Al Barcelona le da un ataque de p¨¢nico ante el Granada
El equipo andaluz se venga de la Copa y gana por vez primera en el Camp Nou el d¨ªa en que los azulgrana, que ya no dependen de s¨ª mismos para ganar la Liga, aspiraban a alcanzar el liderato
Al Bar?a se le olvid¨® que para alcanzar el liderato necesitaba derrotar al Granada. Ni siquiera fue capaz de ara?ar el empate para depender de s¨ª mismo en sus aspiraciones de ganar la Liga. Ya le pas¨® tambi¨¦n en Valdebebas cuando pod¨ªa abatir al Madrid. Y tambi¨¦n se venci¨® contra la Juve el d¨ªa en que pod¨ªa salir l¨ªder de grupo en la Champions. Admirable en el remonte, el Barcelona se desploma cuando divisa la cumbre, v¨ªctima de un ataque de p¨¢nico, paralizado ante cualquier contrariedad, independientemente del torneo y del rival, vencido tambi¨¦n por el Granada. Nunca en su historia hab¨ªa ganado el equipo andaluz en el Camp Nou. No pod¨ªa elegir mejor d¨ªa para vengar su derrota en los cuartos de la Copa ante el mismo Bar?a.
M¨¢s que por la n¨®mina de sus futbolistas, alguno muy interesante, el Granada se distingue por su sentido del juego colectivo, de manera que las ausencias penalizan relativamente, incluso cuando enfrenta a rivales como el Bar?a sin Montoro, Puertas, Milla o Rui Silva. El equipo ha competido muy bien incluso en estadios como el del N¨¢poles o en Old Trafford. El Camp Nou, sin embargo, era distinto porque nunca hab¨ªa puntuado en la cancha del Barcelona. Hasta el d¨ªa en que los azulgrana se jugaban el liderato de la Liga.
No es todav¨ªa el Bar?a un equipo maduro para sobrevivir a los momentos de mayor exigencia ni soportar las rotaciones de Koeman. El t¨¦cnico dispuso una alineaci¨®n con hasta siete jugadores vinculados con La Masia despu¨¦s de dar descanso a Pedri y Lenglet. Futbolistas comprometidos y vitales para un partido ¨¢spero, habitualmente desagradable, dif¨ªcil de gobernar por las pocas concesiones del Granada. No es f¨¢cil profundizar, tampoco tirar la l¨ªnea de pase desde el ¨¢rea propia, ni siquiera defender a delanteros como Soldado o Luis Su¨¢rez. Umtiti encaden¨® tres faltas en 11 minutos, mientras los barcelonistas tardaron 18 minutos en encontrar el arco de Aar¨®n con un tiro de Griezmann. No hab¨ªa fluidez en el juego del Bar?a. La falta de extremos tampoco ayudaba a la ofensiva azulgrana, muy pendiente de Messi, especialmente activo y orientado hacia los movimientos de Busquets y sobre todo de Griezmann.
El reverso de Griezmann
Al franc¨¦s ya no se le califica por los kil¨®metros que recorre en la defensa de su cancha sino por sus goles y sus virtuosas maniobras, excelente la que posibilit¨® el 1-0. Messi se apoy¨® en ¨¦l antes de rematar cruzado al palo izquierdo. La ejecuci¨®n fue tan certera como bello y desequilibrante result¨® el reverso del franc¨¦s, que se dio media vuelta y aguant¨® el tiempo suficiente la pelota para poder habilitar a Messi en su llegada al ¨¢rea. El juego interior de Griezmann y de Busquets aliment¨® al capit¨¢n y descerraj¨® la ordenada zaga de Diego Mart¨ªnez, reiterativa en el cuerpo a tierra de los muchachos de Koeman. El dedo gordo del pie derecho de Aar¨®n evit¨® el 2-0 de Messi.
Necesitaban los barcelonistas un segundo gol porque las transiciones del Granada resultaban especialmente amenazadoras para Ter Stegen. El recuerdo de los angustiosos partidos ganados al Valladolid y al Getafe tampoco ayudaba al sosiego del Barcelona. El partido se puso tenso y al mismo tiempo expectante con los pases filtrados de Busquets. No parec¨ªan tener los azulgrana una alternativa atacante mejor que el juego interior de su mediocentro en busca de los delanteros y tambi¨¦n de los laterales, que atacaban m¨¢s por dentro que por fuera, bien controlados por el Granada. La pelota iba pacientemente de pie a pie de los muchachos de Koeman. Hab¨ªa que asegurar el pase, evitar la p¨¦rdida del bal¨®n y acabar la jugada ante Aar¨®n.
Aunque faltaba velocidad, el juego parec¨ªa suficientemente sereno y fiable hasta que Mingueza no consigui¨® interceptar un pase de Jorge Molina y Mach¨ªs se qued¨® solo ante Ter Stegen: 1-1. El gol desquici¨® a Koeman, enfadado por la vulnerabilidad de sus centrales y expulsado cuando se impon¨ªan cambios en el Barcelona. El equipo se hab¨ªa ido del encuentro y precisaba ser agitado desde el banquillo: salieron Demb¨¦l¨¦ y Pedri. A partir del 4-3-3, los azulgrana cambiaron el ritmo y enfilaron a Aar¨®n. La ambici¨®n perdi¨® entonces al Bar?a. Umititi y Piqu¨¦ pensaron m¨¢s en marcar el gol del triunfo que en no encajar el de la derrota y permitieron el 1-2 de Jorge Molina despu¨¦s de un centro de Adri¨¢n Mar¨ªn.
El partido ya no tuvo remedio para el Bar?a. El miedo a perder inmoviliz¨® a los jugadores y al entrenador, y la jornada dise?ada para la gloria evoc¨® los encuentros de miseria protagonizados por las pifias de sus zagueros, faltos de concentraci¨®n y f¨¢ciles de desbordar a campo abierto, y la poca contundencia de su delantera, incluido Messi. No parece preparado el Bar?a para gobernar una disparatada Liga que lidera como puede el Atl¨¦tico, pendiente ahora del Madrid y el Sevilla.
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