a declaraciones de amor constantes, esta vez vez el elogio posterior de Zidane fue escueto: ¡°Esto es calidad, talento y Karim tiene mucho¡±.
Por el piso o por el aire, nueva especialidad de la casa, Benzema volvi¨® a citarse con el gol. S¨¦ptimo partido consecutivo celebrando en Liga. No hay parcela que el franc¨¦s no quiera tocar, as¨ª que, 10 minutos m¨¢s tarde, hubo una falta perfecta para Toni Kroos y el galo se la qued¨® para ¨¦l. Arriba, fuera de foco. La licencia, eso s¨ª, no se repiti¨® poco despu¨¦s, cuando a Vinicius lo cazaron en la frontal en una contra. Esa s¨ª ser¨ªa para el alem¨¢n. Su dispar¨® dio en la espalda a Dest y Alba termin¨® de meterla en un intento desesperado de salvarla: 2-0. ¡°?Antonio!¡± [por Toni Kroos], hab¨ªa sonado como un estruendo un segundo antes en el silencio de Valdebebas. Era Sergio Ramos, que segu¨ªa el encuentro desde la ¨²ltima fila de la grada con una camiseta negra con el mensaje: ¡°Misma pasi¨®n¡±, en referencia al triste incidente que tuvo que sufrir la portera del Real Madrid femenino, Misa Rodr¨ªguez, por un tuit en el que se identificaba con Asensio.
El capit¨¢n y Carvajal pusieron la banda sonora a un equipo blanco que acostumbra a moverse con sigilo en el c¨¦sped. Sin el sevillano, especialmente, no es un conjunto que hable mucho abajo m¨¢s all¨¢ de las advertencias de Courtois y el soniquete de Casemiro para ir ordenando a los suyos.
Achicando agua
¡°?Vamos, Vini, que te lo comes!¡±, le grit¨® el central al brasile?o. Lo mismo que le solt¨® el pasado martes en su gran noche contra el Liverpool, pero esta vez el resultado no fue el mismo. Las fuerzas ya hab¨ªan empezado a menguar en el ej¨¦rcito local. Carvajal iba repartiendo sus intervenciones entre arengas a sus compa?eros y quejas al colegiado. ¡°Ya empezamos¡±, se escuch¨® a los pocos minutos. En el Barcelona, con Piqu¨¦ en el banquillo, hasta la carga final y las reclamaciones al ¨¢rbitro, el silencio tambi¨¦n se impuso en otra jornada en que los cielos volvieron a abrirse sobre Madrid. Al comienzo de la segunda parte, el jarreo de agua era tremendo, justo cuando el duelo vir¨® de sentido.
Resguardados atr¨¢s y muy castigados por el cansancio, los blancos se afanaron en achicar agua en medio del temporal, ya con Odriozola a escena por la lesi¨®n de Lucas V¨¢zquez. El donostiarra, Nacho y Milit?o formaban la pen¨²ltima muralla de los locales. Tres integrantes del plan B y C de Zidane para la zaga a principio del curso tratando de sostener el fuerte, a los que luego se unieron Mariano, Marcelo e Isco, que relevaron a Kroos, Vinicius y Benzema. Al Madrid ya solo le quedaba agon¨ªa y suspirar por acertar en una contra.
¡°?Bien, Mariano, sigue. Sigue, he dicho!¡±, le gritaba como loco Ramos al delantero en el descuento en busca de un triunfo desesperado, ya con 10 tras la expulsi¨®n de Casemiro, para agarrase con las dos manos a la Liga tras meses remando en mitad del oc¨¦ano.
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