Correa desata al Atl¨¦tico
Dos tantos del argentino al final de una primera parte con un juego muy gris levantan el equipo de Simeone, que completa una goleada reparadora
Al f¨²tbol siempre le quedar¨¢ la calle para reventar partidos sopor¨ªferos. Y al Atl¨¦tico m¨¢s espeso del campeonato sobrevive Correa, jugador de potrero para rapi?ar un gol en el segundo palo o inventarse otro con un baile de giro y toque ajustado en 20 cent¨ªmetros. Suficiente para liberar a un equipo que hasta su estelar aparici¨®n penaba por el campo dando s¨ªntomas de embotamiento. De estar sobrepresionado y sin capacidad de respuesta para superar las dificultades que le planteaba el Eibar. A partir de Correa se desat¨® el Atl¨¦tico para construir una goleada que le vendr¨¢ bien para la autoestima ante el apretado final de campeonato que se avecina. Necesitado de goles en las ¨²ltimas jornadas para frenar la sangr¨ªa de puntos que se estaba dejando, hizo cinco. El tanto de Carrasco y los dos de Marcos Llorente al inicio del segundo tiempo fueron consecuencia de todas las ligaduras, t¨¢cticas y psicol¨®gicas, rotas por Correa y que ten¨ªan al Atl¨¦tico encogido ante el colista.
Al talento solo le hace falta que se le alimente, que le lleguen balones en condiciones de ser jugados o rematados. Los dos primeros que le llegaron a Correa fueron suficientes para que el equipo de Simeone conservara el liderato ante el ¨²ltimo de la clasificaci¨®n. Porque hasta que al borde del descanso el argentino no confirm¨® su condici¨®n de ser el jugador m¨¢s distinto de todos los que aline¨® Simeone, el Eibar hab¨ªa sido mejor. Flaque¨® en ese tramo final del primer acto y se le fue al traste todo lo que hab¨ªa hecho para que su condici¨®n de colista no asomara. Correa lo tritur¨® con esos dos tantos y de paso le devolvi¨® a Simeone la fe que le profesa. Si al t¨¦cnico le afligieron los goles que su compatriota fall¨® en las dos citas contra el Betis, esta vez celebr¨® por todo lo alto su punter¨ªa.
Los primeros 40 m¨ªnutos describieron al peor Atl¨¦tico del curso, con toda su incapacidad para generarle ocasiones a un equipo que le apriete bien y defienda en zonas bajas con intensidad. Por momentos, el l¨ªder dio la impresi¨®n de que da igual que le presione el Chelsea que el Eibar. No encontraban c¨®mo superar l¨ªneas. Como ser¨ªa la cosa que por primera vez se vio a Oblak sacando r¨¢pido con la mano para imprimir una velocidad de juego que los centrocampistas no encontraban. El esloveno tuvo que contemplar c¨®mo un centro raso de Pozo no fue gol porque a Kevin le falt¨® media bota para llegar y empujar la pelota a puerta vac¨ªa.
Solo hab¨ªa encontrado alg¨²n resquicio el Atl¨¦tico con algunas aperturas a la banda. Y por ah¨ª fue por donde acab¨® llegando la soluci¨®n. Primero para forzar el saque de esquina que rapi?¨® Correa tras el toque de cabeza en el primer palo de Herrera. Despu¨¦s, para trenzar por fin una buena jugada que naci¨® en las botas del volante mexicano. Fue un pase largo cruzado y milimetrado para Lodi. El brasile?o combin¨® con Carrasco y este con Correa. El baile en una baldosa termin¨® por liquidar al Eibar.
Con esos dos goles en contra recibidos en el l¨ªmite de la primera mitad, el Eibar sali¨® ya muerto a la reanudaci¨®n. La velocidad de Carrasco raj¨® a los centrales, y sent¨® a Dmitrovic para marcar a puerta vac¨ªa. No hab¨ªa ya m¨¢s partido. Solo las ganas del Atl¨¦tico de reencontrarse con el gol. De disfrutar del juego por primera vez en semanas. Llorente, tras otra maniobra de Correa en el ¨¢rea, empuj¨® el cuarto. Y tambi¨¦n el quinto, que defini¨® la incomparecencia definitiva del equipo de Mendilibar. Al volante le dio tiempo a controlar el bal¨®n y prepararse el disparo rodeado de rivales contemplativos y despistados.
Los cinco goles acabaron por enterrar esos primeros 40 minutos en los que el Atl¨¦tico apuntaba a que pod¨ªa abandonar la cabeza de la tabla por primera vez en meses de liderato. A que ya solo le quedaba el resultado y sufrir como argumentos para intentar el asalto al t¨ªtulo. La tunda le dio a Simeone para ir introduciendo cambios y refrescar a un equipo que hab¨ªa dado s¨ªntomas claros de agarrotamiento psicol¨®gico. Fue Correa el que lo sac¨® del div¨¢n para seguir alimentando las esperanzas de conquistar el campeonato.
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